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Para la epidemióloga María Teresa Valenzuela, quien forma parte del Consejo Asesor Covid-19, este repunte se trata de una segunda ola.
Magallanes vive una situación compleja como consecuencia de la pandemia de covid-19. En el reporte de ayer, el Ministerio de Salud informó de 132 personas contagiadas y una positividad de 33% en la región.
«Es un nivel de contagio muy alto. Es como si aquí, en la Región Metropolitana, tuviésemos ocho mil o 10 mil casos (diarios)», dijo el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga.
Para la epidemióloga María Teresa Valenzuela, quien forma parte del Consejo Asesor Covid-19, este repunte se trata de una segunda ola. De acuerdo a La Tercera, Valenzuela sostuvo que si bien a inicios de la pandemia «hubo un aumento importante en abril, es decir, un primer brote epidémico en toda regla, esta ha sido una ola bastante más pronunciada. La diferencia es que ahí los casos tuvieron cuadros un poco más graves y ahora son más estables».
Y según el epidemiólogo de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada, el avance del virus en las últimas 10 semanas corresponde a la «gran ola» de contagios. A su juicio, lo que ocurrió entre abril y mayo «es que hubo una cantidad relativamente pequeña de casos».
Cavada descartó que se trate de un rebrote y dijo que la semana del 27 de julio marcó un punto de inflexión en la curva de contagios, fecha en la que se registraron 7.076 casos, 82% de los 8.646 contagios totales de la región. «Hasta antes del 27 de julio, desde marzo, hubo un crecimiento de la epidemia y una meseta. Definitivamente, lo que hubo ahí, más que un relajamiento de las medidas sanitarias, fue una anulación de las medidas».
También explicó que la semana del 3 de agosto «había 48 contagios nuevos con un R efectivo de 3,6, es decir, que contagiaron a casi cuatro personas cada uno. Ahí se puede identificar este reventón. La primera supuesta ola fueron indicios de ola, la gran ola es ahora».
Por otra parte, la intendenta de Magallanes, Jennifer Rojas consideró que este aumento podría responde a una variación genética del virus y enfatizó que para controlar la expansión «necesitamos bajar la movilidad, especialmente en Punta Arenas, y para ello se debe cumplir y respetar la normativa; el uso de los permisos debe ser responsable».
En ese sentido, el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich se refirió a la decisión del Gobierno de adelantar el toque de queda a las 20:00 horas. Señaló que si bien «los toques de queda bajan la movilidad, pero tienen que ir acompañados de otras medidas. Por ejemplo, tuvimos el caso de un pequeño restaurante, con delivery, que tenía 400 permisos colectivos de trabajo».
El académico de la Universidad de Santiago (Usach), Claudio Castillo, el aumento en los contagios responde en parte a la condición socioeconómica de la Región de Magallanes. «Es la zona con menos pobreza del país, por lejos», dijo.
A juicio de Castillo, existe una mala coordinación entre los servicios de salud, la Seremi y el municipio, además de una baja implementación de la estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento.
Explicó que «el promedio nacional es de 2.672 casos por 100 mil personas y Magallanes está en 4.758, lo supera con creces. y no debería ser, pues las particularidades geográficas y socioeconómicas de Magallanes están dadas para hacer una contención rápida y efectiva del brote».
