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La encrucijada de Eric Parrado ante el desafío de Álvaro Saieh En la industria estiman que decisión de la Sbif sentaría importante precedente para el sistema financiero

La encrucijada de Eric Parrado ante el desafío de Álvaro Saieh

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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El superintendente de Bancos enfrenta este martes un complejo escenario ante la decisión de la Corte de Apelaciones de anular la multa a CorpBanca. Recurrir de queja ante la Suprema tiene escasas posibilidades de éxito, mientras que reiniciar un proceso sancionatorio lo deja expuesto a la crítica a sus procedimientos en un caso tan emblemático y con un empresario tan polémico como Saieh. La Sbif ha hecho hincapié en que el fallo de la Corte no trató el fondo del caso y fuentes al interior del ente regulador afirman que sienten que ahí los argumentos son contundentes en favor de la multa. La posición cuestionadora que ha tomado la Asociación de Bancos en contra del regulador es criticada y se apunta al conflicto de interés de Segismundo Schulin-Zeuthen, presidente de la Abif, dado su paso por el directorio de CorpBanca y luego por BancoEstado, cuando este tuvo que salir a tirarle un salvavidas a Saieh, en momentos en que enfrentó la crisis de liquidez de 2013.


Hizo historia el superintendente de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif), Eric Parrado, cuando el 30 de diciembre de 2015 envió una carta a CorpBanca informando de la inédita multa por US$ 30 millones, a raíz de la vulneración de límites de crédito individuales en la entrega de préstamos al grupo de sociedades Cascada, que forma parte de la cadena de control de SQM.

El banco –que hasta ese momento aún controlaba Álvaro Saieh– apeló a la justicia y ganó el primer round.

La semana pasada el procedimiento elegido por Parrado para concretar dichas sanciones fue duramente cuestionado por la Corte de Apelaciones, que consideró que no se cumplieron las etapas propias de un proceso administrativo como el referido, debiendo existir formulación de cargos, descargos del imputado, presentación de pruebas y resolución final.

Lo resuelto por la Corte dejó en un incómoda posición a Parrado, pues en el mundo de los abogados estiman que tiene pocas posibilidades de salir exitoso en el máximo tribunal y porque, en su defecto, la idea de reiniciar un proceso sancionatorio implicaría reconocer la validez de las críticas a su procedimiento original realizados por la Corte, aun cuando dicho fallo no abordara de ninguna forma el fondo del caso, en el que CorpBanca mismo reconoció al menos falta en uno de los tres créditos que fueron cuestionados por la superintendencia.

Para la Sbif –dicen fuentes que conocen del caso– no es una locura pensar en que no recurran de queja ante la Suprema, por la complejidad que implica denunciar violaciones flagrantes de la ley por parte de los ministros del tribunal de alzada.

La alternativa es abandonar esa línea de acción y jugarlo todo en un nuevo proceso sancionatorio, como deslizó Diario Financiero la semana pasada. En tal escenario –señalan las fuentes–, la autoridad tendría la posibilidad de reafirmar su tesis condenatoria y buscar ratificar las multas millonarias aplicadas al banco cuando estaba en manos del grupo Saieh.

No obstante, aquello significaría reconocer la invalidez del procedimiento en el caso sancionatorio más importante que haya encabezado la autoridad sectorial y que lo enfrentó con un empresario de amplio rango de acción, con intereses cruzados de diversa índole y con historial de actuaciones zigzagueantes con la ley.

Una alta fuente de Gobierno recuerda que la actuación de la Sbif será determinante al futuro, pues su rol radica en la protección de la estabilidad y solidez del sistema financiero y, en el caso de CorpBanca, la violación de límites individuales de crédito resulta clave como señal al mercado.

Según detalla el fallo de la Corte de Apelaciones, la Sbif acusa a CorpBanca de violar los límites de créditos en tres oportunidades (2011, 2013 y 2015). En la más antigua de las operaciones, incluso el banco reconoce la superación de los límites, pero lo hace –ventajosamente– solo cuando la Sbif lo detecta y estimando –CorpBanca– que, por los plazos, dicha falta estaría prescrita, es decir, no susceptible de multa.

Como el banco ya tiene historial en estas lides, la Sbif apareció sancionando a un actor cuya reputación le juega en contra. En particular, considerando lo ocurrido en junio de 2013, cuando se develaron las triangulaciones de CorpBanca a la cadena de supermercados de Saieh, SMU, a través del fondo de inversión privada Sinergia, que usó los recursos (US$ 100 millones) para inyectar capital a la supermercadista.

Aunque la Sbif nunca sancionó a CorpBanca, esta entidad sufrió una corrida bancaria y eventualmente se vio forzada a vender parte de su cartera de créditos al Banco de Chile y otros activos para frenar una crisis de liquidez que lo tuvo por un par de semanas contra las cuerdas.

Junto con ello, en noviembre de ese mismo año, la superintendencia publicó una nueva circular –la Circular Saieh– que regulaba con mayor precisión las definiciones de créditos relacionados, donde tornaba más explícito, aunque sin decirlo abiertamente, que los créditos otorgados por CorpBanca a SMU eran relacionados.

Un mes después de dicha modificación, este medio reveló las intenciones de Saieh de ceder el control del banco, cosa que se confirmó a fines de enero de 2014, cuando anunció el acuerdo con Itaú para fusionar las operaciones del banco brasileño en Chile con CorpBanca. Según las fuentes consultadas en ese momento por este medio, la opción que tomó Saieh estuvo influenciada por la ‘recomendación’ del Gobierno de dejar el control a cambio del respaldo financiero que privadamente brindó a través de BancoEstado.

Pero luego Saieh tuvo disputas privadas con Itaú por la sorpresiva aparición de acciones de sociedades ligadas a las suyas, lo que obligó a recalcular su posición en la propiedad fusionada con Itaú.

Junto con ello, vino la disputa entre ambos bancos por la necesidad de revisar la distribución de la propiedad en la futura entidad fusionada, después que CorpBanca detectara una baja importante en las ganancias de Itaú Chile y una mejora dramática en sus resultados.

La incertidumbre sobre el futuro de la fusión llegó hasta el límite de los plazos, en junio de 2015, proceso en el cual la superintendencia guardó silencio permanente, pero con clara incomodidad.

En esta suma de factores –más el hecho de que Saieh controlaba aseguradoras y negocios inmobiliarios– generó ruido.

Cabe recordar que la historia de la banca chilena está marcada por la crisis de mediados de los 80, cuando distintos bancos estaban altamente expuestos a negocios de sus socios, lo que terminó haciendo caer el sistema bancario en momentos en que la situación económica afectaba el desempeño de dichas firmas coligadas al dueño del banco.

La posibilidad de sancionar tan duramente a Saieh y al banco que en los siguientes días comenzaba a transitar hacia la fusión con el gigante brasileño Itaú, generó tensión de alto calibre entre el regulador y el sector, aunque no en todos, según comentan en pasillos del Ejecutivo.

Aún más, Saieh controla distintos medios de comunicación, entre ellos La Tercera y Pulso, y en el Gobierno han sentido que el grupo económico ha usado su presencia para generar presión sobre Parrado.

Así –sostienen las fuentes– lo ha sentido la autoridad a propósito del caso Caval y el crédito de Banco de Chile a la nuera de Michelle Bachelet, Natalia Compagnon, tras una reunión con el controlador de la entidad bancaria, Andrónico Luksic.

Y también a propósito de los casos de estafas piramidales, las que, aun cuando captaban cuantiosos ahorros de personas, incluidos ejecutivos de bancos importantes, no fueron detectadas ni reguladas por la SVS o la Sbif.

Este caso, en efecto, fue cubierto por Pulso y La Tercera en su principal título el viernes pasado, con la cita del informe de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados para el caso que cuestionaba a las superintendencias, aunque –de acuerdo a fuentes gubernamentales– dicho informe era conocido desde hacía varios días.

Segismundo Schulin-Zeuthen y la reacción de la Abif

Desde esos espacios, llamó la atención la rápida y punzante reacción de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) ante el fallo de la Corte de Apelaciones que le dio la razón a CorpBanca el miércoles 31 de agosto pasado. Reacción que no estiman casual.

La Sbif reaccionó menos de dos horas después del fallo en un escueto comunicado, donde indicaba que no coincidía con el fallo de la Corte y que estudiarían caminos a seguir, reclamando, de paso, que no se refiriera al fondo del asunto.

Poco más de una hora después y antes que el propio banco Itaú-CorpBanca –desde abril están fusionados y la política de los nuevos dueños es no agrandar la disputa del regulador con los ahora minoritarios Saieh– hablara públicamente, lo hizo la propia asociación con comentarios poco amistosos.

La Abif señaló que, una vez ejecutado el fallo y si no hay pronunciamiento sobre el fondo, considera indispensable que la superintendencia clarifique su interpretación acerca de la aplicación de las normas sobre límites de crédito, en abierto desafío a la definición sobre el punto efectuada por Parrado en sus actuaciones ante la Corte de Apelaciones.

El condimento del caso –y por eso lo determinante de la acción que tome Parrado– es que quien preside la Abif es Segismundo Schulin-Zeuthen, ex gerente y presidente de Banco de Chile en la década de los 90 y que, desde 2009 y hasta marzo de 2010, fue director justamente de CorpBanca, tras lo cual asumió al frente de BancoEstado hasta abril de 2015, cuando arribó a la testera de la Abif. La mesa de CorpBanca, además, cuenta con quien fuera titular de Sbif hasta marzo de 2010, Gustavo Arriagada, el mismo que no cuestionó los créditos asignados a Sinergia.

Más aun, en el caso del fondo Sinergia, BancoEstado fue determinante en dar liquidez a CorpBanca en su peor momento, aunque cuando se hizo público el tema Schulin-Zeuthen manifestara que no participó del comité de la estatal que aprobó dichos fondos, sin confirmar la efectividad de dicho financiamiento.

Fue también Schulin-Zeuthen quien firmó la declaración de la Abif, la cual además puntualizó que el fallo de la Corte ratificaba la “acertada” decisión del Gobierno, y del Ministerio de Hacienda en particular, de quitar la unipersonalidad a la Sbif y hacerla parte de un organismo colegiado, en una velada pero clara crítica a la actuación de Parrado.

Según fuentes del sector, no todos los bancos coinciden con la declaración de la Abif, en particular porque en meses previos esta había sostenido que era un tema de la autoridad con un banco en particular, aunque en esa misma declaración el directivo había dicho que necesitaban saber si se confirmaría el “cambio de criterio” sobre los límites de crédito a sociedades como las cascadas, cuestionando nuevamente el parecer de Parrado.

La distancia con los criterios de la Sbif constituye una circunstancia poco acostumbrada para la industria que radica la solidez del sector en la fluida relación con la autoridad sectorial. Aunque no es la primera vez que la Sbif intenta defender su terreno de influencia.

Mientras Carlos Budnevich era titular de dicho organismo, en la primera parte del Gobierno de Sebastián Piñera, la superintendencia se vio abiertamente enfrascada en una disputa de perímetro regulatorio con el Sernac, a propósito de la definición de quién haría cumplir la normativa de defensa del consumidor.

Un abogado que conoce la regulación chilena cree que la Sbif deberá allanarse a lo decidido por la Corte, incluso aunque le cueste aceptar que debe cumplir procedimientos sancionatorios del tipo que llevan adelante superintendencias como la de Valores y Seguros, donde el imputado es informado de los cargos por los que se le acusa, se le permite presentar pruebas y descargos y, recién entonces, puede recurrir contra la resolución, primero en sede administrativa y finalmente en tribunales, camino –este último– que llevó a CorpBanca a revertir la multa.

Sabiendo que el espacio de influencia de CorpBanca y de sus asesores –el estudio Claro y Cía.– es que la Sbif pidió inhabilitación de distintos funcionarios de la Corte, entre los cuales se cuenta la actuaria que había tenido experiencia en el mismo estudio que lideran los hermanos Eyzaguirre y que hoy defiende al banco de Saieh.

Pero el fallo dejó en mal pie a la Sbif y este martes deberá tomar una decisión: si recurre de queja ante la Suprema, acusando alguna actuación ilegal de los integrantes de la Segunda Sala del tribunal de alzada, o se allana a su dictamen y abre un nuevo proceso contra CorpBanca.

Sin embargo, explican expertos del sector, esa vía abre la posibilidad de que CorpBanca los impugne en tribunales, en la lógica de que si la Corte ya anuló las multas, la superintendencia no podría abrir un proceso sancionatorio nuevo sobre la misma materia. El ajedrez se completa considerando que el banco intentará reflotar la prescripción de algunas de las faltas alegadas, frente a lo cual los expertos creen que la Sbif lleva las de ganar, pues la caducidad se desactiva con el inicio del proceso de fiscalización, lo que ya ocurrió en septiembre de 2015.

En tal escenario, las posibilidades de que el caso escale en un extendido devenir judicial no es descartable, profundizando las desconfianzas con el sector en medio del debate que se avecina por la nueva Ley General de Bancos, en cuyo contexto el Gobierno apuesta a cambiar la conformación de las superintendencias financieras, al tiempo que está pendiente su definición respecto a si hará exigible el cumplimiento reputacional a los dueños de bancos, no solo en la fundación de una entidad bancaria o al momento del ingreso de un socio, sino en forma permanente.

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