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Quien no representa al mundo mapuche es la diputada Aracely Leuquén

Por: Santiago Mathieu-Mariángel


Señor Director:

El ser mapuche, individual, no es concebible sin la dimensión colectiva. Es decir, la pertenencia tiene un sentido plural respecto del colectivo (Melin et al., 2016: 27). Asimismo, existe un marco ético en torno a la comprensión social del che, la concepción reflexiva de la persona y la conexión del che con otros seres del mundo natural (Ídem). Con ello se torna relevante que, este ser colectivo se conecta tanto con sus pewma, la mapu y sus antepasados (Ibíd.: 26-28).

Así por ejemplo, quienes se iban al pueblo o naciente ciudad y se incorporaban al estilo de vida wigka renegando su cultura, se exponían al malon y a la denominación de wezake wigka –malas copias del wigka- (Ídem).

Aquí la diputada Leuquén no se pierde y reconoce que es una mala copia al declarar que “muchos descendientes de etnia mapuche […] han evolucionado, avanzado y progresado respecto a cómo se desarrolla la sociedad en que vivimos”. Con este discurso, ella se inscribe en el relato de la modernidad occidental, al considerar que la forma de vida wigka es la única posible para alcanzar el denominado “progreso” y reniega de las capacidades e imaginarios que puedan alcanzar o desarrollar su propio pueblo o al que al menos sus antepasados pertenecían.

Aracely Leuquén cae fácilmente en la folkrorización que determinados sectores realizan al pueblo mapuche, argumentando que “las comunidades indígenas tienen que evolucionar” dejando atrás la vida en rucas, la utilización del mapuzugun o el vestuario étnico.

Al parecer debemos aclararle que los pueblos indígenas pueden modificar sus formas de vida, al igual que su vestuario o el lenguaje (dado que este último elemento es dinámico y está circunscrito a las convenciones que los mismos sujetos que lo practican se otorgan). Sin embargo, si se construyen rucas, se revitaliza el idioma o se utilizan vestuarios tradicionales, no es para volver al pasado, sino que constituyen actos de resistencia ante la imposición de prácticas de vida europeizantes.

Además, el “ser gente” o “ser persona” constituye un proceso en permanente construcción y crecimiento, y quienes no respetan las normas asociadas a la constitución del che, pierden esa condición en términos sociales frente al resto. Por último, en las relaciones colectivas debe primar un respeto recíproco, tanto entre iguales como hacia personas que poseen mayor estatus social: fütxakeche, logko, machi, werkén, etc. (Ibíd: 30).

Con lo anterior se subentiende que quienes están investidos de un cargo de representación público, como es el caso de los parlamentarios/as mapuche, no los reviste como personas de mayor estatus, sino que deben respeto a la propia organización que el pueblo mapuche se ha otorgado de manera histórica. Más aún, cuando diputadas como Leuquén pertenecen a instituciones del Estado de Chile, el cual ha ejecutado una política de permanente exterminio contra quienes osan adscribir a una cultura y forma de vida diferente.

En este sentido, bastante claras fueron las declaraciones de distintas organizaciones mapuche de Aysén, quienes señalaron expresamente: “Queremos decirle que usted no es nuestra representante. Nosotros nos representamos solos como territorio de Aysén, no necesitamos de su vocería».

Cabe señalar también que la misma diputada Leuquén ha tratado de menoscabar la interpelación al Ministro del Interior por parte de la diputada Emilia Nuyado, acusándola que ella representa a la izquierda y no al mundo mapuche. Esto nos recuerda una de las discusiones que se desarrolla entre dos sacerdotes en la famosa película “Ya no basta con rezar”, en la cual uno de los eclesiásticos le interpela al protagonista “[…] ¿Pero qué quieres? ¡Hacerle el juego a los comunistas!”, ante lo que este último responde: “Bueno, ¿Y a quién le haces el juego tú?”.

La misma interrogante debiésemos realizar a la diputada Lequén: ¿A quién le hace el juego? ¿Será capaz de defender las mentiras de Carabineros o de avalar el despliegue del comando Jungla? ¿Será capaz de defender la depredación al medio ambiente por parte de las forestales? Creo que sus palabras son clarividentes al respecto.

Ad portas de la interpelación a Chadwick, las autoridades y organizaciones representativas del mundo mapuche le han entregado todo su apoyo y newen a la diputada Emilia Nuyado, independiente de su militancia al Partido Socialista.

La diputada tendrá la difícil misión de concretar la destitución del primo del Presidente Piñera. Difícil, porque al parecer los diputados de la democracia cristiana, fieles a su tradición de traicionar los intereses de los pueblos y la democracia, han pactado con el gobierno la no destitución del Ministro del Interior.

Ante este hecho consumado, la DC nos hace recordar la frase de Sandro Pertini: “A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza”.

Santiago Mathieu-Mariángel
Egresado de Derecho, U. Chile

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