Señor Director:
La actual crisis ambiental demanda a las sociedades pensar en nuevas formas de educar a las generaciones presentes y futuras. Necesitamos desaprender dogmas instalados en los sistemas educativos en épocas donde el tema ambiental estaba supeditado a la discusión entre países desarrollados o del tercer mundo. Es ahora y no mañana cuando debemos actuar, urge reformular nuestras concepciones acerca del cuidado y protección del medioambiente. La gran pregunta es ¿cómo hacemos este cambio? quizás el espacio más noble -aunque muchas veces el más precario- es el sistema educativo. Necesitamos desplegar el poder transformador de la educación ambiental. En este sentido, el llamado es a ambientalizar el currículum, y así permitir que niños y jóvenes adquieran y activen competencias de pensamiento global y complejo, y que sean capaces de reconocer la necesidad de una relación armónica con la naturaleza. La ambientalización curricular implica que todas las disciplinas aportan contenidos, metodologías y expresiones que favorezcan la responsabilidad, el compromiso y la acción de la comunidad educativa para el desarrollo de una identidad ambiental. Es decir, la formación de una ciudadanía crítica y activa en la resolución de problemas y en la toma de decisiones. Es necesario generar un cambio profundo y urgente que se anteponga a la cultura de la apariencia, espectáculo e individualismo. La educación ambiental requiere como soporte una política pública seria y que deje el activismo publicitario. Ambientalizar el currículum permitirá que los valores y prácticas ambientales sean parte de las creencias y supuestos básicos en la vida cotidiana y así de una vez por todas comprender que nuestro rol en este planeta va más allá del consumo.
Felipe Kong López
Académico Facultad de Educación UDP
Prof. Guillermo Pérez Abusleme
Educador Ambiental
