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Intendente informó que “se hizo una limpieza, un lavado profundo de todos los colegios, con normas especiales de prevencionistas de riesgo”. Organizaciones de padres y apoderados han exigido a las autoridades los informes técnicos que poseen sobre la contaminación
Cerca de 10.000 estudiantes de Quintero y Puchuncaví, regresaron este martes a clases después de 10 días de paralización por dos episodios de intoxicación.
Las autoridades decretaron el pasado domingo el fin de la situación de alerta amarilla, pese a que aún no se ha determinado con exactitud la naturaleza de material contaminante, ni tampoco se tiene certeza del origen de los gases emanados de las plantas industriales instaladas en la zona.
Más de 400 personas debieron ser atendidas en dos episodios de intoxicaciones masivas que afectaron a ambas localidades, que se ha manifestado de forma permanente, se mantiene desconfiada y reclama el cierre de las plantas industriales.
En los últimos días también se capacitó a los profesores y se realizó una limpieza a fondo en los colegios durante el fin de semana.
El intendente de la Región de Valparaíso, Jorge Martínez, aseguró que también se diseñó un plan para la recuperación de las clases perdidas durante los días en que las actividades permanecieron suspendidas. Además, informó que “se hizo una limpieza, un lavado profundo de todos los colegios, con normas especiales de prevencionistas de riesgo”.
No obstante, las organizaciones de padres y apoderados han demandado a las autoridades los informes técnicos que poseen sobre la contaminación, según dijo su representante, la abogada Jeanette Bruna.
«Los apoderados necesitan que sus hijos e hijas vuelvan a la normalidad, toda vez que aún carecemos de informes específicos diarios sobre la calidad del aire, carecemos de informes técnicos respecto de la salud actual de los niños y respecto de lo que se puede esperar como consecuencia», manifestó.
Los episodios de alta contaminación se producen desde al menos cuatro décadas en la zona, al punto de que la organización ecologista Greenpeace la definió como «el Chernóbil chileno».
Inicialmente el Gobierno responsabilizó a la estatal Empresa Nacional del Petróleo (Enap), que ha presentado informes de inspectores externos para desmentir la imputación.
Este lunes, la fundición de cobre Ventanas de Codelco debió paralizar tres de sus cuatro convertidores luego de detectar altas emisiones de dióxido de azufre, que no obstante no superaron la norma, según dijo la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
La norma establece un máximo de 250 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico de aire y en esta oportunidad se alcanzaron 180 microgramos, que permanecieron sólo unos pocos minutos, dijo Schmidt, lo que fue ratificado después por la propia empresa que señaló que la paralización fue de forma voluntaria y preventiva.
