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La “ley de plásticos de un solo uso” y los desafíos pendientes Opinión

La “ley de plásticos de un solo uso” y los desafíos pendientes

Pedro Cisterna
Por : Pedro Cisterna Doctor en Ingeniería Ambiental Depto. de Ingeniería Civil y Ambiental, UBB
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La ley 21368, es un aporte cualitativo, ya que trae consigo la minimización de residuos, además empuja a la sociedad a asumir una cultura, que pone en el centro el tema de la generación, uso y disposición final de “plásticos de un solo uso”, lo que también vale para otros productos plásticos y de otras materialidades, tales como latas y vidrios.

Otro aspecto a considerar es el alcance cuantitativo de esta ley, de acuerdo a información del ministerio del Medio Ambiente, se disminuirán en 23.000 ton/año los RRSS con la promulgación de la misma, esto equivale a un vertido de superficie equivalente a 1/2 hectárea, una cancha de futbol, y una altura de 6 metros, por tanto, desde lo estrictamente cuantitativo su impacto es marginal.

La promulgación de esta ley, ha sido asumida como una gran respuesta al tema de la contaminación plástica en los océanos y cursos de agua por parte de algunos actores, lo que sin duda constituye un avance, pero que está lejos de ser suficiente, envases fabricados con plástico retornable u otros materiales, tales como vidrio y metales, también los contaminan.

Debemos estar atentos a estos relatos tan optimistas y ponerlos en su lugar, con una evaluación justa, basada en parámetros de medición rigurosos acerca del impacto que genera esta ley, es ética y administrativamente necesaria una adecuada ponderación de la misma.

A partir de lo anterior, es pertinente destacar que la ley 21368, elimina la posibilidad de uso de botellas plásticas desechables, para contener bebestibles, que se define como, líquido destinado al consumo humano que no contiene alcohol ni productos lácteos, (artículo 2, letra A), aquellos líquidos que no son bebestibles, según la ley, les será permitido usar envases desechables.

Además, los no bebestibles, utilizan envases de vidrios y metales, los que son reciclados, en el mejor de los casos, y sometidos a un reprocesamiento para ser transformada en un nuevo envase, lo que cumple con la minimización de residuos, pero no considera la huella del carbono y huella hídrica requeridas.

En el contexto de crisis climática y sequía ascendente que enfrentamos es crucial considerar la huella del carbono y la huella hídrica y claramente muchos procesos de reciclaje y reproducción de envases, son intensivos en consumo de energía y agua, por tanto, se deben buscar otras soluciones como plantas de lavados de botellas de vidrio para su reuso, por mencionar una.

Los instrumentos de gestión ambiental en el tema de los residuos sólidos deben sustentarse en un análisis integral, que considere los tópicos propios de la gestión de residuos, como es la minimización de los mismos, el reciclaje, el reuso y sus respectivas huellas de carbono y huella hídrica que requieren estos procesos.

Finalmente, desde la política, más que declaraciones con alta sonoridad y cargadas de un optimismo exagerado, se requiere una gestión publica honesta intelectualmente, seria, sistemática que incorpore de lleno criterios ambientales, científicos, sociales y tecnológicos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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