Señor Director:
Este término peyorativo y denigrante para muchos se popularizo en la década del 70, con él se identificaba a un sector de la población que no podía acceder a este recurso de calzar un par de zapatos como lo hacían los sectores más acomodados de la población, en ese entonces, en Chile según el censo del año 1970, el 21% de la población vivía en la extrema miseria, es decir alrededor de dos millones de personas carecían de lo que hoy llamamos condiciones básica para vivir, este grupo se concentraba en sectores urbanos, un 68 % vivía alrededor de grandes urbes hacinados en campamentos y poblaciones “callampa”. Otro dato no menor dice que el 50% de este segmento era menor de 16 años.
Posiblemente a más de alguno traerá al recuerdo alguna imagen que le haga sentido este término, esa cruda realidad que para muchos también dio paso con posterioridad a otro conocido argumento del esfuerzo y valoración que se le otorgaba a la posesión de este “bien”, “yo me crié sin zapatos……”, con esto dejo en claro la perspectiva de mi comentario.
Sin lugar a dudas que las pocas expectativas de este grupo etario de lograr salir del segmento más desprotegido de la población dio paso al surgimiento de un grupo social con características especiales asociadas a conceptos tan básicos y necesarios de todo ser humano, la solidaridad, el esfuerzo, la conciencia social del trabajo como medio de superación, sin antes pasar por vivir en carne propia la verdadera pobreza, aquella que se comparte como el pan, el abrigo y el techo.
Cinco décadas han pasado para volver a escuchar a los “patipelados”, aquellos que saben de esfuerzo y trabajo, posiblemente no pasen frio ni hambre, pero siguen igual de orgullosos de sus logros, el que forjaron como la mayoría de los chilenos de a pie, levantándose temprano, criando a los hijos, pagando créditos, endeudándose para cubrir necesidades, haciendo filas, pagando impuestos.
Esos “patipelados” de ayer son los mismos de hoy que marchan y exigen mayor equidad en la distribución de los ingresos, la brecha de la desigualdad sigue tan marcada que cada cierto tiempo los que tienen más proliferan estos términos peyorativos desconociendo la realidad del país en su conjunto para desviar la atención de esta simplemente. El “patipelado” es gente que lucha por sus derechos, la que asiste un día a un recital de música y mañana a una marcha, la que mueve al país, la que produce, la que engrandece la Patria, este término dejo de ser peyorativo el día en que el hombre se reconoce en igualdad al resto de sus semejantes según la Constitución de la República, lo demás son solo ofensas y palabras que demuestran cierta ignorancia y desprecio por el trabajador, por el “patipelado”
Jaime Barra Bustos
Planificador social
