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En Ecuador todos perdieron, incluida la Confederación Sudamericana de Fútbol DEPORTES

En Ecuador todos perdieron, incluida la Confederación Sudamericana de Fútbol

La Conmebol optó esta vez por la cautela en Ecuador, al suspender momentáneamente la Copa Libertadores Femenina tras apenas una jornada, por las protestas que convulsionaron a Quito, el toque de queda y otras medidas adoptadas por las autoridades. Sin embargo, no es la primera vez que el fútbol se desarrolla entre barricadas y marchas revolucionarias.


Los primeros análisis sobre la crisis de 12 días que sacudió a Ecuador, tras la decisión del presidente Lenin Moreno de eliminar los subsidios a los precios de los combustibles, en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), apuntan a que todos perdieron: el Gobierno, que anuló la medida; las organizaciones indígenas, que sufrieron divisiones y el país, con siete muertos y centenares de heridos y detenidos en las manifestaciones, que además dejaron una gran destrucción.

También perdió la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que suspendió momentáneamente la Copa Libertadores Femenina tras apenas una jornada, por las protestas que convulsionaron a Quito, el toque de queda y otras medidas adoptadas por las autoridades.

En la fecha que se jugó, Colo Colo perdió 3-2 ante el Cerro Porteño paraguayo en un partido interrumpido más de una vez por cortes de luz.

Tras el fin de la crisis, la Conmebol anunció la reanudación del torneo en Quito, lo que incluye el partido entre Santiago Morning, campeón chileno, y el UAI Urquiza, de Argentina.

La Conmebol optó esta vez por la cautela en Ecuador, país al que se ha descrito como un sueño frustrado de gobernabilidad, con periódicas rebeliones con protagonismo indígena, que sólo entre 1997 y 2005 derribaron tres presidentes (Abdala Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez).

Fútbol entre barricadas y marchas revolucionarias

Las medidas de Lenin Moreno  que desataron la crisis se asemejan al alza del gas que a comienzos de 2001 provocó un levantamiento contra el Gobierno de Gustavo Noboa (2000-2002).

La rebelión coincidió con el XX Campeonato Sudamericano Sub’20, clasificatorio para el Mundial a jugarse unos meses después en Argentina.

El torneo se jugó del 14 de enero al 4 de febrero en siete ciudades, con carreteras bloqueadas por manifestantes que sin embargo abrían paso a equipos, hinchas y periodistas porque amaban el fútbol.

En una multitudinaria manifestación en Cuenca, Lucio Gutiérrez, líder de la revuelta, prometía terminar con la corrupción y vencer al imperialismo, mientras la multitud rugía «el pueblo unido, jamás será vencido». En 2002 Gutiérrez se convirtió en presidente. Salió abruptamente en 2005.

En un programa radial transmitido desde Panamá a diario, el expresidente Abdala Bucaram (1996-1997), destituido por el Congreso por «incapacidad mental para gobernar», despotricaba contra sus adversarios y exigía que su hijo Dalo fuera titular en la selección que jugaba el Sudamericano, dirigida por el colombiano Hernán «Bolillo» Gómez, quien hacía caso omiso. El técnico fue herido de bala en un incidente confuso.

Dalo Bucaram ha sido últimamente parlamentario y dirigente del partido Roldosista, tras no haber logrado destacarse como futbolista. Incluso lo intentó en Chile, donde pasó por Colo Colo, Santiago Morning y Unión San Felipe, sin ninguna figuración.

Chile al Mundial

En Ecuador, la Sub’20 de Chile, dirigida por Héctor Pinto, terminó en cuarto lugar y se clasificó al Mundial de Argentina, tras una campaña que incluyó incidencias notables, como el gol del arquero Eduardo Lobos a Bolivia, que dio a la Rojita la clasificación a la ronda final.

Pinto se vio obligado a usar a Lobos como delantero porque por castigos y lesiones, no tenía ningún jugadores de campo en la banca.

Varios integrantes de esa generación continúan activos, entre ellos el propio Lobos, Jaime «Pajarito» Valdés, Johnny Herrera, Hugo Droguett y Rodrigo Millar.

Ese grupo de jugadores protagonizó después el famoso episodio de «las luces rojas», cuando varios de ellos fueron sorprendidos en prostíbulo con fachada de sauna en la víspera de su partida al Mundial, que en ese contexto, fue un desastre para Chile. Perdió 4-2 con Ucrania y 4-1 con Estados Unidos. Ganó 1-0 a China, pero se quedó en la primera fase.

La Conmebol ya no es omnipotente

Antes, cuando campeaba la corrupta administración de Nicolás Leoz, la Conmebol no suspendía torneos.
La Copa América 1999 se jugó en Paraguay un par de meses después del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, que desató grandes disturbios, incluida una marcha campesina que culminó en una masacre frente al Congreso y la renuncia del presidente Raúl Cubas Grau, que duró siete meses en el cargo.

«La seguridad está garantizada», proclamó la Conmebol, y la Copa se jugó. Chile fue cuarto, con un equipo que incluía a varios jugadores del Mundial de Francia’98.

La Copa América 2001, en Colombia, estuvo a punto de no jugarse o cambiar de sede tras problemas de seguridad. Pese a diversos atentados supuestamente guerrilleros, la Conmebol acordó reunirse el 28 de junio mes para tomar una decisión final, tras el secuestro de Hernán Mejía Campuzano, presidente del Comité Organizador del torneo.

Mejía fue liberado poco antes de la reunión y el presidente Andrés Pastrana intervino personalmente para defender la sede. «Quitarle a Colombia la Copa es el peor de los atentados”, dijo el mandatario, luego que la Conmebol acordara inicialmente retirarle la sede. Argentina no asistió al torneo en protesta y Honduras compitió de urgencia en su reemplazo.

La Copa se jugó. Ganó Colombia. Chile llegó a cuartos de final, en los que perdió ante México, por 2-0.

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