Publicidad
Terrenos de alta plusvalía e inversiones millonarias: los intereses en juego detrás de la crisis en el Instituto Nacional PAÍS

Terrenos de alta plusvalía e inversiones millonarias: los intereses en juego detrás de la crisis en el Instituto Nacional

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
Ver Más

El “faro de luz de la nación” pasa por una de sus peores crisis. La administración del alcalde Felipe Alessandri ha marcado un nuevo ciclo, en donde ha surgido la amenaza de cierre o privatización del establecimiento. En medio de esta discusión, aparece una arista desconocida que tiene que ver con el alto valor económico que tendrían los diversos terrenos asociados al Instituto Nacional, como uno en Vitacura, avaluado en más de $13 mil millones, una parcela en El Tabo y un Centro de Extensión, administrado por una corporación externa a la institución, cuya inversión para la remodelación costó más de $5.100 millones al Gore de Santiago.


La crisis en el Instituto Nacional se ha mantenido constante durante los últimos dos años. La acción de Carabineros contra los estudiantes y la manifestación de encapuchados se han ido intensificando bajo la administración del alcalde Felipe Alessandri (UDI) y las políticas como “Aula Segura”, impulsada por la ministra de Educación, Marcela Cubillos.

Durante el último año, el Instituto Nacional ha estado en un sinfín de portadas de medios de comunicación. Fue uno de los íconos del proyecto con que la ministra Cubillos dio el puntapié inicial a su administración del Mineduc y, en más de alguna crisis, la dupla Alessandri-Cubillos ha sacado del paso al Gobierno con medidas especiales para los estudiantes, como la revisión de mochilas y la petición de carné o pase escolar, por parte de Carabineros, para ingresar al establecimiento.

En medio de esta constante pugna, la idea de cerrar el denominado “faro de luz de la nación”, ha surgido en reiteradas ocasiones. Hasta el alcalde Alessandri lo deslizó en medio de un seminario, en julio de este año: «Con la misma tranquilidad con la que estoy hablando, lo voy a cerrar y se acabaron 206 años de historia», declaró el jefe comunal capitalino en Temuco.

Otra idea que ha surgido desde la misma derecha ha sido la de privatizar el emblemático establecimiento, la que ha sido levantada por el senador de Evópoli, Felipe Kast. “Nadie quiere más al Instituto Nacional que quienes pasaron por sus aulas (…). Salvémoslo antes que ya no haya vuelta atrás. Cambiemos su modelo de gestión y pongámoslo en manos de una corporación de exalumnos”, tuiteó el senador.

Estas ideas han levantado las alarmas al interior de la comunidad institutana, desde donde advierten que detrás de estas soluciones “hay más intereses económicos que educacionales”, debido al gasto que significa mantener al Instituto Nacional y a que este cuenta con una serie de inmuebles asociados. Entre ellos, una casa donada por un exprofesor, un estadio en Vitacura, el Centro de Extensión del IN y la Biblioteca, construidos dentro del terreno ubicado en Arturo Prat #33. Además, un terreno de 1.200 m2 en la comuna de El Tabo, que es administrado por el Centro de Ex Alumnos del Instituto Nacional (CEAIN).

El CEAIN ha sido uno de los principales actores en la disputa mediática por la crisis en el Instituto Nacional, se ha ofrecido de mediador y ha pedido el fin de la violencia. Además, ha defendido a rajatabla la selección por mérito como fórmula para ingresar al instituto. Fue fundado en 1945 con el fin de mantener “el espíritu institutano” y actualmente es presidido por Aníbal González, aunque en su página web y en el “Registro Central de Colaboradores del Estado y Municipalidades”, figura como representante legal Mario Benavides Millán, presidente hasta enero de 2019.

En conversación con El Mostrador, el abogado Jaime Jansana, director del CEAIN, subraya que la caída del Instituto Nacional comenzó con el cambio de administración desde el Estado al municipio, durante la dictadura, lo que se habría visto acrecentado con la eliminación de la selección para el acceso a la educación pública. Jansana señala que en este colegio se debe seleccionar y discriminar a los estudiantes en cuanto a su rendimiento, porque “el Instituto Nacional discrimina, porque los mejores deben estar con los mejores”.

El abogado agregó que el IN debe dejar de estar a cargo del alcalde Felipe Alessandri. “Queremos cualquier administración que no sea el municipio de Santiago. Este señor (Felipe Alessandri) está negociando para su reelección, no para mejorar la educación. Y terminó legitimando la violencia”, consignó Jansana. Consultado respecto a la idea del senador Felipe Kast, de que sea una corporación de exalumnos la que administre el establecimiento, el director del CEAIN reconoció que fue una idea entregada por ellos al senador.

El Centro de Ex Alumnos del Instituto Nacional tiene una composición variopinta, lo integran personalidades como el expresidente del Banco Central, Mario Marcel o el excontralor Ramiro Mendoza, entre otros. Exautoridades del instituto aseguran que su composición es “liberal, masónica y republicanista», con hombres de Estado, aunque varios destacan algunas conexiones de su directiva con la centroderecha.

El senador Felipe Kast –que estudió en el Verbo Divino– tiene un vínculo más político con el CEAIN, especialmente con Mario Benavides Millán. El expresidente de Centro de Estudiantes ha sido candidato en listas de Evópoli en dos ocasiones, primero a concejal en 2016 y luego a Core en 2017. A pesar de que Benavides no figura como militante del partido de Chile Vamos, sí ha participado de distintos encuentros políticos de la colectividad y se vio como un activo miembro de la campaña del Presidente Sebastián Piñera.

“El Refugio”

A mediados del siglo XX, el entonces “Ministerio de Tierras” cedió al CEAIN un terreno a concesión en la comuna de El Tabo,  llamado “El Refugio”, el que es administrado –hasta la actualidad– por la directiva de los exalumnos. El objetivo de este donativo era contar con un espacio educativo y recreativo para los estudiantes institutanos, pero, con el tiempo, quienes harían el mayor uso de dos cabañas e inmueble central con camarotes, más una cancha de tenis y otra de fútbol, serían los exestudiantes del colegio.

«Refugio El Tabo» del Instituto Nacional.

En el 2011, bajo el primer Gobierno de Sebastián Piñera, la ministra Catalina Parot, de Bienes Nacionales, renovó la concesión gratuita del terreno de 12.704 m2, ubicado en Calle Armando Celis, otrora Camino Viejo a Algarrobo. En los términos del decreto de concesión se detalla que el plazo suscrito será de 30 años y que la entrega gratuita del terreno se mantendrá mientras el CEAIN cumpla con el objetivo del proyecto para el que fue cedido el terreno: “Las Colonias Escolares y de Perfeccionamiento para Alumnos del Instituto Nacional”. Este es el fundamento bajo el cual el Estado de Chile cedió dicho terreno.

Jaime Jansana destaca que actualmente se cumple con el acuerdo de llevar a los séptimos básicos a una salida educativa que dura un fin de semana completo. Una especie de ritual para los institutanos en donde se combina “una salida pedagógica y de camaradería”, recuerda un exalumno. Un apoderado del IN detalla que para dicho viaje los cursos deben pagar un costo de $400 mil, y que “hace poco” se retomaron los viajes educativos, ya que en mayo del 2016 se debió arreglar el sistema de alcantarillado, lo que habría tenido un costo de $3,8 millones. Según consigna la página del Centro de Ex Alumnos del IN, recién en noviembre de 2017 se retomaron los viajes de 7° básico.

Pero no es la única función que cumple este terreno. En diversos registros electrónicos se puede observar que “El Refugio” es utilizado como casa de veraneo, centro de eventos para los exestudiantes del Instituto Nacional, y como centro para celebrar cumpleaños con instalación de juegos inflables. Muchos de los comentarios apuntan a que es un espacio recomendable para veranear porque se encuentra cercano a la playa.

El tema del uso de “El Refugio” y la rendición de cuentas del CEAIN por su administración, ha surgido en diversas ocasiones al interior de asambleas de estudiantes, padres y apoderados del Instituto Nacional, desde donde apuntan que el Centro de Ex Alumnos “hace años” que dejó de detallar el uso de dineros que han entregado desde el IN para el lugar.

Tras el terremoto de 2010, “El Refugio” quedó inhabilitado para funcionar, y fue reconstruido por el CEAIN, previo aporte de padres y apoderados del IN, quienes debieron pagar $8 mil al matricular a cada estudiante.

El Mostrador revisó el “Libro Mayor de Refugio El Tabo”, el cual no es actualizado desde el 2016 en la página web del CEAIN. En el documento se destaca que, al 2015, “El Refugio” debía más de $2,2 millones al CEAIN. Durante ese año, “El Refugio” contabiliza ingresos por $1.785.000, todos provenientes de donativos y recaudaciones de los séptimos básicos del Instituto Nacional. Uno de estos ingresos corresponde a un aporte por $700 mil en diciembre de 2015.

En 2016 se registran ingresos por $6,1 millones, entre los que destaca un depósito en enero de 2016 por $2,1 millones por “Recaudación de Proceso de Matrículas”. A fines de 2016, entre ingresos y egresos, el monto de la deuda de “El Refugio” con el CEAIN aumentó de $2,2 millones a $3,9 millones.

En cuanto al historial financiero del Centro de Ex Alumnos del Instituto Nacional –según información recabada por El Mostrador–, cuenta con cinco cheques protestados por un monto total de $315 mil, debido a deudas de telefonía. Las cuentas impagas se registran desde el 15 de octubre de 2013, por un cheque a EntelPhone, por $128.280, y la última cuenta no pagada data del 30 de mayo de 2019, por la cual el CEAIN debe $31.470 a Telefónica Chile S.A.

Los terrenos asociados al Nacional

En 1960, la Familia Goycolea donó un terreno de 6 hectáreas para la construcción de un complejo deportivo para el Instituto Nacional. Según la página web del colegio, este cuenta con una pista atlética, un foso para practicar salto, camarines, casino, una multicancha, canchas de arcilla para tenis y una de césped, instalaciones que habrían sido construidas durante los años 80 por el Ministerio de Bienes Nacionales.

El espacio, donde se disputan torneos de fútbol entre colegios y actividades extraprogramáticas, como para el aniversario 209 del Instituto Nacional, está ubicado en medio de una zona de colegios en el barrio alto, en Nueva Costanera #4270, bordeando la rivera del Río Mapocho, entre el colegio privado Santa Úrsula y el Parque Vespucio; hacia el norte, cruzando el río, se encuentra el Colegio Saint George.

El paño de terreno, según el avalúo fiscal del primer semestre de 2019, cuenta con 105.340 m², de los cuales 532 m² fueron construidos entre 2005 y 2011. La propiedad tiene un valor fiscal de $13.131.693.798 y no paga contribuciones.

Parte del terreno se encuentra en arriendo, espacio en el que se instalaron dos antenas telefónicas. A pesar de que El Mostrador no logró acceder al valor exacto de dicho arriendo, desde el Instituto señalan que la cifra llegaría a los $15 millones anuales. Con el arriendo de las instalaciones se reparan “techos, ventanas y se compran muebles”, destacan desde el Instituto Nacional, y a pesar de que los estudiantes ya no cuentan con el bus institucional, el estadio es uno de los espacios más valorados por el alumnado.

La idea de entregar en comodato el terreno ha surgido en varias ocasiones. Así, durante el 2017 se propuso entregar la administración del terreno a un privado, “para que tuviera libre disposición de las instalaciones”, recuerda un apoderado del colegio. Por dicha transacción se entregarían $300 millones al Instituto Nacional. También surgió la idea de generar una alianza con la Federación de Rugby, la que fue desechada. Desde hace algunos años, en los pasillos del IN ha surgido el rumor de que se ha estudiado la idea de trasladar el establecimiento al terreno ubicado en la comuna de Vitacura, con el fin de evitar las constantes movilizaciones entre los estudiantes.

El otro paño de alto valor asociado al Instituto Nacional es el terreno ubicado en pleno centro de Santiago, en Arturo Prat #33, en donde se construyó el edificio central del Instituto, la Biblioteca y el nuevo Centro de Extensión. El terreno tiene 14.000 m2 y una superficie de construcción de 33.360 m2. El avalúo fiscal del paño llega a los $19.342.358.884, según la tasación del primer semestre de 2019.

Cabe recalcar que en dicho terreno también se encuentra construida la Casa Central de la Universidad de Chile, cuyo edificio fue declarado patrimonio nacional en 1974. El Instituto Nacional cuenta con una colección de libros, óleos y bienes de la Biblioteca y Rectoría que han sido declarados como patrimoniales, pero el edificio no cuenta con dicha distinción, que lo protegería ante posibles ventas del terreno.

El Centro de Extensión

Además de la Biblioteca, al interior del terreno se encuentra el Centro de Extensión del Instituto Nacional, un proyecto que estuvo detenido desde 1960 y que dio vida al mito de las catacumbas en su interior. El Centro fue inaugurado en enero de 2018 y su construcción significó una inversión de más de $5.170 millones, aprobada por el Gore de Santiago, además del aporte de la “Corporación Cultural y Educacional Instituto Nacional”, creada por el abogado y amigo de Julio Ponce Lerou, Darío Calderón, quien es parte del selecto grupo denominado “A-0” de exestudiantes de la institución.

Centro de Extensión Instituto Nacional – foto Radio U. Chile.

El Centro de Extensión del Instituto Nacional tiene 6.200 metros cuadrados, un aula magna para 800 personas, un teatro de cámara, salas multipropósito, además de espacios para realizar seminarios, clases y conferencias académicas.

El proyecto fue terminado en el 2017, pero la Dirección de Educación Municipal de Santiago informó que no tenía recursos para su mantención, por lo que, en agosto de 2018, el Concejo Municipal –con la abstención de la DC y la ejecución del doble voto del alcalde Alessandri– decidió crear la “Corporación Cultural Centro de Extensión Instituto Nacional”, la que quedó integrada por la Cordesam, el Teatro Municipal de Santiago, Santiago Innova, el Municipio de Santiago y el CEAIN.

“Queremos que este sea un espacio abierto a la comunidad del Instituto Nacional y también a los vecinos de la comuna, por eso en cada uno de sus espacios vamos a generar actividades dirigidas a distintos públicos”, dijo el alcalde Felipe Alessandri al informar la creación de la Corporación, al tiempo que destacó que “es un lujo que ningún otro liceo público del país tiene”.

Desde su inauguración, la conformación de dicha corporación, que es dirigida por el o la directora de turno del Instituto, generó ruido al interior del establecimiento, principalmente porque el acuerdo entre este y la señalada corporación contemplaba la autorización de 17 actividades para los estudiantes del Instituto Nacional. En agosto de 2018, tres apoderadas del colegio acudieron a la Contraloría, con el fin de que revise la creación de la Corporación y la utilización del Centro de Extensión con fines distintos al educacional.

Según una publicación de Revista Capital, en el centro se han efectuado charlas de fundaciones externas, como la exposición que realizó Mario Vargas Llosa, traído por la Fundación para el Progreso, en 2018, pero también actividades como licenciaturas de los institutanos, la ceremonia por los 209 años del establecimiento y una actividad de los miembros del CEAIN.

Felipe Coddou Mc Manus, reconocido dentro del mundo de las artes gráficas y fotografía, fue nombrado director del Centro de Extensión. Según la publicación de Revista Capital, el 25% de las recaudaciones del centro de Extensión irán a parar al Consejo Escolar del Instituto.

Pero, según Viviana Vega, una de las apoderadas que acudió a la Contraloría, el modelo utilizado para operar el Centro de Extensión no ha posibilitado el uso por parte de los estudiantes del Instituto Nacional. “Nuestros estudiantes tienen que ponerse de rodillas para hacer una actividad allí”, sostuvo.

La concejala por Santiago, Irací Hassler (PC), destacó a El Mostrador que ella se opuso a la creación de esta corporación, debido a que son «más de $5.100 millones del Gobierno regional, de todos los chilenos y las chilenas, cuyo fin es aportar al fortalecimiento de la educación pública, tanto del Instituto Nacional como de otros colegios de Santiago, y por qué no, a nivel metropolitano. Sin embargo, esas miradas quedaron fuera de un espacio que finalmente termina siendo externalizado».

Hassler agrega que el Centro de Extensión «no ha permitido que la comunidad ocupe los espacios como corresponde». La concejala explica que «los socios tenían que poner $10 millones para ser parte (de la corporación), después de bastante discusión se logró que él o la rectora entrara a este espacio, sin embargo, todo el resto de los actores son quienes tienen los recursos económicos y no necesariamente una vinculación directa con el proceso educativo, que era a lo que apostábamos que pudiera fortalecer esta gran inversión regional en el Centro de Extensión».

Publicidad

Tendencias