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René Cortázar: el “guardián” del sistema que no representa a la DC Su grupo es influyente pero minoritario en la Falange

René Cortázar: el “guardián” del sistema que no representa a la DC

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Para muchos de sus detractores en el partido, está en el comando de Bachelet “como representante y defensor del sistema”, otros dicen que “para equilibrar” y hay quienes consideran que la importancia que se le ha dado a su llegada es más que nada “una caricatura del oficialismo del partido, de los sectores más moderados”. Eso, porque el ex ministro de Transportes “no es representativo en el partido”, agregan que “no tiene poder interno” ni tampoco “es un liderazgo” en la falange.


Su llegada al comando presidencial de Michelle Bachelet después de las primarias no dejó indiferente a nadie y gatilló incluso un público debate en la Nueva Mayoría sobre el riesgo que su presencia termine moderando la agenda de reformas que, hasta ahora, impulsó la abanderada. Ese efecto que generó la llegada de René Cortázar se replica en la DC porque, si bien es su partido, reconocen que él es parte sólo de una de las dos almas programáticas que conviven hoy en la colectividad, que no es la mayoritaria y que, por lo mismo, está pendiente un debate para aunar posiciones.

La semana pasada el ex timonel DC, Ricardo Hormazábal, lanzó a través de una carta a los militantes del partido un duro misil contra Cortázar. “Es representante del grupo Luksic, no de los DC. Ha trabajado para ellos en Canal 13 (…) de seguro lo sigue haciendo para el conglomerado económico más grande de Chile. Ha sido asesor de las AFP y fue elegido por ellas director de La Polar, durante el período en que se estafó a millones de personas”, rezaba el texto.

En la DC comentan que el ex timonel no pierde chance de fustigar a Cortázar, que antes lo hizo con Clemente Pérez y con el ex ministro Alejandro Ferreiro, con todo aquel vinculado a la falange que tiene cierta influencia en el debate público, pero que carga con la doble militancia del rol político a la par de una relevante participación en el sector privado.

Pero más allá de eso, la crítica que hizo es parte de un debate interno en la DC, porque la llegada de Cortázar no cayó bien en sectores de la tienda comprometidos con las reformas más profundas, que apuntan a recuperar —aseguran— la vocación social que en décadas pasadas tuvo el partido, cierto lugar “en la vanguardia ética”, algo que se acerque o se asemeje a lo que fue la “revolución en libertad” de Eduardo Frei Montalva.

Es más, se pretende realizar un consejo general el viernes 9 como antesala a la Junta Nacional del día siguiente, donde se debe proclamar a Bachelet oficialmente como candidata, al igual que la plantilla de candidatos. Hay quienes consideran que en ambas instancias se hace necesario dedicar un espacio a “una discusión sobre salud, educación, reformas varias que no se han debatido, sobre lo que hay diferencias internas, para lograr una postura más o menos consensuada”.

[cita]Es en ese contexto que en la DC explican la presencia de Cortázar, porque junto a su visión liberal en lo económico, pertenece a una generación que tiene el estigma de la “responsabilidad” y que, por lo mismo, consideran necesario cierto “control” para que no se “desbande” el ánimo reformista. Un control que debe quedar plasmado ahora, en la construcción del programa y Cortázar aporta a ello desde el equipo económico. [/cita]

Para muchos de sus detractores en la DC, Cortázar está en el comando de Bachelet “como representante y defensor del sistema”, otros dicen que “para equilibrar” y hay quienes consideran que la importancia que se le ha dado a su llegada es más que nada “una caricatura del oficialismo del partido, de los sectores más moderados”. Eso, porque el ex ministro de Transportes “no es representativo en el partido”, agregan que “no tiene poder interno” ni tampoco “es un liderazgo” en la falange.

Se ha dicho que está en el comando porque es un “hombre” del timonel DC, Ignacio Walker, una relación que se quebró un tiempo cuando el partido pidió al ex ministro congelar su militancia al estallar el caso La Polar, donde Cortázar hacía de director. El vínculo se recompuso hoy y aseguran que debe haber estado en una suerte de terna que propuso Walker a la candidata, pero —recalcan— que nadie entra al equipo de Bachelet sin que ella esté de acuerdo, “en eso ella es especialmente sensible”.

Que fue Bachelet quien eligió a Cortázar, que está agradecida con él porque se hizo cargo del Ministerio de Transportes durante su gobierno y del “fierro caliente” que en ese momento era el Transantiago, que si está ahí es porque “lo necesita, lo considera clave y útil por sus relaciones, por sus vínculos, precisamente en el mundo privado que se le critica”.

El “control”

Todas las señales apuntan a que Bachelet gana y vuelve a La Moneda, es más, hay cálculos que no descartan un triunfo en primera vuelta, unido a un desempeño en las elecciones parlamentarias que augura la posibilidad que la oposición gane unos 12 nuevos diputados.

Eso abre el escenario a que exista el margen de maniobra para que varias iniciativas del Ejecutivo —que además no requieren quórum calificado, sólo voluntad política— terminen efectivamente siendo ley. Así, en la Nueva Mayoría se comenta que Bachelet tendrá “manija”, poder de acción y margen para usar herramientas como el poder de veto, de insistencia en materias claves.

Es en ese contexto que en la DC explican la presencia de Cortázar, porque junto a su visión liberal en lo económico, pertenece a una generación que tiene el estigma de la “responsabilidad” y que, por lo mismo, consideran necesario cierto “control” para que no se “desbande” el ánimo reformista. Un control que debe quedar plasmado ahora, en la construcción del programa y Cortázar aporta a ello desde el equipo económico.

Hablan del ex ministro como una persona “probadamente concertacionista”, aunque con visiones “particularmente propias”, que tiene la marca de Cieplan, de la DC de Alejandro Foxley, de José Pablo Arellano, “del Ministerio de Hacienda DC”.

Sus defensores aseguran que “se equivocan quienes piensan que tiene una visión conservadora de la política” y que jamás habría aceptado el papel en el comando “si no compartiera los objetivos” planteados por la candidata presidencial.

Pero en la oposición reconocen que para el renovado comando de Bachelet, Cortázar no es la mejor “imagen”, ya que su figura es resistida por representar lo que una parte de la elite concertacionista “pensaba hasta antes de la derrota del 2009”.

Sin embargo, a pesar del sello moderado de figuras como la del ex ministro, son varias y coincidentes las voces en el pacto opositor que ponen el acento en que “las líneas generales, los pilares del programa no se tocan y que eso es llevar adelante la reforma a la educación, la tributaria y las políticas”. Que no es menor el millón y medio de votos que obtuvo Bachelet en las primarias, que la gente votó por ella, pero también por lo que ha ofrecido hasta ahora y que es clave mantener “el programa por el que se votó”. Agregan que hay ciertos grados de tranquilidad, porque consideran que la DC es mucho más que Cortázar y Walker, que tiene un “pensamiento mucho más diverso que eso”.

Por lo mismo, no es gratuito que en estos días el propio Walker haya salido a precisar públicamente que su partido no será un obstáculo programático. “La DC no será un dique de contención de las demandas ciudadanas. Al contrario, vamos a estar al frente de las reformas y los cambios sociales. De la reforma educacional, tributaria y política que requiera el país”.

Es que la visión de Walker, la que representa Cortázar no es mayoría en la DC. Va más allá de la disputa pública de la directiva actual con la disidencia partidaria.

En la bancada de senadores, su hermano Patricio es su incondicional, pero el resto, ya sea por razones políticas o personales tienen una relación distante o lisa y llanamente crítica. Los senadores Eduardo Frei, Jorge Pizarro, Mariano Ruiz-Esquide y Ximena Rincón le hacen contrapeso, mientras que Soledad Alvear tiene una buena relación con él, pero a la distancia y Hosain Sabag no siempre lo apoya.

El escenario a nivel de diputados es igual. Salvo su hermano Matías, Jorge Burgos —que también está en el comando de Bachelet en el área de Defensa— y Fuad Chahín, el grueso de la bancada no comulga con las líneas del timonel o es distante con él.

Por algo, la semana pasada comenzaron las señales desde el propio comando de Bachelet hacia la disidencia DC para incorporar nombres de ese sector al equipo de la candidata.

“No son los nombres en particular los que hacen una buena relación del partido con el comando, sino la buena incorporación de todos los factores y sectores”, recalcan en la DC.

En la antesala de la junta del día 10, el lunes de la próxima semana la mesa directiva del partido se reunirá con Javiera Blanco, Alejandro Micco y Pablo Badenier, para precisamente coordinar, conocer y hablar de la relación del partido con el comando, saber de las líneas a seguir para esta segunda etapa.

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