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La acción judicial fue interpuesta en el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago y respalda un recurso de protección por impedir el derecho a informar y ejercer la libertad de expresión, según informó el sindicato a través de un comunicado.
El sindicato de Radio Bío Bío presentó una denuncia contra José Ancán, el obispo Eduardo Durán y todos los responsables de la agresión que sufrió el periodista Óscar Cáceres en el Tedeum evangélico el pasado domingo 16 de septiembre.
La acción judicial fue interpuesta en el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago y respalda un recurso de protección por impedir el derecho a informar y ejercer la libertad de expresión, según informó el sindicato a través de un comunicado.
«Ese día, Óscar fue atacado por la espalda por José Ancán y silenciado, mientras ejercía su labor como periodista, preguntando al obispo Durán su apreciación por la investigación que desarrolla el Ministerio Público en su contra, por presunto lavado de activos», dice la declaración.
La comunicación también indica que «la imagen de Óscar en el suelo, con una mano en la boca, indigna e inquieta, porque al parecer, algunos grupos de poder siguen creyendo que pueden callar a la prensa libre e independiente. Y sí, nos referimos a la misma iglesia que respaldó alegremente la dictadura militar».
El sindicato sostiene que la inquietud aumenta ya que no se trató de una agresión aislada, sino que «como lo demuestran videos y fotos de prensa, el amordazamiento fue «coordinado y reiterado durante el acto político-religioso, contra otros y otras colegas, pero también contra asistentes a la misa».
Remarcan que los derechos de libertad de expresión e información son pilares fundamentales de la democracia, por lo que, como trabajadores de la prensa, no tolerarán que estos sean transgredidos.
Finalmente, el sindicato resaltó que » vamos a perseguir la responsabilidad de aquellos miembros de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal y de cualquier otra persona que corresponda por las graves falencias en la “seguridad” del evento, que derivaron en agresiones contra profesionales de la prensa y vulneraciones graves a los derechos de libertad de expresión».
