El hombre a la cabeza del BCI rompió el silencio con los medios
Tras la adquisición de TotalBank en EE.UU., el presidente del Banco de Crédito e Inversiones habló con Diario Financiero sobre los desafíos del banco en el plano local y en el país del norte, pero se refirió a la crisis de legitimidad de las instituciones políticas y privadas en el país. En la arena política, señaló que «en estos períodos sabemos que los ofertones están por todos lados», pero reconoció que «si uno mira, desde el retorno de la democracia hacia adelante, en general la legislación y las leyes que se han sacado han sido de un tinte más positivo que negativo, y eso es sano». Para esta segunda vuelta, no adelantó preferencias pero señaló que «gane quien gane, debería en primer lugar tener consideración por la gente que no votó por él…que no va a ser poca». Agregó además que el próximo año la economía crecerá entre 2,5% a 3%, «pero cuánto más sea el crecimiento hacia adelante va a depender de cuán amistoso sea el nuevo gobierno en relación a las inversiones y a la actividad privada». Hizo además un llamado a modernizar el sistema laboral mirando al siglo XXI, frente a los rápidos avances tecnológicos.
Luis Enrique Yarur, el presidente del Banco de Crédito e Inversiones (BCI) y patriarca de una tradicional familia de banqueros de nuestro país, no suele hablar con al prensa. Pero puede ser el buen momento del banco que lidera, y que acaba hace unos días de oficializar la adquisición de las operaciones de TotalBank en EE.UU., aumentando su participación en el país del norte, una razón para abrirse a conversar con la prensa.
En entrevista con Diario Financiero, Yarur, que fue elegido como el empresario del año por el matutino color salmón, señala que tras esta operación en EE.UU. «con esto nos quedamos tranquilos»
Frente al plano local, Yarur indica que «a principios de los años ’90 el banco tenía un 5% de participación en un mercado que era mucho más chico que el de ahora. Hoy tenemos un 13,5% en un mercado que es muchísimo más grande que el que había en los ’90. Nos hemos diversificado en Chile y el exterior, tenemos una posición conseguida con mucho esfuerzo, en esa época nadie creía en nosotros porque éramos un banco chico y sin espaldas internacionales».
En ese sentido, y frente a la competencia por el tercer banco más grande en Chile, agrega que «demostramos en todo este período que cuando uno tiene convicción y un equipo de trabajo cohesionado es capaz de alcanzar los sueños que parecen más inalcanzables. Dicho eso, creemos que la competencia que viene con estas fusiones de bancos es estupenda, estamos encantados que vengan a competir con nosotros, encantados que quieran alcanzarnos y eso se verá en la cancha»,
Pero no todo es dulce en la industria, sobre todo frente al momento que vive el país donde las instituciones pasan por una seria crisis de legitimidad. El propio Yarur hace un mea culpa al respecto apuntando a que «como industria no hemos tenido la capacidad de transmitir la importancia que tiene un buen y sano sistema financiero para el buen desempeño del país».
Dice que «no hay ninguna duda que hay una falla de comunicación. También los empresarios hemos cometido errores, los políticos, las instituciones públicas, ¡todos! Pero hay que mirar el conjunto de las cosas que se han hecho y no las parcialidades».
Pese a esto, reconoce que «al igual que los empresarios, el mundo político y el de las instituciones públicas tienen que hacer un esfuerzo por mejorar el entendimiento de la función que realizan y no hay que perder la perspectiva», aunque señala que «si uno mira, desde el retorno de la democracia hacia adelante, en general la legislación y las leyes que se han sacado han sido de un tinte más positivo que negativo, y eso es sano».
Elecciones: gane quien gane, la billetera no alcanza para todo
En el terreno electoral, Yarur indica que «en estos períodos sabemos que los ofertones están por todos lados», porque «sabemos que la billetera no alcanza para todas las cosas». Pese a esto, hace un fuerte llamado a que «gane quien gane, debería en primer lugar tener consideración por la gente que no votó por él…que no va a ser poca».
Apunta a que «no tratemos de construir un país en base al que gane estrechamente una elección porque eso está probado que tarde o temprano termina mal».
Frente al próximo gobierno, dice que «hoy la economía mundial está en un proceso fuerte de reactivación» y que eso «nos puede llevar el próximo año a alcanzar tasas de crecimiento del orden de 2,5% a 3%, pero cuánto más sea el crecimiento hacia adelante va a depender de cuán amistoso sea el nuevo gobierno en relación a las inversiones y a la actividad privada y por eso es importante que las incertidumbres, en cuanto a las políticas económicas y los cambios que se aspiran a realizar en los próximos años, se vayan clarificando con la mayor prontitud».
Sin jugársela por una preferencia, si tiene una recta sobre algunos de los puntos en los que el próximo gobierno debería poner el foco, señalando que es «importante rediseñar el sistema tributario, donde se ha generado una complejidad que en realidad dificulta las decisiones que los empresarios puedan tomar y particularmente los empresarios medianos y pequeños, y esa complejidad hace casi imposible poder administrar sus propios negocios».
Además, «deberíamos tener una reforma laboral 3.0 que nos permitan una mayor flexibilidad y esté acorde con los tiempos que vienen», ya que «va a haber un cambio radical en cuanto a la forma y procesos de las industrias, sin embargo, no estamos preparándonos, ni invirtiendo en la capacitación de la gente en los avances tecnológicos… entonces hacer reformas laborales que son más bien del siglo XX y no del siglo XXI, pueden afectar de forma determinante el crecimiento del país».
