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La PSU y las desigualdades Opinión

La PSU y las desigualdades

Sergio Martinic
Por : Sergio Martinic Académico Universidad Aysén
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La evidencia empírica demuestra que, bajo el sistema actual de selección universitaria, es altamente probable que estudiantes de liceos municipales, y que aprovecharon al máximo todas las oportunidades que le dio el sistema, no alcancen los puntajes que les permita ingresar a una Universidad del Consejo de Rectores.  Numerosos datos ilustran los bajos puntajes promedio de los estudiantes de Enseñanza Media de establecimientos municipales y aún más si son de regiones.

La autoridades y técnicos suelen argumentar que estas desigualdades no son culpa del instrumento. La fiebre no depende del instrumento y el termómetro solo la mide. Siguiendo con la analogía, la PSU como instrumento solo verifica la desigualdad del sistema y no puede responsabilizarse de su producción. En otras palabras, la prueba no puede resolver ni negar la desigualdad. Solo mide diferencias que se relacionan con el origen social y calidad de la educación recibida.

Esta opinión atribuye al instrumento una perfección técnica y desconexión con la realidad social ampliamente discutida.

Diversos estudios han demostrado en el tiempo las imperfecciones de la PSU y han sugerido mejoras. Informes externos (ej. ETS, Pearson, entre otros) y de equipo expertos convocados por el propio CRUCH han sugerido cambios importantes en la prueba de matemáticas y de lenguaje y que actualmente se están piloteando. Otros cambios han abordado los sesgos de género de las preguntas y han acotado los contenidos con el fin de acercarlos a la cobertura curricular, a la realidad de la Enseñanza Técnica Profesional y de estudiantes con necesidades educativas especiales. Aún más, existe todavía una amplia discusión sobre los énfasis en contenidos o en habilidades que deben tener este tipo de instrumentos. De este modo el termómetro tiene problemas, no es infalible y ha estado en constante revisión.

Por otra parte, las investigación nacional e internacional sobre el tema demuestra que los instrumentos estandarizados de altas consecuencias para las personas son muy sensibles a las desigualdades del contexto social en el cual se aplican. Siempre favorecen a quienes han tenido mejores oportunidades de estudio y que se asocian al capital económico y cultural de las familias. La evidencia internacional y nacional es indiscutible en la materia. Por ello, el Joint Committee on Standards for Educational and Psychological de la Asociación de Investigadores en Educación de los Estados Unidos (AERA) define como uno de los estándares de aplicación de este tipo de pruebas la preocupación de que esta sea justa y equitativa para todos los individuos.

Los resultado de la PSU no solo constatan desigualdades cuyo origen están en la sociedad, sino que producen otro hecho social con importantes consecuencias. Esta es la transformación de las condiciones sociales externas en una condición  individual o capacidad del propio estudiante. La medición asigna y distribuye talentos.

En efecto la PSU clasifica a los estudiantes y declara los resultados como si fueran sólo un mérito individual. Así entonces, la desigualdad de resultados que depende en gran parte, de factores externos y de las oportunidades educativas, se convierten en diferencias de méritos y capacidades de los propios estudiantes.  Los estudiantes que no obtienen el puntaje esperado verán frustradas sus posibilidades futuras y, aun mas, asumirán que es por su propia culpa y falta de capacidades. Así entonces, la PSU no solo verifica desigualdades educativas previas, sino que produce nuevas desigualdades atribuyendo los resultados a un mérito individual que no todos han podido desarrollar en las mismas condiciones y oportunidades.

El instrumento tiene problemas y en buena hora se ha declarado que esta ha sido su última aplicación. ¿Se construirá un sistema diferente de evaluación y de acceso a nuestras universidades?

La participación de todos los actores involucrados es clave para construir un nuevo sistema de acceso justo y equitativo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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