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Banco Penta cada vez más cerca de cerrar sus puertas y con mayoría de sus ex ejecutivos ya instalados en otras empresas del rubro Víctima del escándalo de las platas políticas

Banco Penta cada vez más cerca de cerrar sus puertas y con mayoría de sus ex ejecutivos ya instalados en otras empresas del rubro

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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En el último mes rescató casi el 98% de sus depósitos y bonos emitidos. Hoy tiene compromisos por solo $2.377 millones en estos instrumentos. Con 60 personas versus las 500 que eran previo a la crisis de sus socios, la empresa está cada vez más cerca de entregar su licencia bancaria al regulador, para luego mutar, probablemente, en una sociedad de inversión.


Banco Penta está cada vez más cerca de cerrar sus puertas.

Ya lo había advertido la compañía hace unas semanas cuando anunció su decisión por recomprar gran parte de sus obligaciones financieras.

A mediados de abril inició un importante rescate anticipado de bonos, proceso que se extendió por un mes y que tuvo como resultado la recompra del 93% de estos instrumentos. La buena respuesta del mercado dejó con hambre al directorio, el cual tomó la decisión de lanzar una nueva oferta para aquellos inversores que no alcanzaron a ejercer la opción de venta.

Así fue como el banco comunicó recientemente que sus obligaciones con el mercado hoy son cada vez menores. Si en abril, entre bonos emitidos y depósitos captados, tenía $117.104 millones, hoy esta cifra es de apenas $2.377 millones, una situación que lo deja a un pie de cerrar definitivamente sus puertas y entregar su licencia bancaria a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif).

Hoy sus pasivos son de $99.354 millones versus los $222.112 millones que anotaba en abril. Gran parte de estas cifras son contratos de retrocompra y préstamo de valores e instrumentos derivados. Los primeros alcanzan $70.943 millones, mientras los contratos de derivados financieros otros $18.936 millones, los cuales también están considerados como activos del banco.

Dichas obligaciones, sin embargo, son secundarias, pues un ejecutivo del sector sostiene que es común que ambos tipos de transacciones se anticipen con el común acuerdo de las partes, por lo que no debiera ser un obstáculo mayor para dejar de ser un banco. Por lo demás, no es obligación ser banco para mantener estas obligaciones vigentes, es decir, Penta puede cerrar sus puertas todavía con estas operaciones abiertas.

Desde la compañía sostienen que aún es prematuro pensar en un cierre definitivo. Pues hoy el objetivo es ir terminando paulatinamente sus operaciones. Pero es un hecho que están cada vez más cerca. En la actualidad se desempeñan allí unas 60 personas, cifra incomparable respecto de las 500 que había previo a la crisis que se posó sobre sus socios Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano.

Por lo mismo es que todavía no está claro cómo será el proceso de entregar su licencia bancaria. El objetivo sería devolverla al regulador, pero aún no se sabe cómo sería el mecanismo para ello, pues no existen precedentes en la historia de la banca chilena.

En julio de 2015, Penta se deshizo de su cartera de crédito a través de una venta a Banco de Chile por $590 mil millones, mientras que su negocio de banca privada quedó en manos de Security por $19.500 millones, en total unos US$950 millones de la época.

Una vez efectuado este paso, el todavía banco pasaría a transformarse en una sociedad de inversión para seguir administrando sus activos, los cuales alcanzan $313 mil millones.

Qué es de los ex Penta

Resulta obvio que en el plano interno Penta sea muy distinto a lo que era hace unos años. Muchos de sus ex ejecutivos y principales rostros visibles de la marca, hoy están fuera iniciando proyectos personales o bien en otra empresa del rubro.

Algunos creen que se desarmó un gran equipo y quedan con la amarga sensación de que aquí solo un banco pagó las consecuencias del escándalo que produjeron las platas políticas.

Uno de los que salió es Andrés Chechilnitzky, ex gerente general del banco y uno de los ejecutivos más queridos dentro de la institución. En la actualidad se encuentra desarrollando proyectos personales.

Otro que no está es Daniel Subelman, ex gerente corporativo de finanzas. Hoy junto a Felipe Soto y Michael Clark son socios de Redwood Capital, empresa abocada precisamente a satisfacer necesidades financieras.

Patricio Eskenazi, ex gerente de inversiones del banco y conocido por ser el vocero del área de acciones internacionales del banco, es en la actualidad gerente comercial de Munita Cruzat y Claro. Hitoshi Kamada, quien era director del área de banca privada en Penta, hoy está en Security al mando de la banca de personas; y Alejandra Quijada, ex gerenta de operaciones, hoy está en Credicorp Capital.

Hay otros ejecutivos que se mantienen. El conocido economista Matías Madrid, quien durante largo tiempo fue economista jefe del banco, en la actualidad administra la tesorería de la empresa. Francisco Navarro es en la actualidad su gerente general, es contador auditor y antes fue gerente de control financiero y de administración de la misma empresa.

Un ex ejecutivo del banco afirma que fue doloroso dejar la compañía. Independientemente de la contingencia adversa que enfrentaron “los Carlos”, existe –como se señaló– la sensación de que solo Penta pagó las consecuencias del escándalo de las platas políticas. Pues otros como Bci también se vieron salpicados por el caso y, sin embargo, se mantienen intactos.

Cabe recordar que Bci rectificó $250 millones ante el SII y su dueño, Luis Enrique Yarur, reconoció abiertamente haber aportado a la campaña de Laurence Golborne, ex carta presidencial de la UDI, a través de pagos de boletas a terceros por servicios que nunca se realizaron.

La declaración que este último dio al Ministerio Público así lo demuestra. Dijo que Golborne lo visitó “en un par de ocasiones en mi oficina y me dijo que necesitaba recursos para su campaña y que ofrecía facilitar servicios de dos empresas, una del rubro de análisis de prensa y la otra de contabilidad, me dijo que eran empresas muy grandes. Yo accedí a su solicitud (…). No hay servicios que se hayan prestado por esas empresas, los servicios no existen y como dije fueron aportes para la campaña de Laurence Golborne”, señaló Yarur.

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