PAÍS
Si bien el ministro Carroza aseguró que el frentista fugado de la CAS en 1996 se encuentra “detectado y detenido” en EEUU, e incluso con una identidad distinta, en la PDI dijeron que recién están en una “etapa preliminar de establecer fehacientemente su identidad” y no ha sido arrestado.
Toda una confusión se ha producido sobre el caso del frentista chileno Pablo Muñoz Hoffmann en Estados Unidos. Si bien el ministro en visita para causa de derechos humanos Mario Carroza, aseguró que el fugado de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) fue capturado, en Interpol Chile fueron más cautos.
“No se encuentra detenido. Estamos en la etapa preliminar de establecer fehacientemente su identidad”, dijo esta tarde el jefe de Interpol Chile, subprefecto Ricardo Quiroz.
El funcionario policial aseguró que hasta el momento lo que hay en concreto es que autoridades estadounidenses hicieron las consultas respectivas pidiendo los antecedentes del chileno. En esta etapa preliminar, se han intercambiado huellas dactilares: “Necesitamos verificar que es la persona, estamos a la espera de la confirmación de parte de las autoridades estadounidenses”, indicó.
La versión policial contrasta con lo señalado por el ministro Carroza, quien aseguró que Muñoz Hoffmann se encuentra “detectado y detenido” en el país del norte e incluso con una identidad distinta.
Sin embargo, el subprefecto señaló que “tengo entendido que está residiendo en EEUU y no tengo antecedentes que haya cometido algún delito”.
Muñoz Hoffmann es uno de los integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), que escaparon en 1996 en un helicóptero de la Cárcel de Alta Seguridad, en una operación bautizada como “Operación Vuelo de Justicia”.
Junto a Muñoz Hoffmann, también se fugaron Ricardo Palma Salamanca (quien recientemente recibió el estatus de refugiado político en Francia), Mauricio Hernández Norambuena (cumple condena en Brasil por secuestro) y Patricio Ortiz Montenegro (quien reside en Suiza como asilado político).
Al momento de su fuga, el frentista cumplía condena por el asesinato del coronel Luis Fontaine y por el atentado al general Gustavo Leigh.
