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El hermano economista del Presidente asegura que las «reformas» de los últimos 10 años han colocado a la educación chilena en el lado equivocado de la Historia. Estas «han aumentado el rol del Estado, reducido la libertad de elegir y conducido a una educación rígida y desfasada de los requerimientos del siglo XXI», sentencia el defensor del sistema de AFP chileno.
No solo del potente «ascensor social» chileno habló José Piñera desde su tribuna, la revista Economía y Sociedad que él mismo creó. Fiel a su controvertido estilo, el hermano economista del Presidente disparó contra la educación chilena con una carta bajo la manga.
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En el último número de la publicación, el creador del sistema de AFP asegura que la efectividad de este «elevador» es prueba de que la gratuidad universal universitaria debe revertirse, «de otra manera se regalará la educación superior a alguien que casi con seguridad estará gran parte de su vida en el 20% de mayores ingresos del país».
Sobre la base de este último punto, da el pase hacia un segundo artículo editorial de su autoría –dos páginas más adelante– titulado «Un nuevo mundo educacional», donde apunta a que el país se debe incorporar a un modelo digital «liderado por empresas privadas y prestigiosas universidades del mundo».
El ex ministro de Pinochet dice que las «reformas» de los últimos 10 años han colocado a la educación chilena en el lado equivocado de la Historia. «Ellas han aumentado el rol del Estado, reducido la libertad de elegir y conducido a una educación rígida y desfasada de los requerimientos del siglo XXI», señala.
José Piñera propone salvar la educación chilena y habla de un nuevo modelo basado en clases online, mismas que utilizan universidades como Harvard o el MIT, que ofrecen cursos, certificados, magísteres e incluso doctorados, en plataformas accesibles «desde el living de su casa», siendo el único requisito tener conexión a internet. El artículo señala que los cursos son gratuitos, sin embargo, «si el estudiante quiere un certificado, el costo se ubica entre los $70 y $150 dólares, es decir, solo un 10% del costo equivalente en una universidad tradicional chilena», comenta el economista.
Tras un repaso por cómo funcionan todas las plataformas educacionales digitales, como Udacity y Coursera, el mayor de los Piñera Echenique propone que las universidades chilenas deberían «abrazar esta revolución», ya que a su juicio «es anacrónico que las carreras sigan durando cinco años o más, como desde hace siglos. En muchas bastarían sólo tres con un uso intensivo de la educación online«.
La solución está a la vuelta de la esquina para el hombre que ve un «país perfecto» gracias al actual modelo económico y dice que de esta forma se eliminaría la pérdida de tres meses por vacaciones de profesores y estudiantes, se reduciría drásticamente el costo de los estudios universitarios y se adelantaría el momento en que los jóvenes se transforman en productivos en el mercado laboral. Además, bajo el mismo sistema, propone actualizar los conocimientos, tras los tres años de estudio, con cursos de formación continua.
«Existe un nuevo mundo educacional de alta calidad académica, con uso intensivo de tecnología de punta, accesible a todos y de bajo costo, provisto por empresas privadas y prestigiosas universidades. Estas empresas educacionales cumplen el sueño de la educación universal y continua y dejarán como anacrónicas a las universidades tradicionales. Surfear bien esta revolución mundial de la educación es el verdadero desafío para Chile», concluye José Piñera en su editorial.
