El decreto firmado por el Presidente Piñera, determina que el plan de formación general de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, ofrece dos módulos temáticos anuales: “Mundo Global” y “Chile y la región latinoamericana”. Estos no están definidos para un nivel determinado y los colegios pueden ofrecer ambos en 3° y 4° medios, “o solo uno de ellos en cualquiera de los niveles». Lo que significa que sostenedores y sostenedoras podrían dejar uno de ellos fuera.
El cambio a las Bases Curriculares para 3° y 4° medios ha causado un gran revuelo. La decisión de pasar a calidad de electivos los ramos de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, como también el de Educación y Salud, no solo generó fuertes críticas, sino que además ha sido una de las principales demandas de la movilización docente.
Pero también apuntan a ciertos contenidos del curso de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, algunos tan fundamentales como el periodo de la dictadura en Chile. Además, la flexibilidad de esta nueva base curricular hace que los colegios que impartan Historia no estén obligados a pasar los dos módulos anuales que contempla.
El decreto firmado por el Presidente Sebastián Piñera determina que el plan de formación general de Historia, Geografía y Ciencias Sociales ofrece dos módulos temáticos anuales: “Mundo Global”, que aborda “el presente analizando transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales que experimentan distintas sociedades”, y “Chile y la región latinoamericana”, que detalla los “fenómenos y procesos comunes entre sus países tanto en el siglo XX como en la actualidad y los matices en la manera de abordarlos”.
Los módulos no están definidos para un nivel determinado y los colegios pueden ofrecer ambos en 3° y 4° medios “o solo uno de ellos en cualquiera de los niveles, según las necesidades educativas del establecimiento educacional”. Lo que significa que sostenedores y sostenedoras podrían dejar uno de los módulos fuera y pasar de forma parcial los contenidos de Historia, a pesar de impartir la asignatura.
Otro cambio que llamó la atención fue la eliminación de “régimen militar” como ítem explícito para 3° medio: su obligatoriedad fue trasladada a 2° medio. En el documento de la base curricular para 7° básico y 2° medio, se especifica el contenido de “Dictadura militar, transición política y consenso en torno a la democracia en el Chile actual”.
En cambio, la base curricular se centra en “explicar procesos comunes de los Estados latinoamericanos en la historia política reciente, incluyendo la relación entre el poder civil y las Fuerzas Armadas, transiciones, la defensa y promoción de los derechos humanos y el fortalecimiento de las democracias”. Pero, como es una malla flexible, puede ser que este contenido no sea impartido por las escuelas que escojan dictar el ramo de Historia.
Las características del mercado laboral y los derechos laborales de trabajadores y trabajadoras del país era un contenido que se impartía en 4° medio en Historia, Geografía y Ciencias Sociales. Este ítem fue sacado y trasladado a Educación Ciudadana, que es obligatoria para 3° y 4° de Educación Media. Su objetivo es “comprender la importancia de los derechos laborales en Chile, considerando las principales tendencias globales y nacionales, la evolución de los mecanismos institucionales que buscan resguardarlos y los aportes de los movimientos y organizaciones sociales a su fortalecimiento”.
Educación Ciudadana está enfocado en las áreas de “democracia y participación ciudadana”, en donde “se ponen en discusión las teorías republicanas, liberal y comunitarista” y se abordan fenómenos como “la desafección política, el examen de las limitaciones y riesgos de la democracia”. Incluye el área de “derechos humanos y respeto por el otro” y la “Ética Política”, en la que se pone el foco en la práctica de la probidad y la transparencia.
Otros temas son “Medio Ambiente, territorio y espacio público” y “Modelos de desarrollo”, donde se destaca “que las personas tomen buenas decisiones de consumo, inversión y ahorro para satisfacer sus necesidades presentes y futuras”, además de “entender que hay necesidades humanas cuya satisfacción no es siempre alcanzable en forma individual”, las cuales un Estado democrático debe impulsar.
