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300 años

Rodrigo Larraín
Por : Rodrigo Larraín Sociólogo. Académico de la Universidad Central
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Este 2017 se celebran los 300 años de la fundación de la primera Gran Logia de la Masonería Especulativa, antes sólo había Masonería Operativa; es decir, la que estaba formada por verdaderos constructores o albañiles. El aporte de la Orden masónica al mundo occidental, y a nuestra Patria en particular, son suficientemente conocidos, su rol en la modernización es innegable en las sociedades no occidentales. Un fundador destacado en la conformación de esa Gran Logia de Londres y Westminster fue el pastor presbiteriano James Anderson. Presbiterianos son los seguidores de las doctrinas de Juan Calvino.

Del pastor Anderson sabemos muy poco, fue Doctor en Teología, mas ignoramos dónde lo obtuvo (una hipótesis dice que estudió en la Universidad de Marischal que después se integró a la de Aberdeen), algunos han dudado que se haya doctorado y que sólo se graduó de dos masters). Fue ordenado pastor presbiteriano en Londres y fue párroco de una comunidad calvinista e incrementó sus ingresos dibujando escudos y árboles genealógicos. Se cree que había nacido en Aberdeen, Escocia. Pero era un teólogo presbiteriano, entonces, ¿qué tienen que ver los preceptos de esa religión con los ideales masónicos? Todo indica que nada.

[cita tipo=»destaque»]En Chile todos tenemos que ver con la masonería; mal que mal quien esto escribe tuvo dos parientes que tienen que ver con esto, un arzobispo que excomulgó a los masones y otro, que fue la curiosidad de la familia en su tiempo, pues fue el primero en ser iniciado masón. [/cita]

He conocido presbiterianos masones, es decir, calvinistas, incluso pastores. Es cierto que esa religión tiene una versión moderada, el arminianismo, pero el eje central de las doctrinas de Juan Calvino discrepa de las doctrinas masónicas. Como se sabe esta confesión religiosa es predestinacionista, o sea, nada ni nadie puede cambiar el destino, ya escogido por Dios, y menos perfeccionarse, Así pues, la idea de “labrar la piedra bruta para edificar el propio templo interior”, según la expresiones masónicas sería imposible, y tampoco podría actuar el meliorismo, el mejoramiento moral de las personas.

James Anderson, en 1714, según se dice, capellán de la Catedral de San Pablo; lo malo es que dicha catedral es anglicana, es decir una iglesia de tradición católica, y dichos tiempos no eran muy ecuménicos para hacer celebraciones interdenominacionales. Sabemos que regentó una iglesia en la calle Lisle –quizás l’Isle– en 1734 hasta el fin de sus días. Así que el dato de la catedral es un mentira blanca, además que los presbiterianos no tienen catedrales ya que no tienen obispos, que son los que tienen cátedra. ¿Es posible sostener que el presbiterianismo podría ser bien mirado en la Inglaterra del siglo XVIII? Cuando Enrique VIII murió, en 1547, quedó como rey su hijo Eduardo VI, este fue educado por los amigos de su tío materno, ya que este pequeño rey era hijo de Jane Seymour, y esa familia era cercana a las doctrinas de Calvino, La Reforma de Enrique es una ruptura con Roma y una autonomización respecto del Papa; pero doctrinalmente sigue siendo una especie de Iglesia católica Inglesa, Pero el Duque de Somerset, Edward Seymour, decidió con el apoyo del Arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer, la nobleza, el bajo clero y los burgueses de la capital de Inglaterra, empujar a su rey hacia las doctrinas de Calvino. Bajo el reinado de Eduardo VI, el presbiterianismo tuvo status oficial, lo que a su muerte se abolió por la Reina María y más tarde por la reina Isabel que dejó las cosas tal como estaban durante el reinado de Enrique. Pero fue Enrique el que le puso maestros no anglicanos a su hijo,

Como quiera que sea, el pastor Anderson va a fundar con siete compañeros en 1714 una logia independiente e irregular, porque no cuenta con la autorización de nadie de las logias verdaderamente formadas por albañiles, es decir, la masonería operativa. En otras palabras, son masones acepados, personas que integran las logias, que no son albañiles, pero ellos los aceptan como tales. Esta es la primera logia estrictamente especulativa. En 1717 se formará la Gran Logia, una reunión de logias, cuyo tricentenario se celebra este año.

La masonería inglesa es religiosa, mejor dicho teísta y que, por lo tanto, no acepta increyentes. Es una institución moral, cuyo objetivo es la perfección de sus miembros para que, a través de ellos, se logre una mejoría de las sociedades. También es una escuela que forma en conocimiento a sus integrantes, en términos alegóricos y usando el lenguaje de los constructores, edifican su templo interior y labran la piedra bruta, es decir, pulen sus defectos.

Esta es la masonería que se ha hecho tan popular en la literatura de estos días, desde Dan Brown hasta los chilenos Francisco Ortega y Waldo Parra, entre otros, Las tenidas o reuniones de logia tienen a veces cantos bastante religiosos, y poseen catecismos con sus distintos ritos, monitores (instructivos) y una constitución, de hecho, cada país tiene sus constitución masónica y su respectivo reglamento; además de sus tradiciones y costumbres, como los católicos, que aquí se llaman landmarks u oldcharges.

El Reverendo Anderson es el redactor de las Constituciones de esta nueva masonería y en ellas se produce un transbordo sutil, ahora la orden masónica es deísta, no teísta, en palabras simples, de aceptar a un Dios personal, revelado y providente, a la manera anglicana y católica, se pasa a la creencia en un Dios Personal, revelado y que no interviene en la historia, o sea no es providente, y la Providencia se opone la Predestinación presbiteriana. La masonería no es que sea calvinista, sólo que no es providente y Dios no se cruza en los caminos del hombre en esta tierra, pues ya ha decidido todo antes que naciéramos. En este artilugio intelectual está la fuerza de la masonería, pues a sus filas se podían integrar creyentes cristianos de cualquier denominación y, más tarde, creyentes en Dios no al modo cristiano, como judíos, musulmanes y, en el Extremo Oriente, prácticamente de todas las religiones de esa zona; posteriormente, también los agnósticos, que no niegan a Dios sólo que dicen no conocerlo. ¿Cómo se llama el deísmo de los masones? se llama tolerancia. La consideran una virtud, raro, porque las virtudes se goza y no se soportan como una carga, pues tollere significa soportar.

Paradojalmente, la Constitución andersoniana permitió que la masonería se volviera universal y se esparciera sobre toda la faz de la tierra. Y que tuviera tanta influencia en la historia de Latinoamérica, Chile incluido, y hasta el día de hoy, aportando próceres de la Independencia, intelectuales, gobernantes, parlamentarios, jueces, profesionales, técnicos y trabajadores en general. En los países de cultura latina existe una disputa casi folklórica entre masones y católicos, más por inercia que por contenidos. En Chile todos tenemos que ver con la masonería; mal que mal quien esto escribe tuvo dos parientes que tienen que ver con esto, un arzobispo que excomulgó a los masones y otro, que fue la curiosidad de la familia en su tiempo, pues fue el primero en ser iniciado masón. Pero la síntesis perfecta fue la persona del primer Serenísimo Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, meritorio masón y fiel devoto católico, cuyas exequias se celebraron en la Catedral de Valparaíso y sus hermanos, posteriormente, celebraron los ritos fúnebres de su orden.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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