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Expertos buscan confirmar la altura del Aconcagua

“Hay registros de mediciones GPS (Sistema de Posicionamiento Global) de quienes hicieron cumbre en el Aconcagua que dan cuenta de que es más alto y vamos a ver cuál es la verdadera altura”, explicó Sergio Cimbaro, uno de los miembros de la expedición.


Una expedición de expertos argentinos emprenderá este viernes un viaje a la cima del cerro Aconcagua, en la cordillera de Los Andes, en busca de confirmar que su altura ha aumentado desde los 6.959 metros del último registro oficial, que en 1956 lo situó como el “techo” de América.

“Hay registros de mediciones GPS (Sistema de Posicionamiento Global) de quienes hicieron cumbre en el Aconcagua que dan cuenta de que es más alto y vamos a ver cuál es la verdadera altura”, explicó a Efe Sergio Cimbaro, uno de los miembros de la expedición.

Se harán “mediciones más precisas y rigurosas que permitirán ser reducidas al nivel medio del mar, ya que el GPS tiene una referencia propia que no coincide con la referencia tradicional para las mediciones de altura”, comentó el experto del Instituto Geográfico Nacional argentino.

Los Andes, hito fronterizo entre Argentina y Chile y columna vertebral de Sudamérica, es producto de la colisión de placas tectónicas, por lo que su formación sufre cambios paulatinos, sobre todo con los sismos de las últimas décadas y en especial por el del 27 de febrero de 2010 que sacudió al centro del territorio chileno con 8,8 grados de intensidad en la escala de Richter.

Desde el terremoto de 2010, “se han registrado hundimientos de terreno de unos pocos centímetros en Chile y levantamientos de la misma proporción en Argentina”, según mediciones de estaciones científicas de los dos países, apuntó Cimbaro.

Chile se encuentra ubicado en el llamado “círculo de fuego” que bordea los países bañados por el Pacífico, una de las zonas más sísmicas del planeta, donde se producen el 80 por ciento de los terremotos.

Además de hacer mediciones de altura y gravimétricas en la cima, la expedición instalará una estación de GPS que operará en forma permanente para realizar controles de los movimientos de la corteza terrestre “durante los 365 días del año”.

Hay un “camino normal” hacia la cumbre que se puede recorrer caminando, sin hacer las escaladas por las que optan los deportistas, indicó Cimbaro.

Aunque esta senda conlleva un menor riesgo relativo, el grupo es consciente de que deberá afrontar un gran esfuerzo físico a lo que se suma la amenaza de tormentas con vientos que llegan a los 200 kilómetros por hora, entre otros factores que en las últimas décadas han costado la vida de más de 130 escaladores.

Los receptores GPS toman las mediciones de altura respecto de una superficie matemática que no coincide con el nivel medio del mar (superficie física internacional para el establecimiento de alturas).

“A estas mediciones GPS hay que aplicarles reducciones producto de mediciones gravimétricas, entre otras, para vincularlas al nivel medio del mar: esta es la tarea que vamos a realizar en el Cerro”, señaló el experto argentino.

La primera etapa hacia la cima del “techo” de América terminará en Plaza de Mulas, a 4.300 metros de altura, con el fin de cumplir unos días de aclimatación a la falta de oxígeno y al esfuerzo físico en esas condiciones adversas.

La siguiente escala será en la base Nido de Cóndores, a 5.500 metros, donde se instalarán los equipos que pesan unos 150 kilos y serán llevados en helicóptero.

Los equipos de medición, que cuentan con pantallas solares y baterías de electricidad para funcionar sin pausa todo el año, “son capaces de registrar simultáneamente información de hasta diez” de los 24 satélites en órbita dentro de la red de posicionamiento global, señaló Cimbaro.

Los registros sistemáticos reunidos por estos equipos y procesados por estaciones de la Red Argentina de Monitoreo Satelital Continuo permitirán “un gran salto” de precisión en las mediciones respecto de las de 1956 de la Universidad de Buenos Aires, destacó.

El último campamento de la expedición será en el refugio Cólera, a 6.000 metros de altura, el paso previo a alcanzar la cumbre del Aconcagua, que forma parte de “Los Penitentes”, la cadena de montañas de más de 5.000 metros de altura en Los Andes.

El nombre Aconcagua, como la mayoría de la toponimia indígena, ha generado polémicas sobre si responde a los vocablos “Akon” y “Kahuak”, que en quechua significa “centinela de Piedra”, o a los aymara “Kon” y “Kawa”, que se traducen como “Monte Nevado”, dice la información oficial.

Los primeros intentos de llegar a la cima del “techo” de América se le atribuyen al explorador alemán Paul Güssfeldt, que encabezó una expedición que a fines de 1896 trazó un camino hasta los 6.560 metros de altura, donde tuvo que retirarse a causa de un fuerte temporal.

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