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La huella que dejó Jaime Mañalich en la Clínica Las Condes: despidos masivos, control de costos y un bullado caso judicial MERCADOS

La huella que dejó Jaime Mañalich en la Clínica Las Condes: despidos masivos, control de costos y un bullado caso judicial

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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En octubre de 2017, el entonces exministro de Salud del primer Gobierno de Sebastián Piñera regresó a la Clínica Las Condes, donde previamente había sido su director durante 15 años. Volvió justo en medio de una crisis y de la mano de otro empresario, Andrés Navarro. Es sabido que desde la gerencia de CLC hizo y deshizo. Con sangre fría, bajó los costos de la clínica, mediante la contención por medio de varias tandas de despidos masivos y la revisión de todos los procesos, que –explicaron cercanos al recinto médico– ajustaron al mínimo, desde el gasto en fármacos, pasando por las horas extra y los turnos de limpieza. Todo, absolutamente todo, pasaba por las manos del médico.


El doctor Jaime Mañalich siempre se movió a sus anchas en La Clínica Las Condes (CLC), uno de los recintos más ABC1 de la salud privada en Chile, pero que en el último par de años ha tenido una serie de problemas financieros y de clima laboral, lo que la ha llevado a ocupar las páginas de la prensa no precisamente por su excelencia médica.

En octubre de 2017, el entonces exministro de Salud del primer Gobierno de Sebastián Piñera regresó a la Clínica Las Condes, donde previamente había sido su director durante 15 años. Volvió justo en medio de una crisis y de la mano de otro empresario, Andrés Navarro.

Mañalich conoce a Piñera hace años, desde que el actual Jefe de Estado y Navarro eran accionistas de CLC, época en la que cultivaron una estrecha relación, al punto que en estos tiempos conforman –aseguraron cercanos a los tres– un «triángulo» inseparable. «La relación entre Mañalich y Piñera es tan estrecha, que el propio ministro ha dicho en más de una ocasión que su compromiso y lealtad no es con el Gobierno ni con el proyecto político de la derecha, sino que exclusivamente con la persona del Presidente. Que cuando asumió la cartera de Salud en marzo del 2010 lo hizo por un acuerdo con el Mandatario, por su vínculo con él, con el objetivo de estar los cuatro años de su mandato», recuerda un reportaje de 2012 de El Mostrador.

La crisis de la CLC se explica tras haber reconocido ajustes contables que le implicaron registrar pérdidas en 2017 por unos $ 10 mil millones y, tras un llamado de Navarro, Mañalich volvió como gerente para «solucionar» el problema que se había generado.

Lo cierto es que, antes de volver a asumir las labores en CLC, en el entorno de Mañalich afirmaron que él estaba en la primera nómina de Piñera el 2017 para regresar a La Moneda, pero que fue el círculo de confianza del Mandatario –conformado por su actual comité político– el que advirtió que no era conveniente sumarlo al gabinete. Es que Mañalich tiene fama de contar con una personalidad con poco tacto, un estilo excesivamente directo, muchas veces con un tono muy de «patrón de fundo», que saca ronchas.

Pero Piñera jamás dejó de apostar por su amigo doctor y así quedó demostrado en el ajuste de gabinete de la semana pasada, con el regreso de Mañalich a la misma cartera de Salud, decisión con la que médico cerró nuevamente su relación con CLC, donde es sabido que hizo y deshizo desde la gerencia.

[cita tipo=»destaque»]A pesar de las reiteradas cartas que Karlezi envió a Mañalich, nunca pudieron entenderse realmente. Entre quienes apoyaban la gestión del hoy ministro de Salud afirmaron que los desacuerdos siempre estuvieron dados por el hecho de que el médico no tenía pelos en la lengua y no tuvo «empacho» en tomar las decisiones necesarias para poder rebajar los costos de la clínica y sacarla de los números rojos. En el recinto son recordadas sus peleas, a viva voz, con Alejandro Quintana –representante de Cecilia Karlezi– en algunos directorios.[/cita]

Con  sangre fría, lo primero que hizo fue bajar los costos de la clínica, mediante la contención por medio de varias tandas de despidos masivos y la revisión de todos los procesos, que –explicaron cercanos al recinto médico– ajustaron al mínimo desde el gasto en fármacos, pasando por las horas extra y los turnos de limpieza.

Todo pasaba por Mañalich. Fiel a su estilo, la CLC se dividió en dos bandos ante su gestión como gerente: uno que lo apoyaba, pues veía en su figura una opción de perpetuar, sin cambios, el modelo de negocios de la clínica, liderados por un grupo de influyentes médicos que son accionistas de la clínica; en el otro bando estaba la empresaria Cecilia Karlezi, influyente heredera del clan Falabella y que, siendo la mayor accionista personal de la clínica, le sacó a colación a Mañalich y Navarro la poca voluntad de apartar a CLC de ese modelo de negocios, a su juicio, insuficiente para que saliera de la crisis.

Particularmente los encontrones de Karlezi y Mañalich estuvieron dados por el hecho de que la accionista era partidaria de que los médicos no «hicieran y deshicieran en la clínica», ya que el modelo de CLC implica, por ejemplo, que los doctores tengan beneficios en el pago de sus prestaciones (sin esperar la bonificación de las Isapres), planes médicos para ellos y sus familias y costos de operación mínimos para atender en el recinto.

Fuentes de CLC explicaron que Mañalich nunca estuvo de parte de cambiar esas condiciones y estaba preocupado de lo que Navarro le pidió: que la clínica dejara de perder plata.

En su paso por el recinto de salud, el que varios califican como un «compás de espera» para volver al Minsal, la gestión logró que en 2018 la firma registrara utilidades por $ 3.867 millones. La cifra se compara con las ganancias de 2015, que alcanzaron los $ 8.996 millones, y las de 2014, por $ 14.227 millones y las pérdias de 2017 por más de $ 10 mil millones (del año anterior a la gestión de Mañalich)

Pese a la discreta performance de su gestión, Mañalich aterriza en el Minsal con las credenciales de haber «sacado» a la clínica de la crisis, algo que no tuvo problemas en manifestar tempranamente y varias veces en entrevistas con El Mercurio. «En los hechos y resultados diarios hay un respaldo absoluto a la administración», afirmó en el matutino en septiembre de 2018.

Eso, pese a que los representantes de Karlezi le pidieron un arbitraje forense para revisar los números de la clínica (del encaje contable en debate) e hicieron una serie de presentaciones, acusando diferentes faltas de la administración a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

A pesar de las reiteradas cartas que Karlezi envió a Mañalich, nunca pudieron entenderse realmente. Entre quienes apoyaban la gestión del hoy ministro de Salud afirmaron que los desacuerdos siempre estuvieron dados por el hecho de que el médico no tenía pelos en la lengua y no tuvo «empacho» en tomar las decisiones necesarias para poder rebajar los costos de la clínica y sacarla de los números rojos. En el recinto son recordadas sus peleas, a viva voz, con Alejandro Quintana –representante de Cecilia Karlezi– en algunos directorios.

Jaime Mañalich aterrizó en el cargo con bastante división en el directorio, con votación 4-4 y el voto dirimente de Navarro que le permitió asumir.

Alberto Eguiguren, director de CLC por los fondos de inversión, comentó que el actual titular de Salud lo sorprendió gratamente. Pese a ser directo, peleador y frontal, señaló que fue un buen ejecutivo y que logró controlar el ánimo de los doctores, un gremio que no es fácil de tratar. «No es fácil, que los doctores son un gremio muy cohesionado y miran en menos a muchos profesionales. No es fácil que traten con un ingeniero, pero, si bien al principio no lo querían, porque es un gallo de armas tomar y no le iba a temblar la mano al reducir costos, se ganó el respeto y me parece un profesional con una capacidad de trabajo increíble», manifestó a El Mostrador Mercados. Dentro de las gestiones que le reconoce el director de CLC a Mañalich, está la eficiencia de costos, de horas de trabajo, de merma de medicamentos y la reducción de las pérdidas.

Gerente polémico

El estilo frontal de Mañalich le valió más de una polémica, como fue con la salida de CLC del oncólogo Manuel Álvarez, acusado de presuntos abusos sexuales, una investigación que aún está en curso. A hoy ministro se le acusó de poco tacto cuando comunicó el despido por el diario La Segunda, algo que el médico acusado usó a su favor para demandar a la clínica, a la que le ganó una demanda laboral por $200 millones.

No es todo, el oncólogo demandó a varios personeros del recinto médico, entre ellos, a su directora, May Chomalí. La misma Chomalí se vio envuelta en una nueva polémica por referirse al caso en una entrevista con la Revista Ya: «El tema de Manuel Álvarez fue muy difícil. Hasta el día de hoy ha sido difícil. Yo recibí mucha crítica por su salida. De médicos de la clínica, de pacientes, de la comunidad. Él es una persona muy conocida, muy influyente, con muchas relaciones y muy buenas relaciones externas. De todo tipo, a nivel médico, a nivel político, a nivel de pacientes, gente con mucho poder económico. Tenía una clientela muy importante». De paso, Álvarez presentó contra Chomalí una querella ante el 7° Juzgado de Garantía de Santiago por falso testimonio.

Chomalí siguió una línea más bien confrontacional en el tema, apoyada por Mañalich, generándose nuevas divisiones, otra vez, en el directorio. May Chomalí y Jaime Mañalich tenían una relación cercana. Fue él quien la trajo a la CLC en el año 2000 y cercanos aseguraron que la doctora siempre le debió agradecimiento por ello.

Lo cierto es que sin Mañalich en la CLC, tanto sus defensores como críticos han afirmado que será difícil para el recinto encontrar un nuevo gerente. Uno, porque hay que tener personalidad para lidiar con el gremio médico que es a la vez dueño de la clínica y sus otros accionistas y, además, porque Navarro –presidente de la compañía– tenía planificado dejar la clínica en abril de 2020, por ende, traer a alguien de su confianza le será más difícil. Por ahora, los rumores apuntan a que un médico accionista asuma la dirección.

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