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Urrutia y la sinceridad como elemento de opresión

Por: Camilo Pérez


Señor Director:

Cuando la diputada Nuyado abre su intervención en la interpelación al ministro Chadwick, hablando en mapuzungun, el siempre controvertido diputado Urrutia de la UDI hace la pregunta ¿Está hablando en ingles? Para burlarse de la intervención de su compañera. A todas luces un gesto reprochable transversalmente, donde la mayoría saldrá a desmarcarse de él, pero que esconde un elemento profundamente valorado por estos tiempos: La transparencia.

La transparencia hoy en día es una cualidad supra valorada y defendida por la política para el ejercicio democrático, lamentablemente esa transparencia no nos ha traído un freno en la corrupción, en los robos o incluso en disminuir la desconfianza, lo que realmente nos ha traído es una gran despolitización.

La sinceridad que deviene de la manoseada transparencia parece ser un elemento rescatable independiente de las ideas o del proyecto político que se intenta transmitir en el discurso. Por ende, con esa disociación sinceridad-fondo, mientras más sinceridad o mejor dicho mientras más brutal es esa sinceridad, mayor es la valorización de tal. Y precisamente esto es lo que ha generado que políticos como Bolsonaro o Kast hayan tenido una considerable aceptación aún entendiendose que lo que dicen es descabellado. No fueron pocos quienes argumentaban que su voto era por Kast porque “dice lo que piensa” y es eso lo que hoy intenta realizar el diputado Urrutia.

Sin embargo, es menester desenmascarar esta nueva forma de violencia disfrazada de libertad de expresión. La manera en que hoy opera la violencia, no necesariamente se presenta de manera física, directa y desatada, sino que se manifiesta fenoménicamente en el mundo normalizando y homogeneizando todo tipo de encuentro con la diversidad de los modos de vida. Por lo tanto, cuando la transparencia y su respectivo vehículo de la libertad de expresión se utilizan como un dispositivo de control, de negación, de exclusión sobre la diversidad de los individuos, teniendo como consecuencia la normalización de la subjetividad y la supresión de la potencialización de los modos distintos de desempeñar nuestra individualidad, entonces la transparencia y la libertad de expresión han sido pervertidas, han sido usurpadas.

Por lo tanto y como lo retrata Byu Chul-Han en la sociedad de la transparencia, la busqueda no debe estar en este elemento diferenciador de ser transparente, sino en la consecucion de una democracia radical y participativa. Un lugar donde podamos incidir en las tomas de decisiones, un lugar del cual nos sintamos realmente parte, un lugar libre y diverso, un lugar que realmente sea para todas y todos.

Camilo Pérez,

Coordinador Revolución Democrática UAI

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