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Abogados, de vuelta al colegio

Por: Ignacio Figueroa


Señor director:

El ambiente de crisis e incluso corrupción que envuelve parte importante del sector Justicia de nuestro país merece la mayor atención de los medios y la ciudadanía en general. Aspectos sustanciales de nuestros derechos se verían amenazados si la justicia y sus órganos auxiliares fallan. De ahí la importancia también de que los órganos gremiales que agrupan las representaciones profesionales y funcionarias del sector, como el Colegio de Abogados, tomen parte en el debate renovador que precisa el país respecto de su Estado de Derecho.

En la actual renovación de Consejeros en el Colegio de Abogados, compiten varias listas, pero en condiciones de opacidad informativa y malas prácticas de comunicación impuestos por la actual gestión directiva, más orientados a que los procesos pasen desapercibidos o sin conocimiento de la opinión pública, incluso los mismos abogados.

La lista B (Jimena Orrego, Magdalena Atria,  Alejandra Krauss, Luciano Fouillioux, Laura Albornoz, Leonor Etcheberry, Pablo Piedrabuena, José Miguel Burmeister e Ignacio Figueroa) ha planteado una plataforma destinada a rescatar un gremio que asuma sus responsabilidades en la vigencia plena de la ética, la probidad y la transparencia en la aplicación de la ley en Chile. Esa contribución a un funcionamiento sano de la legalidad del país, sería la mejor muestra de un CAA acoplado a los intereses gremiales reales de los abogados en una sociedad que se desenvuelve política, social y culturalmente en torno a nuevos valores: integración transgeneracional, igualdad en la participación de la mujer, amparo ético profesional, funcionamiento transparente del Estado de Derecho.

Hemos plateado un cambio que, sin perder vínculo con la tradición,  use sin temor los nuevos instrumentos tecnológicos de la sociedad informacional y de redes en que vivimos. No solo para interesar nuevos colegiados, sino para ejercer como una red de apoyo gremial moderna, que mejore las condiciones de afiliación y participación remota, la textura digital de la revista gremial, la simbología y los lenguajes de los instrumentos de comunicación del CAA.

Hoy el Colegio no brinda espacios ni facilita los medios técnicos de que dispone ni siquiera en tiempo de elecciones. Nos proponemos abrir el Colegio, integrarlo, dar espacios de género, contribuir a la transparencia y equidad, y luchar por una reputación gremial, golpeada actualmente por malas practicas y las omisiones gremiales respecto del amparo profesional que se requiere. Agradecemos la disponibilidad de este medio para dar a conocer nuestra postura, la que sin perder vínculo con la tradición se plantea seriamente una renovación gremial para el Siglo 21.

Ignacio Figueroa, abogado

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