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Jesuita Fernando Montes sobre el difunto Renato Poblete: “No tenía idea que podía tener una doble vida” PAÍS

Jesuita Fernando Montes sobre el difunto Renato Poblete: “No tenía idea que podía tener una doble vida”

El exrector de la Universidad Alberto Hurtado se refirió a quien fuese capellán del Hogar de Cristo tras la decisión del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de cambiar el nombre del Parque Renato Poblete tras el estallido de denuncias por abusos sexuales en contra del fallecido párroco.


La figura del sacerdote Renato Poblete Barth sigue golpeando a la Compañía de Jesús. A nueve años de su muerte, tiene a su haber más de ocho denuncias sobre abusos sexuales, por lo que el Gobierno decidió cambiar el nombre del Parque Fluvial que llevaba su nombre. Este pasará a llamarse Parque de la Familia, y también se retiró la estatua que inmortalizaba la figura del religioso en el lugar.

Desde la Compañía de Jesús se valoró la decisión oficial, y a pesar de las denuncias existentes y de la “fama” que tenía Poblete en cuanto a la cercanía que tenía con mujeres, al interior de la orden sigue pesando un silencio en torno a ese pasado.

“No tenía idea de que podía tener una doble vida”, insistió hoy el sacerdote jesuita y ex rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, quien cuando se dieron a conocer las primeras denuncias hacia el difunto sacerdote, en enero pasado, se mostró  “sorprendido y dolido” con la noticia.

En conversación con CNN Chile, Montes también se refirió a las víctimas, señalando que a éstas “hay que escucharlas y en la medida de lo posible apoyarlas”.

En cuanto al papel que juega la Compañía de Jesús para el esclarecimiento del tema, Montes aseguró que la institución “ha generado las instancias como poner abogados competentes externos para que no seamos nosotros los jueces y que la situación se investigue seriamente”.

Cabe recordar que el caso Poblete quedó al descubierto cuando la teóloga de la UC Marcela Aranda denunció al fallecido sacerdote por “delitos y situaciones abusivas” de “carácter grave en el ámbito sexual” entre 1985 y 1993, cuando ella tenía entre 19 y 20 años.

En ese entonces, el sacerdote residía en la comunidad San Roberto Bellarmino, en el centro de Santiago. La víctima aseguró que él le «destruyó su vida afectiva».  Para investigar este caso, la Compañía de Jesús abrió una investigación que dejó en manos del abogado Waldo Bown.

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