BRAGA
Un relato que enoja, asusta, pero que ante todo alerta ante estas situaciones que están ocurriendo diariamente, es el que entregó Elisa Parr en Instagram. “Cuídense y cuiden al resto. Si ven a alguien que puede estar en peligro, no lo duden en ayudar», señaló.
Un crudo relato es el que compartió Elisa Parr en Instagram. La joven utilizó la plataforma para denunciar acoso sexual en las calles de Providencia por parte de un desconocido que la abordó el pasado 15 de febrero a plena luz del día.
Parr iba caminando por Alférez Real con Manuel Montt, cuando un sujeto se acercó para preguntarle cómo iba a llegar a una dirección «equis». Al pasar los minutos, se dio cuenta de que la estaba siguiendo.
Según Elisa, con cuchillo y pistola visible, el hombre comenzó las amenazas: «Me dijo que no me iba a hacer nada, que no me pusiera nerviosa, que era una buena persona pero que igual me podía sacar la chucha».
Al menos una hora estuvo siguiéndola, afirma Elisa en su relato y describe que estando atemorizada no gritó pensando en que él le haría daño a otra persona con las armas que minutos antes le había mostrado.
Cuando se encontraron en una calle más pequeña, él continúo con un incómodo interrogatorio: «me dijo ya y qué hacís con tu pololo y cosas así. Me ocupó el celular y me empezó a mostrar videos porno, insistiendo en qué haces con tu pololo y me dijo ya, dime o te saco la chucha. Lo puedo contar ahora pero fue horrible».
En este momento Elisa arrancó pidiéndole que la dejara en paz. Pero él respondía que debía estar tranquila porque «todo iba a ser corto, lo hago rápido y no te va a doler», le decía. Ella corrió y se subió a un auto en donde solicitó ayuda.
“Si saben de alguna persona por favor que denuncie, ya le ha pasado a dos personas”, señala Elisa afirmando que estas denuncias son necesarias a la hora de reconocer un posible ataque en las calles de Santiago (y de otras ciudades). En su caso, se trata de un sujeto que mide entre 1.50 y 1.60 de altura, pelo corto negro, piel morena, de contextura gruesa, corte en una ceja y ojos oscuros.
“Cuídense y cuiden al resto. Si ven a alguien que puede estar en peligro no lo duden, salúdenlo como si fuera un familiar o un conocido, paren con el auto y esperen a ver si necesita ayuda esa persona, yo tuve la suerte de que alguien me esperó en auto y pude correr a meterme y salvarme de la situación, pero no siempre pasa”, fueron las frases que dieron cierre a un relato que enoja, que asusta, pero que ante todo alerta y llama a ocupar todas las posibilidades de cuidarse entre mujeres de estas situaciones que están ocurriendo diariamente y a pleno sol.
