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Mal uso de las armas por parte de instituciones policiales en Chile

Por: Martina Orellana Aldana


Señor Director:

Reciba un cordial saludo de mi parte, la razón de la presente es mostrar mi punto de vista sobre el mal uso de las armas por parte de instituciones policiales en nuestro país.

Este tema surgió y se volvió muy polémico tras el “Estallido social” que comenzó el 18 de octubre del presente año. Sin embargo, por las autoridades aún no ha sido tratado como debería. De hecho, bastantes casos de personas afectadas han sido reconocidos hasta la fecha, con daños oculares, en extremidades, incluso, se evidenciaron en el cráneo y cabeza.

Según el vicepresidente del Colegio Médico, Patricio Meza, el registro de personas con lesiones oculares superó los 170 casos desde el inicio de las movilizaciones el pasado 18 de octubre. Cerca de la mitad estarían con pérdida total de la visión.

¿Quién controla el uso de estas armas y a la policía? En marzo de este año, la cartera liderada por ese entonces por Andrés Chadwick, Piñera publicó en el Diario Oficial el decreto que actualizó las “disposiciones relativas al uso de fuerza en intervenciones policiales para el mantenimiento del orden público” que está dentro de nuestra constitución aún vigente desde 1980. Pero, ¿este decreto se ha cumplido? Ya observamos que no. El documento establece que; el uso de armas siempre debe ser precedido por la advertencia clara del policía de utilizarla y que “en caso de reuniones no autorizadas por la autoridad competente y de carácter no violento, los funcionarios policiales evitarán el uso excesivo de la fuerza”
Respecto a esto, el director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, refutó que “lo central no es lo que digan los protocolos de carabineros, sino cómo se aplican”.
Evidentemente acá no hay solo responsabilidades individuales por parte de los ciudadanos, sino también existen responsabilidades institucionales. Hoy en día esta situación traspasó todos los límites éticos y sobre todo morales, es desmedido balear a los ciudadanos por encima de todo directamente a la cara, y dejarlos sin vista, esto no es manejar el orden público.

En fin, todos hemos visto que el uso de armas en nuestro país no se ejerce de forma correcta, ya que incluso se ha comentado “que estamos en guerra”, justificando de esta manera el uso de elementos bélicos. Ahora bien, para poder lanzar un gas lacrimógeno debe existir una resistencia por parte del ciudadano, pero aun no ocurriendo esto la policía nacional insiste en usar reactivos y armas letales, no respetando su propio protocolo. Por todo lo mencionado, creo que es momento de seguir manifestado el mal estar ciudadano, para que las autoridades comprendan que este estallido no es un ataque al gobierno, es una forma de pedir una vida digna, justa y equitativa, porque Chile está pensado solo para las élites.

Martina Orellana Aldana,

Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás

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