Publicidad
Jesuita Felipe Berríos apunta a la desigualdad como causa de la violencia en Antofagasta: “Son chiquillos que no tienen nada que perder, porque no tienen nada” PAÍS Crédito: Agencia UNO

Jesuita Felipe Berríos apunta a la desigualdad como causa de la violencia en Antofagasta: “Son chiquillos que no tienen nada que perder, porque no tienen nada”

Los sucesos de violencia en la ciudad nortina han llevado a la alcaldesa Karen Rojo a denunciar un «abandono» de las autoridades. Pero el religioso jesuita va más allá y apunta a las razones de fondo de la violencia, señalando que ésta se explica por factores como la mala educación, la desigualdad, la marginalidad y una pésima cobertura de salud. “Hay sectores de la ciudad que son como vivir en Bélgica y otros que son como Bangladesh”, reflexiona. A esto se suman las peleas de las autoridades y un abandono por parte del país en general, añade. “Para los chilenos, el norte termina en La Serena (…) Que venga una autoridad nacional para acá es rarísimo”, asegura.


Desde el campamento «Luz Divina», en el sector de La Chimba de Antofagasta, el jesuita Felipe Berríos ha sido testigo de los hechos de violencia que se han mantenido inalterables en la capital de la Segunda Región desde el inicio del estallido social.

Los sucesos han llevado a la alcaldesa Karen Rojo a denunciar un «abandono» de las autoridades, pero entrevistado por Emol el religioso fue más allá y apuntó a las razones de fondo que hay tras la ola de violencia.

A su juicio, esto se explica por factores como “la mala educación, ausencia de Estado, marginalidad, pésima cobertura de salud, y un abandono por parte del país en general» son el calvo de cultivo para que estas manifestaciones se hayan mantenido en el tiempo.

“Hay una desigualdad muy grande, y hay poca preocupación por los sectores más desposeídos (…) yo incluso he conversado con algunos de ellos, son chiquillos que no tienen nada que perder y ahora tienen un motivo por el cual levantarse, tienen cierto heroísmo, y que no tienen nada”, reflexiona.

Según el sacerdote, “habría que preguntarse qué gatilla esa rabia, se hacen daños a ellos mismos. Aquí en el sector donde yo vivo (La Chimba) ya nos quedamos sin posibilidad de supermercado, de un banco y de lo que sea. Yo creo que la rabia es irracional y hay acumulada mucha rabia. Yo te digo, en los campamentos, prácticamente el Estado es ausente”.

“Yo no estoy de acuerdo con esa violencia y la separo de las demandas justas que tiene la gente. Yo creo que se debe a que esta es una ciudad que tiene un ingreso per cápita entre 27 y 35 mil dólares, y sin embargo, hay sectores de la ciudad que es como vivir en Bélgica y otros sectores que son como vivir en Bangladesh (…) También yo creo que hay ciertos vínculos con el narcotráfico, tenemos una población grande que tiene un sueldo muy bajo, entonces ha ido creciendo el microtráfico. Son mezclas”, añade.

“Ausencia” del Estado

Berríos insistió en la desigualdad, a una “ausencia” del Estado y a la ineficacia de las autoridades que “siempre se están echando la culpa los unos a los otros” y son incapaces de conseguir una salida a la situación.

“Sobre todo es la ausencia de Estado en todas las poblaciones. Yo creo que hay un desgaste que uno hace años está viendo, las peleas entre la Municipalidad, la Intendencia, la Gobernación, y mientras ellos sigan criticándose unos a otros abandonan a la gente. Todos son autoridades y yo quisiera verlos más presentes en el mundo marginal. Para los chilenos, el norte termina en La Serena, ya desde ahí tenemos un abandono muy fuerte, que venga una autoridad nacional para acá es rarísimo”, indica.

Publicidad

Tendencias