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El estado de alerta de la industria nacional por ley que busca abrir el transporte marítimo de pasajeros

El estado de alerta de la industria nacional por ley que busca abrir el transporte marítimo de pasajeros

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Problemas con las «banderas de conveniencia» y su controvertido régimen tributario. Peligro de las fuentes laborales en la zona sur y un impacto medioambiental que aún no se mide, son las preocupaciones de los gremios que están presentes en la discusión legislativa


Este miércoles en la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado continuará el debate del proyecto de ley de cabotaje de pasajeros para cruceros con bandera extranjera. Como invitados asistirán un representante de los 16 casinos de la asociación local de salas de juego, y Vivien Villagrán, superintendenta de casinos. La industria regulada del juego es otro de los actores que tiene reparos sobre esta iniciativa legal que se ve muy bien para la el sector del turismo. Así lo explicó la subsecretaría de turismo Mónica Zalaquett en la sesión de la semana pasada.

«Es tal la convicción que tenemos sobre el impacto positivo y virtuoso que tiene la llegada de un turista. Se dinamiza la economía local. La falta de cabotaje hace que no seamos atractivos, porque moverse dentro de Chile no está dentro de la demanda de cruceristas está pidiendo: viajes más cortos de siete o menos días», afirmó Zalaquett.

En efecto, porque tal como está el proyecto hoy, con urgencia por parte del gobierno, permite que naves de bandera extranjera transporten más de 400 pasajeros y con ciertas restricciones,  hasta 400 pasajeros, que pueden moverse de un punto a otro. Se trata de pequeños asentamientos flotantes con todas las comodidades y entretenimiento disponibles en tierra. Los «cruceros de lujo, descubrimiento y exploración», sin embargo, representan una amenaza desde distintos puntos de vista, tal como quedó en evidencia durante la discusión en la instancia parlamentaria.

Uno de los aspectos es el que permite la entrada en operaciones de los barcos con «banderas de conveniencia», Juan Villalón, representante del Sindicato de Oficiales de Marina Mercante Austral, alertó sobre lo que implica desde el punto de vista tributario y la protección de derechos laborales, la entrada de nuevos operadores.

«Las banderas de conveniencia son básicamente paraisos tributarios. Yo puedo registrar un buque con bandera de cualquier parte, incluso Bolivia. La ventaja como es obvio no tributo (…) luego de esta reunión tengo que ir a un buque en San Antonio, con bandera de Malta. El operador es alemán, el dueño es británico. Abrir el cabotaje en Chile involucra el peligro de fuentes laborales. Si el proyecto establece como 400 pasajeros, basta que alguien traiga un buque de 401 pasajeros y se ponga a navegar por Chile. Es más, el armador chileno que ya tiene buques allá va a matricular el buque con bandera extranjera, va a pagar la mitad de lo que paga en el registro chileno y va a contratar birmanos, indonesios a los que les va a pagar la mitad y los chilenos va a terminar manejando taxis», afirmó Villalón.

El espiral virtuoso

Este proyecto parte de una moción presentada en 2014 por los senadores Alejandro Navarro, Ricardo Lagos Weber y Alejandro Guillier. Pero después de cuatro años sin movimiento en el Congreso, hoy el gobierno le puso urgencia, en el contexto de la agenda de productividad. Por lo mismo, la preocupación es creciente. Particularmente en el gremio de usan las rutas marítimas y lacustres al sur de Puerto Montt. Son las entidades agrupadas en Armasur.

«Cuando el espíritu de la moción parlamentaria hablaba de cruceros de bandera extranjera,efectivamente lo veiamos como algo asi. Cuando escuchamos las intervenciones de los honorables en las distintas discusiones, lo veíamos como un espiral virtuoso. Pero después de ver la redacción nos preocuparon tres cosas», dijo Héctor Hénriquez, director de Armasur.

La primera es la que habla en el proyecto actualmente de «nave de pasaje» que por definición transporta más de 12 personas. Entonces permite la entrada de naves como ferrys, transbordadores, barcazas. «Tenemos claro que no es el espíritu del proyecto, pero la redacción del proyecto permite que estas naves se posicionen», dijo Henríquez. De esta manera pone en peligro los servicios de conectividad en la zona sur austral que en muchos casos está subsidiada. «Una componente importante de esta conectividad significa la rentabilidad en temporada estival y no podemos permitir que alguien venga a descremar el mercado. Hemos construido un capital social, humano, muy importante. Desde el punto de vista tributario es imposible competir con las banderas de conveniencia», agrega el dirigente, alertando que este círculo virtuoso se puede romper tal como está la iniciativa de ley.

Por otro lado, aclaran que es muy distinto un «mega crucero» que una «nave de expedición». Lo que preocupa es que la ley autorizaría recalar en  «puntos» es decir en cualquier parte y no específicamente en «puertos» distinción al que el gremio de Armasur que reune a 30 empresas,no se opone específicamente. «La espiral virtuosa se consigue en puertos, no en puntos. Las rutas son mercados geográficos, no rutas como Puerto Montt a Punta Arenas. La Patagonia es un mercado geográfico, el Campo de Hielo Sur».

El peligro para los armadores está en los cambios desde Puerto Montt al sur y no hacia el norte donde no se oponen a que existan «puntos» de detención. En los gremios preocupa especialmente el impacto en una industria nacional que goza de buena salud durante décadas.

Por otro lado, está la amenaza al delicado medioambiente en la zona sur y en toda la costa chilena. Sin considerar las toneladas de basura, y otro tipo de deshechos, un crucero contamina lo mismo que 12 mil vehículos.

De esta manera el proyecto que busca abrir el cabotaje de pasajeros  seguirá con una complicada tramitación

 

 

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