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Platas políticas: el fantasma de la boleta falsa que pesa sobre el próximo subsecretario de pesca Se le reprocha también haber defendido a El Mosca, un conocido narco de la Legua

Platas políticas: el fantasma de la boleta falsa que pesa sobre el próximo subsecretario de pesca

En 2015 su nombre apareció en el listado de Inversiones Caburgua, la sociedad ligada al grupo Said que debió rectificar una serie de pagos a personas ligadas con campañas políticas. Pero de haber existido delito, está prescrito.


No es fácil conjugar los factores para elegir los cargos que coparán la administración del Estado a partir del 11 de marzo: dar en el gusto a los partidos, que los nominados sean “caras nuevas” y que las personas propuestas no tengan líos judiciales. En el caso del equipo del Presidente electo Sebastián Piñera, al parecer se evaluó que algunos asuntos no son tan importantes como para descartar un nombramiento.

Prueba de ello es la situación del nuevo subsecretario de pesca Eduardo Riquelme Portilla. Abogado, y militante RN, Riquelme fue jefe de gabinete de Andrés Allamand, cuando el actual senador era ministro de Defensa. Luego, trabajó durante este gobierno contratado por el diputado Nicolás Monckeberg y asesorando a la bancada del partido en casos específicos contra el bacheletismo, como la interpelación al ex ministro Rodrigo Peñailillo y el caso Caval, donde patrocinó una querella.

El nombre de Riquelme apareció en el listado de pagos que Inversiones Caburgua, decidió rectificar el año 2015 ante el Servicio de Impuestos Internos, por tratarse de prestaciones a la empresa que nunca se realizaron. En otras palabras, financiamiento irregular a la política, en este caso desde la empresa ligaga al grupo Said, que rectificó los pagos entre 2009 y 2014. Riquelme, próximo a asumir como subsecretario de Pescsa, recibió en 2009 a través de una boleta $4.444.444

Riquelme consultado por El Mostrador, en 2015 aseguró no recordar esa boleta de seis años atrás y que revisaría los antecedentes, pero aseguró que probablemente se tratara de un trabajo para alguna persona natural. En ese momento, Riguelme defendía al ex diputado Alberto Cardemil formalizado en el caso Penta.

Inversiones Caburgua rectificó sus pagos, luego de que la contadora Clara Bensán quien trabajó en la campaña de Eduardo Frei en 2009 revelara que Giorgio Martelli entonces recaudador de la Concertación le pidiera emitir boletas a nombre de la empresa. Pero el listado reveló que no solo había gente ligada a la centro izquierda, como lo prueba el caso de Riquelme.

De cualquier manera, respecto de la boleta, la situación de Riquelme, de haber existido una querella, se equipara a la del resto de las personas que la Fiscalía decidió sobreseer por encontrarse los delitos tributarios prescritos. Una boleta, no vale un subsecretario.

En otro orden, también le pesa haber tomado la representación legal por $18 millones de Carlos Riffo Peña, alias El Mosca, un conocido narcotraficante de La Legua. Esta defensa, que duró solo hasta que se hizo público el hecho, generó una controversia no menor, ya que durante ese periodo del 2015, Riquelme era el asesor de Monckeberg justo en el momento en que el parlamentario había criticado duramente la Ley de Drogas porque las modificaciones a la misma habrían favorecido a los narcotraficantes.Una vez publicada la noticia, Riquelme renunció a la defensa de esta persona. En ese momento, trabajaba en el estudio FAR, con los ex fiscales Vinko Fodic, Alejandro Peña y el abogado José Luis Andrés, que actualmente defiende a Flavio Echeverría, apuntado como el cabecilla del fraude en Carabineros

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