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A un año de la marcha más triste de los pingüinos

A un año de la marcha más triste de los pingüinos

40 mil crías de pingüinos murieron durante el año pasado por posibles efectos del cambio climático. Greenpeace, junto a más de 2 millones de personas en el mundo, le reclama a la Comisión del Océano Antártico que apruebe la creación de un Santuario Antártico para proteger esta región y así a los animales que la habitan.


A un año del evento más catastrófico en la Antártica, la muerte de 40 mil crías de pingüinos, los gobiernos miembros de la Comisión del Océano Antártico (CCRVMA) se reunirán a partir del 22 de octubre para para realizar una votación por la creación del área protegida más grande del mundo, un Santuario Antártico.

Greenpeace exige la protección urgente de la Antártica a través de la creación de un santuario marino de 1.8 millones de km2. «Si no cuidamos de esta área, cualquier industria extractiva (como la pesquera, la petrolera y minera) podrá saquear el hogar de la fauna presente en el continente blanco, ya amenazado por el cambio climático», explican.

Según Estefanía González, coordinadora de la campaña por la Antártica de Greenpeace, “Ningún negocio vale el sacrificio de un ecosistema. El lobby corporativo y político no puede ser más fuerte que la voz de 2 millones de personas en el mundo que piden la creación del santuario marino. El momento es ahora, los gobiernos tienen la oportunidad histórica de proteger la Antártica y los animales como los pingüinos que habitan en toda esta zona.”

Durante 2017 científicos franceses advirtieron la presencia de miles de crías muertas y no nacidas en una área conocida como la “tierra de adelaida”. Se comprobó que la situación se debió a la existencia récord de hielo. Esta cantidad excesiva de hielo significó entonces una obstáculo adicional para los pingüinos, que debieron sumar cerca de 100 kilómetros de recorrido para buscar alimentos para sus crías. Además, a esta situación se sumó una lluvia sin precedentes que no permitió que las crías se mantuvieran en calor.

“El encuentro de los gobiernos durante este mes en Australia podría definir el futuro de la Antártica y su futuro no debe ser desprotegido», concluyó González.

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