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La paridad es necesaria, pero sin alterar el voto popular Opinión

La paridad es necesaria, pero sin alterar el voto popular

Carmen Gloria Aravena
Por : Carmen Gloria Aravena Senadora de la República
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En las últimas semanas se han discutido en el Congreso una serie de reformas que tienen por finalidad que exista una participación paritaria entre hombres y mujeres en la convención constituyente, de ganar el sí en el plebiscito del 26 de abril próximo.

Actualmente, nuestra legislación posee mecanismos para suplir la falta de participación femenina, como lo es la ley de cuotas. A pesar de que este mecanismo funcionó para aumentar la participación femenina de un 15% a un 22%, el método posee diversos inconvenientes, como lo es el incorporar mujeres sólo para cumplir con la cuota de un 40% en los listados, o candidaturas femeninas sin mayor financiamiento por parte de los partidos, entre otros. Es decir, la ley de cuotas no ha sido suficiente para lograr mayor participación femenina.

Si queremos realmente alcanzar una asignación paritaria para un órgano tan relevante como lo sería la Convención Constituyente, en mi opinión la mejor alternativa es, sin duda, la propuesta que como Chile Vamos presentamos, que es un sistema de lista cerrada.

La votación que se realizará en abril es quizás una de las más importantes que se han realizado en la historia de nuestra república, y posee características únicas como ninguna otra elección lo ha tenido. Y como es una elección sin comparación, es muy relevante el mecanismo que elijamos para llevarla a cabo.

El sistema de lista cerrada consiste en que cada votante elegirá un partido, lista de independientes o un independiente en la papeleta, teniendo claridad del orden de los candidatos, orden que se respetará en la elección en caso de ser dicha lista la más votada, y sin aplicar ninguna corrección -o adecuación- luego de la votación. Se basa entonces en agrupar candidatos por partidos, o entre independientes con algún ideario común, a fin de que el elector, al momento de votar, se reconozca en el ideario o proyecto país que ellos representen. Ello posee el gran beneficio de despersonificar la política, y votar por ideas con las cuales nos sentimos representados.

Este sistema posee, además, otras ventajas como lo son la transparencia y el respeto por los resultados objetivos de una elección popular, a fin de eliminar cualquier intento de intervención que pueda tener el proceso.

En cada papeleta, las listas se conocen anticipadamente, lo que permite elegir candidatos y candidatas equitativamente, alternando el orden de mujeres y hombres en la papeleta. En un ejemplo ya utilizado, si en el distrito 1 el partido A del pacto Z encabeza su lista con un hombre, el partido B del mismo pacto Z deberá encabezar su lista con una mujer, y así secuencialmente. El mismo criterio aplica entre distritos, es decir, si en un distrito el partido A encabezó su lista con un hombre, en el siguiente distrito lo deberá hacer con una mujer, extendiendo este principio a todos los distritos.

Un dato muy relevante es que, utilizando este sistema de lista cerrada, en caso de simular con base en los resultados de las últimas elecciones de 2017, el porcentaje de un género que accedería a la Convención variaría entre 54% y 46% aproximadamente, cumpliéndose a cabalidad el objetivo buscado de paridad. Adicionalmente, se realizó un ejercicio con 73 mil simulaciones con resultados distintos a la elección de 2017, arrojando que en el 99% de los casos, el porcentaje de mujeres fue superior al 40%.

Por último, con este sistema evitamos el tener delegados con escaso apoyo popular, evitando el cuestionamiento posterior sobre la legitimidad de la convención y por ende de la Constitución misma que se logre redactar y aprobar.

Todas las mujeres sabemos las dificultades que conlleva para nosotras el ser electas en cualquier cargo de alta responsabilidad y lo que ha costado el que vayamos avanzando en este sentido. Y se ha ido avanzando con mucho trabajo. Por eso mismo, debemos cuidar mucho esa ganancia y seguir luchando por hacer presencia en más espacios de decisión y representación, pero siempre con reglas transparentes y conocidas de antemano por toda la ciudadanía.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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