Publicidad

Terrorismo y videojuegos: una exposición de prejuicios e ignorancia

Por: Lefill Huencho


Señor Director:

En el Chile de hace 5 años se estimaba que 7,7 millones de chilenos jugaban algún tipo de videojuego en su tiempo libre , lo que en ese entonces era considerado un “boom” fue solo el comienzo para un ascenso mundial y local que no ha parado en ningún momento, lo que se evidencia en una comunidad que no para de sumar, y una industria que no para de crecer, volviendo al presente, la final del Campeonato Mundial de “League of Legends” atrajo en su última edición a más de 200 millones de espectadores a nivel mundial , llegando a doblar a uno de los más grandes eventos anuales como lo es el super bowl , la conclusión no requiere mucho razonamiento, estamos frente a una sociedad global que goza y disfruta de los videojuegos como parte de su vida y su ocio, todo esto incluye a Chile, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y todo parte del mundo donde exista una conexión a internet.

Sin embargo, resulta curioso que frente al horroroso atentado racista y extremista que ha sufrido el último país mencionado, haya medios y políticos a nivel global que se han dedicado a resaltar como importante factor de influencia el hecho de que el perpetrador haya sido un aficionado a los videojuegos. El problema es grave, y es grave no solamente porque los últimos estudios demuestran que la relación entre videojuegos y violencia es nula , sino porque el hacer esta especulación en el contexto actual implica dos cuestiones gravísimas, primero, los medios y políticos no hacen más que evidenciar su profunda línea editorial prejuiciosa e ignorante respecto a la cultura gamer, buscando tildar a todos quienes juegan de violentos a tal punto de poder ser causales de explicación frente a un ataque terrorista, dificultando aún más la integración a la sociedad que busca la cultura gamer, y en segundo lugar, la negación de las verdaderas razones del ataque a Australia.

Brenton Tarrant no era un hombre violento porque había jugado Call of Duty toda su vida, Brenton Tarrant era un hombre violento porque odiaba a la gente por tener un color de piel diferente, porque creían en un dios diferente, porque Tarrant profesaba una ideología que en su génesis es violenta e incita al odio, Tarrant no aprendió a odiar a los musulmanes ni a idolatrar al fascismo en las misiones del Call of Duty, mucho menos del Fortnite o del Candy Crush, Tarrant aprendió todo eso en un mundo que cada día está más tolerante y permisivo frente a las ideologías de odio y el apogeo de la “alt-right”, a tal punto de haber generado en él la capacidad de asesinar a sangre fría a más de 40 personas que asistían a su mezquita, ahí está el verdadero problema.

Al final del día, culpar a los videojuegos por un ataque terrorista llegar a ser tan ridículo como culpar a Facebook por haber sido la plataforma donde se transmitió la masacre, y mientras todo eso sucede, el verdadero problema, sigue siendo ignorado, sigue siendo tolerado y sigue siendo aceptado.

Lefill Huencho

Publicidad

Tendencias