Los eventuales oferentes coinciden en que se puede calificar el actual proceso como no completamente competitivo. A su parecer, existe “ambigüedad” en varios puntos que otorgan ventaja a las distribuidoras como la multinacional. Aspectos que entregan puntos que prácticamente dejan la licitación con nombre y apellido.
El próximo 28 de mayo cierra el proceso de licitación «servicio integral de alumbrado público», llamado por la comuna de Santiago, para adjudicarse la instalación de luminarias en la ciudad dirigida por Felipe Alessandri. Todo bien hasta ahí, salvo por un reparo.
Según consigna El Periodista, el proceso en el mercado público estaría dejando fuera a muchas empresas que desde hace años están tratando de conseguir un lugar en las licitaciones del municipio, y favorecería casi exclusivamente a la multinacional Enel, presidida por el ex concejal de la comuna Herman Chadwick.
La empresa detrás de los medidores inteligentes encabezaría una inversión total de 46 mil 480 millones de pesos, donde solo 40 son para el periodo de instalación y el resto a pagar en 180 meses, quince años, en cómodas cuotas de 258 millones de pesos.
La licitación comprende el recambio con mantención de 25 mil 449 luminarias en 3 lustros, casi 4 periodos alcaldicios, provisionadas con un sistema de Telegestión que, sin duda, modernizará el alumbrado público del centro de la capital.
Una ciudad iluminada es sinónimo de bienestar y progreso. Sin embargo, hay una letra chica en la licitación que, sin duda, es preocupante.
De acuerdo al medio antes consignado, varios eventuales oferentes coinciden en que se puede calificar el actual proceso como no completamente competitivo. A su parecer, existe “ambigüedad” en varios puntos que otorgan ventaja a las distribuidoras como Enel, al evaluarla con una ecuación que mezcla puntos recambiados y mantenidos, ya que ellas han hecho cambios por más tiempo.
Tal cálculo, según la mayoría de los oferentes, les perjudica ya que se determina que solo se contabilizará la experiencia de mantención de proyectos mayores a 10 mil puntos, incluyendo tecnologías obsoletas, lo que se plantea como un punto contradictorio y discriminador, para que las empresas distribuidoras de energía eléctrica obtengan ventajas en la tabla de evaluación.
Otro aspecto que restringe la entrada de oferentes y favorece a Enel es la solicitud de las certificaciones. Las bases de la licitación piden las ISO 50.0001, ISO 14.0001 e ISO 18.001, que no todos los que participan en el mercado de recambio a LED poseen.
Para las empresas que se sienten afectadas, estos aspectos dejan la licitación con nombre y apellido si es que no se produce un cambio antes del cierre definitivo dentro de un par de semanas.
Desde el municipio se mostraron abiertos a aclarar o modificar las bases, tal como se hizo en otras ciudades, como Concepción, donde los requisitos originales cambiaron para estimular la competencia.
