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Desafíos de las empresas sanitarias

Por: Jessica López Saffie


Señor Director:

En relación a la columna de opinión publicada por su diario el viernes 13 del presente, firmada el profesor Ronald Fischer, denominada “Regulación de las empresas sanitarias”, quisiera, a nombre del gremio que dirijo, plantear varios puntos.
En lo general, coincido con el profesor Fischer en que el esquema regulatorio del sector sanitario debe ser actualizado. Hoy, las buenas prácticas para los mercados regulados están lejos de la figura de un regulador unipersonal con atribuciones de fijar tarifas, aprobar planes de desarrollo, otorgar concesiones, fiscalizar, multar e incluso interpretar la legislación vigente. Esa concentración de poderes no es recomendable y, por cierto, tampoco es eficiente. La actual regulación no es la adecuada para abordar los enormes desafíos que Chile enfrenta para los próximos 20 años, como es garantizar agua y saneamiento a la población en un escenario de cambio climático.

Respecto al variado conjunto de otras afirmaciones que hace el profesor, me resulta imposible hacerme cargo de cada una de ellas en estas pocas líneas. Sólo recordar que -como en la vida- las cosas no son blanco y negro, sino que están llenas de consideraciones que un prominente profesor universitario debiera tener en cuenta.

La industria sanitaria ha hecho su tarea; cumplió con los objetivos que se establecieron hace 20 años atrás y hoy podemos mostrar muy significativas mejoras en la cobertura, continuidad y calidad del agua potable y de la recolección y el tratamiento de las aguas servidas en todas las ciudades de Chile. Ello ha tenido un impacto muy favorable en la salud de la población y ha permitido un gran desarrollo del turismo y la industria agroalimentaria; todo ello, con tarifas más que adecuadas.

En ese proceso, la inversión acumulada superó los US 7.000 millones. Se trata de una industria que cumple con sus planes de desarrollo y, de hecho, el último informe de gestión publicado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) indica que el grado de cumplimiento de los planes de inversión de la industria es de un 91%. Hoy nos comparamos muy favorablemente con los servicios sanitarios de países de mayor desarrollo.

Por cierto, las empresas están muy conscientes de que hay que mantener el ritmo de inversiones para mantener los niveles de servicio y enfrentar en forma oportuna y efectiva los eventos que afectan a nuestros clientes, por situaciones de la naturaleza, el cambio climático y también las contingencias operacionales y humanas de nuestras compañías.

Lo que la industria sanitaria demanda hoy es una visión de largo plazo para el sector, que permita seguir acompañando el desarrollo de Chile. Para ello, por una parte, proponemos establecer un esquema de regulación colegiado, con atribuciones distribuidas, como por ejemplo, una superintendencia encargada de fiscalizar y un panel o comisión de expertos al que le corresponda el proceso que culmina en la fijación de tarifas por parte de la autoridad.

Y, lo más importante, debemos concentrarnos en las definiciones realmente relevantes para Chile: cómo abordamos la creciente escasez hídrica y los desafíos que nos trae el cambio climático; cómo colaborar para que la calidad de los servicios sanitarios sea comparable en las zonas rurales, que hoy son vulnerables y/o inexistentes; cómo avanzamos en reusar las aguas servidas tratadas que, bien dice el profesor Fischer, los clientes de las sanitarias pagamos; cómo seguimos reduciendo las pérdidas en un país altamente sísmico; cómo diseñamos el plan de inversiones necesarias para el futuro y su financiamiento.
Estos, entre muchas otras materias de alta relevancia, son las que debemos analizar y concordar como sociedad, porque son los temas del futuro.

Le saluda atentamente,

Jessica López Saffie
Presidenta Ejecutiva Asociación Nacional de empresas de Servicios Sanitarios, Andess A.G.

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