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Todos debemos ser protagonistas Opinión

Todos debemos ser protagonistas

Verónica De la Cerda
Por : Verónica De la Cerda Gerente General de TriCiclos S.A.
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No debemos olvidar que convertirnos en actores principales requiere ganas de aprender y cambiar hábitos en nuestro día a día. Mancomunar estas acciones individuales y transformarlas en una pieza relevante del engranaje será lo que nos lleve a una transformación cultural hacia el cuidado del medio ambiente.


Hoy, en el cuidado del medio ambiente, no hay espacio para actores secundarios. La responsabilidad de mirar el mundo con otros ojos y hacernos responsables del futuro de este es -y debe ser- tarea de todos.

El cambio climático es un hecho indesmentible. Pero, ¿qué podemos hacer para transformarnos en protagonistas en el cuidado de la Tierra? A la hora de buscar culpables como sociedad, caemos cotidianamente en el error de atribuir a los sistemas de transporte o a las industrias la razón de ello. Cuando en verdad en nuestra vida cotidiana hay puntos gatillantes de este problema.

Lo anterior implica que en cada familia chilena deberíamos avanzar para ser más “circulares”. ¿Cómo? El reciclaje es una excelente alternativa ¿Fácil? Probablemente no tanto. ¿Cuál es el desafío? En parte, que 17 millones de chilenos entendamos que necesitamos cambiar.

Buscar una reducción del consumo de energía en todas las etapas del ciclo de vida de un producto es clave. Y eso involucra la decisión sobre qué se compra, cómo y cuándo se consume, el periodo de uso que le damos y cómo decidimos desecharlo.

Es por eso que me gustaría dar una pequeña guía que puede servir para ese cambio cultural.

1. Averiguar dónde queda el punto limpio más cercano y conocerlo es un buen inicio. Así se puede saber cómo se separan los residuos, qué se recicla o reutiliza y hacia dónde se deberían enfocar los esfuerzos individuales de cada familia.
2. Darse un espacio en el hogar para tener contenedores y generar señales internas claras que faciliten su clasificación, es importante. Por ejemplo, pintarlos con los mismos colores del punto limpio, puede ser lo que cada familia necesita para ese cambio cultural.
3. Involucrar a los más pequeños de la casa es fundamental. No hay mejor enseñanza que hacerlos conscientes desde chicos.
4. En caso de envases reciclables que tengan alimentos, es importante también limpiar los residuos de alimento.
5. Cuando los contenedores ya estén llenos, de ninguna manera se debe botar el trabajo a la basura. La idea es que el esfuerzo de toda la familia, tenga sentido. Por lo que es crucial llevarlo al punto limpio… Esos pequeños minutos son un aporte para el cuidado del medioambiente y puede ser incluso un panorama de fin de semana para toda la familia.
6. Y desde luego, usar todo este aprendizaje para cuestionar qué compramos, cómo y en qué cantidad.

No debemos olvidar que convertirnos en actores principales requiere ganas de aprender y cambiar hábitos en nuestro día a día. Mancomunar estas acciones individuales y transformarlas en una pieza relevante del engranaje, será lo que nos lleve a una transformación cultural hacia el cuidado del medio ambiente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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