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Educación cívica en nuestras aulas

Por: Miguel Ángel Bruna, Alcalde, I. Municipalidad de Lo Espejo


Señor Director:

A todos nos sorprendió gratamente el anuncio de la Presidenta que hacía alusión al regreso del ramo de Educación Cívica a los colegios, específicamente desde el nivel preescolar hasta la enseñanza media. Recordemos que esta asignatura fue eliminada en el año 1998 durante el gobierno de Eduardo Frei, tras la aplicación de una nueva reforma educacional.

Hasta ese entonces los colegios tenían la obligación de impartir dicha asignatura con la finalidad de promover el conocimiento y la comprensión de las normas que regulan la vida social, la formación de valores y actitudes que permiten al individuo integrarse a la sociedad y participar en su mejoramiento.

Sacar este ramo de las aulas, a mi parecer, trajo grandes consecuencias para nuestro país: disminuyó la participación ciudadana en las decisiones trascendentales, aumentó la desconfianza en el sistema político, las organizaciones sociales perdieron fuerza debido a la falta de participación, se acentuó el desconocimiento sobre derechos y deberes, y como consecuencia, las elecciones dejaron de ser un momento importante para la gran mayoría de las personas, especialmente para los jóvenes.

La nula enseñanza sobre temas ciudadanos, como el derecho al voto y la importancia que tiene esta acción política sobre la construcción del país, tiene como consecuencia la debacle del sistema civil sostenido hasta ahora. Un claro ejemplo de ello, es la baja participación de la población en las últimas elecciones, ya sea por desconocimiento o falta de interés. El 83.6% de los jóvenes entre 15 y 19 años esta nada o poco interesado en la política de acuerdo a la Séptima Encuesta Nacional de la Juventud. El tradicional “no estoy ni ahí” que manifiestan al momento de las elecciones, no es más que una renuncia a expresar sus deseos y anhelos para un mejor Chile. Ellos lamentablemente no lo saben.

¿Por qué es tan importante la Educación Cívica?: porque otorga las herramientas para el ejercicio pleno de la ciudadanía, la sensibiliza frente a los problemas de la sociedad (salud, pobreza, educación y trabajo), instruye para ejercer un voto responsable, crea noción sobre los derechos, garantías y deberes que corresponden a cada persona.

La decisión de incorporar esta materia a los programas curriculares me parece auspiciosa y sumamente necesaria, es una medida que urgía aplicar y soy optimista respecto de los efectos que tendrá en el futuro. La generación de nuevos espacios para educar, generar debate y el planteamiento desde las bases de la enseñanza sobre convivencia social, derechos y deberes ciudadanos, son fundamentales para cimentar el nacimiento de nuevas generaciones que trabajen por un país más justo y colaborativo.

Miguel Ángel Bruna, Alcalde, I. Municipalidad de Lo Espejo

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