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La IX Encuesta sobre el Sistema de Salud Chileno del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello reveló que el valor de los medicamentos es uno de los temas más urgentes para los chilenos en este ámbito. “Aumentar la competencia para que el virtual oligopolio de distribución tenga realmente competidores y los consumidores mayor información”, son alguna de las claves para bajar los precios, explica Héctor Sánchez, director de la entidad.
En medio del debate sobre la reforma tributaria del Gobierno, el senador RN Manuel José Ossandón lanzó una campaña para pedir al Gobierno el fin del IVA a medicamentos. La cruzada toca un tema sensible para la ciudadanía, dado que el alto desembolso en remedios es una de las principales preocupaciones de los chilenos en materia de salud, junto a la reducción de las listas de espera quirúrgicas y de especialistas.
Así lo revela la IX Encuesta sobre el Sistema de Salud Chileno que anualmente realiza el Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, y donde los entrevistados evaluaron varias ideas que buscan paliar lo oneroso de los medicamentos.
Las razones del alto precio de los medicamentos son variadas. “De todo el gasto de bolsillo que efectúa la gente, un 35% es en medicamentos, y se explica por el perfil epidemiológico, demográfico y excesiva automedicación”, señala Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello.
A la hora de las soluciones, el sondeo muestra claramente que la mayoría de los entrevistados dice que el Estado debe regular los precios de los medicamentos, planteamiento que es apoyado por un 72%.
Sin embargo, pese al apoyo popular, este tipo de medidas tiene sus contras, advierte el experto. “Los controles de precio por regulación no son en el largo plazo soluciones eficientes. En cambio, las regulaciones de precio mediante cambios en el marco de incentivos en la industria son mucho más efectivas y un ejemplo es lograr transparentar toda la cadena de precios de los medicamentos desde los laboratorios a las farmacias. Esto ya funcionó con las Isapres, cuando éstas debieron transparentar en de marzo de cada año las alzas de sus planes base, y así las alzas en promedio bajaron más de un 40%”, ejemplifica Héctor Sánchez.
Para el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, otra forma de paliar los precios “es incorporando grandes compradores de medicamentos, por ejemplo, los seguros de salud de las Isapre y complementarios, el Fonasa para la libre elección, los municipios, para igualar el poder en el mercado de laboratorios y farmacias y finalmente cambiando la lógica de competencia desde medicamentos de marca a genéricos bio-equivalentes en la bio-disponibilidad de calidad certificada”.
Según Sánchez, una buena opción en este sentido es que el Estado amplié el rango de licitaciones de medicamentos y además hacerlas internacionales “para así incorporar más competencia, lo que a lo menos se traduciría en una baja de los precios para un segmento muy importante de la población”.
De acuerdo a la encuesta, otras medidas con alto respaldo son fortalecer y aumentar las farmacias en los municipios, con 42%. Según Sánchez, “las farmacias populares o comunales, son una experiencia en desarrollo que hasta el momento se ha implementado en algunos lugares exitosamente, pero aún falta por evaluar” y su éxito dependerá de la “capacidad que tenga el Estado para fiscalizar que no haya fugas por malos manejos y/o corrupción, que es el gran riesgo de una iniciativa como ésta en los municipios”.
Asimismo, otras propuestas con alto respaldo entre los consultados son que la receta contenga el medicamento genérico bioequivalente (40%), aumentar la oferta de medicamentos genéricos/bioequivalentes como alternativa a los medicamentos de marca (37%). “En primer lugar, debe existir una regulación que obligue a los médicos a recetar el genérico bioequivalente y si el profesional lo desea el de marca correspondiente. En segundo lugar, la educación es clave para que los pacientes exijan esto a los profesionales y, tercero, que el Estado otorgue las condiciones para que haya disponibles en el país medicamentos bioequivalentes de calidad certificada que a lo menos cubran el 80% de la demanda de la población”, señala el experto de la UNAB.
Hasta ahora en el Gobierno han intentado algunas soluciones, bajo la constatación de que “Chile tiene un triste récord: los remedios pueden ser 3 veces más caros”, como ha señalado la primera dama Cecilia Morel. Entre las iniciativas en marcha están el lanzamiento de la página web que compara precios de cerca de 12 mil medicamentos o el envío al Congreso del proyecto de ley denominado Fármacos II que apunta a mejorar el acceso a los remedios y la disminución de los precios, aunque desde la oposición dudan de su efectividad.
Encuesta cara a cara en base a un cuestionario estructurado con preguntas cerradas a población residente en Santiago, Valparaíso y Concepción. El universo fue de 1302 casos, con un error estadístico de +/- 2,72% y un nivel de confianza de 95%. El terreno fue realizado entre el 5 de junio y el 3 de agosto.
