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Diferencias fundamentales con J.A. Kast Opinión

Diferencias fundamentales con J.A. Kast

Carolina Goic
Por : Carolina Goic Académica UC y directora ejecutiva del CECAN
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Es cierto que la Democracia Cristiana, como todo el resto de los partidos, se encuentra sumida en una crisis. En campaña dije más de una vez que al haber izquierdizado nuestras posturas nos alejamos de nuestro electorado tradicional y lo sigo pensando. Pero eso no significa que, pese a todas nuestras diferencias, yo vea en el Partido Comunista o en el Frente Amplio a enemigos a los que haya que combatir en una especie de guerra santa, como sostiene JAK. Yo sueño con un país que se desarrolle en paz y armonía, lejos de los extremismos de todo tipo y, en eso, estamos a una distancia sideral con JAK.


Con mucha atención leí la columna escrita en este medio por el ex candidato presidencial de la extrema derecha, José Antonio Kast, titulada “Ni Demócratas ni Cristianos” y en la cual hace referencia a la salida de nuestro partido de Soledad Alvear. Al respecto, me parece oportuno hacer un par de precisiones debido a que existe cierta confusión de parte del columnista y también porque en el escrito se hace alusión a mi persona.

En primer lugar, aunque sé que Soledad no necesita defensores ni representantes, creo que JAK tiene razón al plantear que no existe ninguna posibilidad que ella se integre a su movimiento. Soledad Alvear es una demócrata, condenó y luchó contra la dictadura de Pinochet y jamás se uniría a un grupo donde se niegan los horrores del régimen militar y se festina, mediante productos de merchandising, con las víctimas de la siniestra Caravana de la Muerte.

Es cierto que la Democracia Cristiana, como todo el resto de los partidos, se encuentra sumida en una crisis. En campaña dije más de una vez que al haber izquierdizado nuestras posturas nos alejamos de nuestro electorado tradicional y lo sigo pensando. Pero eso no significa que, pese a todas nuestras diferencias, yo vea en el Partido Comunista o en el Frente Amplio a enemigos a los que haya que combatir en una especie de guerra santa, como sostiene JAK.

Efectivamente hace algunos años yo firmé un documento donde me oponía al aborto. En eso mi posición no ha cambiado y sigo siendo contraria al aborto. Otra cosa, es la despenalización del embarazo en las tres causales, donde con toda claridad dije que la respuesta del Estado ante situaciones límite que deben enfrentar muchas mujeres no podía ser la cárcel y por eso mi voto fue a favor.

[cita tipo=»destaque»]A diferencia de JAK yo creo en un Dios piadoso y no castigador, que acoge y no que excluye. Un Dios, en definitiva, que reconoce a todos y todas como sus hijos e hijas, donde la opción de a quién amar no puede ser una razón para discriminar. Los tiempos han cambiado y muchos de nosotros también.[/cita]

La discusión de esa ley en el Congreso fue muy dura para todos quienes fuimos parte de ella y para mí, como creyente, fue especialmente difícil. Escuchamos los argumentos a favor y en contra, testimonios desgarradores de mujeres que daban cuenta de una realidad que habíamos negado como sociedad pero que no podía seguir oculta.

A diferencia de JAK yo creo en un Dios piadoso y no castigador, que acoge y no que excluye. Un Dios, en definitiva, que reconoce a todos y todas como sus hijos e hijas, donde la opción de a quién amar no puede ser una razón para discriminar. Los tiempos han cambiado y muchos de nosotros también.

Yo sueño con un país que se desarrolle en paz y armonía, lejos de los extremismos de todo tipo y, en eso, estamos a una distancia sideral con JAK.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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