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La Moneda apunta a responsabilidad de la UDI por caso Steigmeier

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Aunque fue un “condoro”, como lo denominan en la propia derecha, la oportuna decisión del ministro Hinzpeter de revertir el nombramiento le permitió a éste capitalizar en credibilidad, asertividad y capacidad de reacción política. En Palacio explican que la premura de la designación fue producto de una ofensiva de los partidos que impidió un chequeo más profundo de sus antecedentes. Tarea que, asumieron, la UDI había efectuado previamente con Steigmeier.


De todos los errores y descoordinaciones que se han visto durante la primera semana de instalación del nuevo gobierno, la designación de José Miguel Steigmeier como gobernador del Bío Bío es el peor de todos. Mientras desde la oposición acusan negligencia, un sector de la propia derecha reconoce que este fue un “condoro”. Sobre todo cuando la premisa de esta administración, que llegó a La Moneda con el eslogan “la nueva forma de gobernar”, no daba cabida a un fiasco como el que se registró el viernes pasado.

Con ello quedó también en evidencia la presión de los partidos por tener injerencia en los nombramientos. Porque desde que éstos se iniciaron, tanto en RN como en la UDI, comenzaron las críticas soterradas que dejaban entrever la molestia existente en ambas colectividades. El nombramiento de los intendentes no hizo más que aumentar la irritación. Por lo que particularmente la UDI se propuso revertir la situación a nivel de gobernadores, ya que según sus cálculos estaban resultando perjudicados en relación a sus socios de pacto.

Y habría sido la presión del gremialismo la que determinó, “a última hora”, el nombramiento del posteriormente destituido gobernador del Bío Bío. Según fuentes de La Moneda, hasta el día antes de las designaciones existía una lista que no incluía a Steigmeier. Por lo mismo, explican en Palacio, no hubo tiempo de chequear más exhaustivamente los antecedentes que luego dio a conocer El Mostrador, y esa es la razón de que los “filtros” no funcionaran en este caso particular.

[cita]Según fuentes de La Moneda, hasta el día antes de las designaciones existía una lista que no incluía a Steigmeier. Por lo mismo, explican en Palacio, no hubo tiempo de chequear más exhaustivamente los antecedentes y esa es la razón de que los “filtros” no funcionaran en este caso particular. [/cita]

Aún cuando fue el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien dio a conocer el listado de gobernadores el 16 de marzo pasado, no existe claridad si fue él el responsable de incluir el nombre que la UDI propuso o si fue el propio Presidente Sebastián Piñera quien cedió a la presión gremialista. Ello, porque según reconoce una alta fuente de la tienda de calle Suecia, “efectivamente” Steigmeier fue incluido en una propuesta entregada por el partido al gobierno. Lo que no dijo ningún dirigente es que aún antes de la designación de los gobernadores venía dando vueltas el nombre del empresario agrícola, pues se había presentado como candidato para la intendencia de la Octava Región, en la que finalmente fue designada Jacqueline van Rysselberghe.

Este dato fue confirmado por el diputado UDI de la zona, Juan Lobos, antes de la destitución. Lobos señaló al diario La Tribuna de Los Ángeles que Steigmeier es “un reconocido promotor del regionalismo y empresario agrícola tremendamente exitoso. Cumple con todos y cada uno de los requisitos, incluso nosotros lo habíamos presentado como candidato al cargo de Intendente, o podría haber ocupado perfectamente una subsecretaría”.

Férrea defensa de la UDI

Tras la destitución, el secretario general de la UDI, Víctor Pérez, asumió la responsabilidad de haber propuesto el nombre y admitió haberlo sugerido “para varios cargos”, con lo que refrendó los dichos de Lobos. Junto con eso aclaró que tiene la certeza de que las “imputaciones” que se le han hecho “son falsas”, porque “es amigo mío hace mucho tiempo”. También afirmó que Steigmeier ha tenido siempre una actividad muy pública, al punto que, en su momento, el ex intendente de la Concertación en la Octava Región, Jaime Tohá, lo nombró miembro del directorio de la Agencia de Desarrollo Regional.

Pese a ello, durante la conferencia de prensa en que Hinzpeter comunicó que dejaría sin efecto el nombramiento, admitió que “producto de que he podido confirmar que a lo menos parte de la información que apareció en un medio electrónico es efectiva, he tenido una reunión con señor Steigmeier y le he informado que dejamos sin efecto la intención de designarlo gobernador para la provincia del Bío Bío”.

A pesar de la férrea defensa de Pérez, en La Moneda cayó pésimo el controvertido episodio que puso en duda todo el proceso que, aseguran, se ha seguido, para ocupar los distintos cargos de confianza. Sin embargo, el episodio en que el jefe de gabinete debió reconocer ante la prensa que “al momento de la designación, el gobierno no tenía estos antecedentes y en este momento he pedido que se recaben”, lo fortaleció en credibilidad y capacidad de reacción política.

La situación trajo de inmediato a la mente las designaciones en la era Bachelet donde la entonces oposición escrutaba minuciosamente cada nombramiento, lo que en más de una oportunidad le costó el cargo al afectado de turno. Entonces la derecha le recriminó al gobierno no hacer uso de las atribuciones de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) para que revisara los antecedentes de las personas propuestas para distintos cargos. Esta vez, en cambio, el propio Hinzpeter admitió que para chequear los antecedentes se recurrió a medios como Dicom, el sistema de causas judiciales y otros similares. Todos ellos claramente insuficientes.

El episodio amenaza con agrandar la grieta en las relaciones del gobierno con la UDI, pues si bien es la administración Piñera la que debió dar la cara y asumir los costos políticos que ello implica, en Palacio existe la convicción de que el error fue provocado por el gremialismo. Un tema que con seguridad se abordará en la reunión que hoy sostendrán los parlamentarios gremialistas con el Presidente en La Moneda.

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