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Secretaria de Lavín reconoce ante la Fiscalía uso de dineros irregulares de SQM en campaña senatorial del 2009 Asesora dijo que padre de timonel de la UDI le entregó cheques para «caja chica»

Secretaria de Lavín reconoce ante la Fiscalía uso de dineros irregulares de SQM en campaña senatorial del 2009

Nicolás Sepúlveda
Por : Nicolás Sepúlveda Periodista de El Mostrador
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Lorena Espinoza, secretaria personal de Joaquín Lavín desde hace 20 años, declaró el pasado 29 de enero como imputada ante la Fiscalía de Alta Complejidad. En la ocasión, reconoció que la campaña senatorial 2009 del militante UDI ocupó fondos provenientes de las boletas falsas que Carolina de la Cerda extendió a SQM. La funcionaria administró dineros para la campaña mientras cumplía funciones en la Universidad del Desarrollo.


Lorena Erica del Carmen Espinoza Inostroza es hace más de 20 años la secretaria personal de Joaquín Lavín. Partió acompañándolo en 1993, cuando el ex presidenciable de la UDI asumió la alcaldía de Las Condes. Lo siguió en 1999 en su primera aventura presidencial. Luego estuvo junto a él en los cuatro años en que ejerció como alcalde de Santiago, y en las oficinas de la Universidad del Desarrollo durante los periodos intermitentes en que Lavín ejerció como decano y académico de la casa de estudios. El 2011 la secretaria figuró en el Ministerio de Educación y, luego, en el Ministerio de Desarrollo Social. Es su colaboradora más fiel.

Luego que se destapara la arista Soquimich (SQM) del escándalo de los aportes irregulares de las empresas a campañas políticas, entre varias declaraciones, el 29 de enero pasado la Fiscalía de Alta Complejidad también tomó la de Lorena Espinoza, en calidad de imputada. Lo hizo frente a los fiscales Pablo Norambuena y José Antonio Villalobos, y en ese trámite develó el recorrido de parte de los millones que SQM aportó a la aventura senatorial de Lavín.

“Ese año 2009 en algún momento don Ernesto Silva Bafalluy, que puede ser en agosto, en mi oficina de la universidad, se acercó don Ernesto y me entrega un cheque a mi nombre y cruzado por $2.300.000. Lorena me dijo haga efectivo este cheque y manténgalo como caja chica para cosas que necesita Joaquín” (sic), aseguró, según se lee en la declaración a la que El Mostrador tuvo acceso.

En ese momento los fiscales le exhibieron una copia del cheque del Banco Security que emitió Carolina de la Cerda con los dineros depositados por la empresa de Ponce Lerou. Espinoza lo reconoció.

“Ese es el cheque a que me refiero y al reverso reconozco mi firma y mi número de cuenta XXXX, que es del Banco Chile. El cheque venía cruzado y venía a mi nombre y lo deposité en mi cuenta al mismo tiempo yo hice un cheque mío y lo giré, y quedé en mi cuenta con saldo en contra ocupé mi línea de crédito. Fui a una sucursal del Banco Chile y obtuve el dinero en efectivo $2.300.000. El dinero en efectivo lo mantuve en mi escritorio era una especie de caja chica. Lo mantuve en un cajón de mi escritorio con llave. No le informé a Joaquín Lavín” (sic).

[cita] La hebra de esta parte de la investigación fue revelada cuando el Ministerio Público detectó boletas emitidas por la cuñada del ex subsecretario de Minería, Pablo Wagner, Carolina de la Cerda, a SQM y Penta. En ese momento Wagner estaba en el ojo del huracán por haber recibido un sueldo bimensual por parte de Penta, empresa en la que había trabajado antes de asumir un cargo público y uno de cuyos sus controladores, Carlos Alberto Délano, tenía intereses en el negocio de la minería. [/cita]

Esa caja chica fue administrada por Espinoza desde su oficina en la Universidad del Desarrollo, donde el 2009 ejercía como secretaria del entonces académico de la Facultad de Economía y Negocios, Joaquín Lavín.

La funcionaria detalló las compras que realizó con parte de los $2.300.000 que el padre del actual presidente de la UDI –Ernesto Silva Bafalluy, fallecido el 2011– le facilitó: “Yo me quedé con el dinero en efectivo para gastos menores de don Joaquín. Yo con esos fondos compré un computador portátil, marca HP, no recuerdo donde lo compré, lo compré para don Joaquín, compré una banda ancha móvil, debo haberlo comprado en Entel, compré un teléfono una blackberry que debe haber sido en Entel, para Joaquín Lavín. Don Joaquín en algún momento me dijo que necesitaba un computador para poder cumplir su pega, como para estar conectado, ya que en el fondo él seguía siendo profesor y en el fondo necesitaba revisar presentaciones y tenía que revisar para al otro día hacer sus clases. Don Joaquín no tenía computador personal antes de esto, no tengo boletas por esas compras” (sic).

Lorena Espinoza agregó que Lavín abultó esa caja chica con otros $300.000. Ante la consulta de los fiscales, no autorizó el levantamiento del secreto de su cuenta bancaria y solo permitió conocer sus movimientos entre el 31 de julio y el 31 de agosto del 2009.

En la misma declaración afirmó no conocer a Carolina de la Cerda, pero sí a Pablo Wagner, de quien dijo que lo ubicó “de la UDI de campañas anteriores del 2005. En que don Joaquín fue candidato a Presidente, y ahí conocí a Pablo Wagner”. Dijo conocer también a Cristina Bitar, de campañas anteriores de Lavín, junto con señalar que no hizo ninguna rendición de gastos a su jefe.

DECLARACIÓN CLAVE

La hebra de esta parte de la investigación fue revelada cuando el Ministerio Público detectó boletas emitidas por la cuñada del ex subsecretario de Minería, Pablo Wagner, Carolina de la Cerda, a SQM y Penta. En ese momento Wagner estaba en el ojo del huracán por haber recibido un sueldo bimensual por parte de Penta, empresa en la que había trabajado antes de asumir un cargo público y uno de cuyos controladores, Carlos Alberto Délano, tenía intereses en el negocio de la minería.

En declaraciones ante los fiscales, el 13 de febrero, De la Cerda reconoció que emitió boletas falsas a diversas empresas, y que estas le habían sido solicitadas por Wagner como un favor personal. Entre esos documentos ideológicamente falsos, se encontraba uno facturado a SQM. Según sus palabras, “(Alguien no identificado) Me dio un teléfono de contacto para que yo le avisara cuando me llegara la plata, para así girar tres cheques por los montos y a las personas que debía girar los cheques, en ese momento, la persona, cuyo nombre no recuerdo, me dio los nombres de Cristina Bitar, Ernesto Silva Bafalluy y Lorena Espinoza. Yo hice la boleta para la empresa Soquimich con la glosa asesorías financieras” (sic). Ese documento fue por $7.500.000 y se emitió en julio del 2009.

La ingeniera –contra quien pesa una querella del Servicio de Impuestos Internos por facilitación y uso de boletas de honorarios falsas– detalló además que, cuando el dinero le fue depositado en su cuenta corriente, “hice los tres cheques a nombre de Cristina Bitar, Ernesto Silva Bafalluy y Lorena Espinoza”, la secretaria de Lavín.

Hasta ahora no existía claridad de cómo se usaron esas platas en la fallida campaña senatorial de Joaquín Lavín, quien el 2009 perdió la posibilidad de un cupo en el Senado de manos de Francisco Chahuán, de RN, que resultó finalmente electo.

El cheque girado por De la Cerda a cercanos a la campaña senatorial de Lavín podrían no haber sido los únicos dineros aportados por la empresa de Ponce Lerou. Según información revelada esta semana por El Mostrador, el 2010 cercanos al ex presidenciable volvieron a facturar a SQM.

Karin Renate Grollmus Fritz acompañó al actual decano de la Facultad de Economía de la UDD en sus dos campañas presidenciales –1999 y 2005–, y el 2009, durante la campaña senatorial, firmó junto a Lavín el texto “Emprendimiento contra la pobreza”, que se publicó en marzo de ese año. Según un documento anual de retenciones enviado por Soquimich al SII, Grollmus el 2010 emitió una boleta por $3.340.000.

Ese mismo año De la Cerda volvió a emitir boletas a la misma empresa y por el mismo monto que el 2009: $8.333.334 bruto. Estas cifras hasta ahora no son parte de la investigación, ya que el SII no ha presentado una querella que le permita a la Fiscalía ampliar la indagatoria a la contabilidad de SQM.

Este medio intentó comunicarse con Joaquín Lavín para conocer su versión sobre los hechos, sin embargo, no hubo respuesta.

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