Publicidad

¿Y cuándo les enseñamos a elegir a nuestros estudiantes?

Por: Andrés Parada Olivares


Señor Director:

A propósito de la decisión de la Contraloría que sentenció la legalidad, y por lo tanto la posibilidad de aplicar el nuevo ajuste curricular para el plan de estudio en los niveles de tercero y cuarto medio.

Nuevamente vemos como lógicas tecnocráticas, ideológicas y partidistas, ajenas a los saberes profesionales del profesorado chileno, invaden un sistema escolar que aguanta estoicamente los constantes embates de normativas totalmente ajenas a las necesidades educativas de nuestra infancia, y en este caso de los y las estudiantes de enseñanza media.

La ministra Cubillos, y sus colaboradores, no hacen más que celebrar un triunfo legal. Lo que realmente es indignante, ya que al final del día estos triunfos políticos se esconden en una falsa preocupación por la educación chilena, pero no son más que una muestra de que nuestros representantes políticos abogan más por sus intereses sectorial que por el bien común de sus representados.

La seguridad vacía, reflejada en el discurso de la ministra, y las propuestas que representa, no hacen más que caracterizar la tradición histórica de la imposición de propuestas educacionales que se confeccionan al margen de las reales urgencias del sistema escolar chileno. Hoy la escuela sigue siendo un reducto de acciones políticas erradas e incoherentes.

El sistema educativo chileno, en la acción de enseñanza y aprendizaje, es un espacio de formación conceptual. Se imponen evaluaciones externas, SIMCE y PSU, que impulsan al profesorado a poner todo su esfuerzo profesional en la transmisión de conocimientos conceptuales “pasar la materia”. Dicho ejercicio va en desmedro de una educación integral que otorgue espacios de enseñanza para el desarrollo de habilidades.

Entonces, cabe preguntarse ¿Cuándo les hemos enseñado a elegir a los y las estudiantes? Este cuestionamiento es la consecuencia de lo que Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, determinó como “falta de sintonía”. Esta falta de ecualización crónica en el marco de las políticas públicas educativas es la que provoca celebrar triunfos políticos vacíos.

Prof. Andrés Parada Olivares
Académico de la Escuela de Pedagogía en Educación Básica, Facultad de Pedagogía Universidad de Academia de Humanismo Cristiano

Publicidad

Tendencias