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La disputa entre Saieh y Navarro con la socia de Falabella en la Clínica Las Condes

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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La hija de María Luisa Solari, una de las tres hermanas que tiene cada una un 12% de la compañía de retail, ingresó a principios de 2009 y desde entonces ha ido elevando su participación, que junto a la de su madre bordea el 16%. Y aunque no tiene el poder para conducir la empresa, en el poco tiempo que lleva en la entidad, está haciendo valer su dinero y poniendo sobre la mesa sus cuestionamientos a la forma cómo se maneja el directorio.


Historia repetida, pero no por eso, menos sorprendente. Los vínculos en los negocios, los conflictos de interés y la falta de transparencia que siguen creando pugnas de poder en algunas de las grandes empresas de Chile.

La Clínica Las Condes, el centro médico ambulatorio y hospitalario más exclusivo de Chile, donde se atiende más de un 25% de las familias ABC1, tiene su gobierno corporativo en la UTI.

Y lo sacó a relucir su mayor accionista individual, María Cecilia Karlezi. La hija de María Luisa Solari, una de las tres hermanas que tiene cada una un 12% de la multitienda Falabella, ingresó a principios de 2009 y desde entonces ha ido elevando su participación, la que en la actualidad, junto a la de su madre, ya bordea el 16% de la propiedad.

Y aunque no tiene el poder para conducir la empresa, en el poco tiempo que lleva en la entidad, está haciendo valer su dinero y poniendo sobre la mesa sus cuestionamientos a la forma en que se maneja el directorio.

Mesa que preside Andrés Navarro, quien tiene cerca de un 5% de la propiedad, porcentaje similar al de Alvaro Saieh. Sin embargo, ambos empresarios han tenido una sostenida relación con los médicos, los que en conjunto bordean otro 50% de la propiedad.

Entre Saieh, Navarro y los médicos manejan la empresa, aseguran fuentes al interior de la clínica.

Recientemente, Karlezi puso en la palestra las malas prácticas que, a su juicio, tienen los empresarios en la clínica. Pocos días después de la elección del directorio ocurrida el 15 de abril pasado en la junta de accionistas, el directorio se reunió para elegir al comité de directores.

Este organismo es clave en el devenir del gobierno corporativo de la compañía. Por ello y por exigencias legales, la presencia de directores independientes en ella es crucial.

En la junta fueron elegidos como directores independientes, candidatos al comité, cuatro integrantes de la mesa: Marcos Goycoolea Vila, Jorge Larach Said, Mauricio Wainer Elizalde, Fernando Siña Gardner y Luis Manuel Rodríguez Cuevas.

Los tres primeros son médicos y representantes de los profesionales de la misma orden que poseen acciones de la compañía; Siña representa a Saieh y Rodríguez a inversionistas minoritarios.

La accionista y directora de Falabella, que es representada en el directorio de CLC por el socio del estudio Grasty y Quintana, Majlis y Cía., Alejandro Quintana, cuestionó el 28 de mayo pasado la condición de independientes de los primeros cuatro directores.

Y lo hizo por medio de una dura presentación elaborada por el mismo estudio. En ella, advirtió de las situaciones que hacían cuestionable la condición de independencia de los directores aludidos.

A los doctores, porque prestan servicios a la clínica, algo que contraviene el Artículo 50 bis de la Ley de Sociedades Anónimas, “que define de manera negativa el carácter de tales (independientes) sobre la base de la existencia de ‘cualquier vinculación, interés o dependencia’ con la sociedad o las coligadas de grupo”. Karlezi señala que esta relación puede ser “económica, profesional, crediticia o comercial, de una naturaleza y volumen relevante”.

Además, Karlezi argumentó que estos médicos están adscritos al Cuerpo Médico de la clínica, el cual se relaciona bajo el marco de los estatutos del establecimiento y de los acuerdos del directorio. Agregó que los médicos de planta no pueden ejercer funciones en otras clínicas, por lo que el vínculo es aún mayor.

En el caso de Goycoolea, la exposición es todavía mayor, puesto que en 2011 fue presidente del Cuerpo Médico.

La falta de independencia de Siña aparece igualmente refutada. Ejecutivo de confianza de Saieh por años, fue hasta septiembre pasado gerente general de la compañía de seguros de vida del grupo, Corpvida, firma que compite directamente con Clínica Las Condes, que tiene su propia compañía de seguros de vida, Seguros CLC.

Siña salió de la gerencia para asumir como director de la compañía, justamente en reemplazo del dueño, Alvaro Saieh. Y Siña, además, tomó el cargo de primer vicepresidente.

Karlezi explicó a la SVS que “a esta circunstancia, que pone al señor Siña en un escenario de potenciales conflictos de interés, se agrega la circunstancia que uno de los principales productos de CLC S.A. es el ‘Seguro Integral Gastos Médicos Mayores’, que ofrece prestaciones similares al producto ‘Corp Salud Integral’ de Corpvida”.

Pero Karlezi fue más allá, apuntando a otros intereses de Saieh. Advirtió que Corpvida es parte del grupo Corpgroup, que a su vez es dueño del banco Corpbanca, el que justamente es no sólo uno, sino el segundo mayor acreedor de CLC, en sus pasivos corrientes, y el tercero en los pasivos no corrientes.

Para que no quedaran dudas, Karlezy destacó que las operaciones entre Corpbanca y CLC serían consideradas operaciones entre partes relacionadas. Este punto para Karlezi es clave pues una de las funciones relevantes del Comité de Directores es revisar las operaciones entre partes relacionadas.

Hace pocos días, el gerente general de CLC, Gonzalo Grebe, respondió a la SVS, refutando los cuestionamientos de Karlezi, descartando una dependencia económica de los médicos con la CLC.

Además, afirmó que CLC y Corpvida no son competencia entre sí. Pese a que según el informe de la Asociación de Aseguradores de Chile (Aach) a diciembre de 2011, Seguros CLC tenía el 28,8% del mercado de seguros de salud. En el mismo ramo, Corpvida poseía el 2%.

Fuentes que conocieron del polémico directorio del 17 de abril pasado recuerdan que Quintana le hizo ver a Navarro la inconveniencia de tener directores médicos de la clínica y a Siña en el comité, pero que el dueño de Sonda le respondió simplemente que no era el lugar para plantearlo y que debía hacerlo ante la SVS.

Eso hizo Karlezi el pasado 28 de mayo. Se prevé que la SVS responda en los próximos días y zanje la disputa al interior del directorio.

Por de pronto, el próximo miércoles corresponde la reunión mensual de la mesa y aunque un integrante de ella no cree que reflote el impase, reconoce que la materia ha sacado ronchas.

Principalmente, por la forma en que Navarro maneja este tipo de situaciones. Incluso, aseguran las fuentes, el presidente del directorio ha propuesto a Sonda como proveedor, pese a que es su dueño, aunque en general se trata de contratos de montos menores.

Los cuestionamientos apuntan también al regulador. Una fuente cercana a CLC advierte que la SVS debería fiscalizar a las empresas en su cumplimiento de los gobiernos corporativos, sobre todo después de lo ocurrido con La Polar.

En este caso, se estima que la autoridad sólo tomará riendas en el asunto ante el reclamo de uno de los accionistas de una empresa regulada.

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