Viajes
Los hoteles boutique se han transformado en una alternativa para relajarse en un ambiente tranquilo, sencillo, pero lleno de detalles para lograr una experiencia única e inolvidable.
A dos horas de Santiago se pueden encontrar atractivos y exclusivos hoteles en la Región de Valparaíso. Lugares ideales para descansar, cerca de la playa, con vista al mar y buena cocina, además de cuidadoso diseño que conjuga la comodidad y simpleza a la vez.
Pocas habitaciones existen en estos hotel boutique, lo que les da un toque hogareño, pero con detalles que pueden transformar la estadía en una experiencia inolvidable.
Este hotel boutique está ubicado en una ladera de Cerro Alegre, en el corazón de Valparaíso, donde destaca su diseño de madera y acero oscuro en medio de diversa oferta turística del lugar.
Cuenta con 11 habitaciones, con distintas comodidades pero todas de estilo minimalistas. Algunas incluyen una cocina pequeña y salón, y otras no tienen televisión. También las que tiene terraza cuentan con smart tubs privados y con una excelente vista al mar.
La atención es muy buena y está lleno de detalles. En algunas de sus paredes cuelgan obras de arte eclécticas y también hay un salón acogedor con una biblioteca y una estufa de leña, para desconectarse del mundo.
Recientemente remodelado, no ha dejado de mantener su clásico estilo campestre. Este exclusivo hotel boutique de estilo europeo luce con sus lámparas de lágrimas en el comedor y sus delicados y elegantes papeles murales de las habitaciones.
Los alrededores son ideales para salir de paseo para apreciar el paisaje que combina cerros y mar de Zapallar.
Destaca además la dedicada carta mediterránea de su restaurante. También dispone de un piano bar revestido de madera y de una sala de estar con chimenea, además de jardines y piscina exterior.
Cerca de La Sebastiana de Pablo Neruda, en el Cerro Bellavista, se encuentra este pequeño y moderno hotel de cinco habitaciones personalizadas que garantizan un buen descanso.
Su patio interior le da un toque antiguo e integrador, aunque sin dejar de resguardar la absoluta privacidad de los huéspedes.
La experiencia incluye la buena mesa de su restaurante de grandes ventanales. Platos sabrosos con productos locales y frescos, en una cocina hogareña, simple y elaborada a la vez, con sabores que deslumbran.
Destaca también la preocupación por cada visitante y la amabilidad de la atención.
Este moderno lugar logra crear ambientes agradables y acogedores con su decoración. Su exterior destaca con un elemento tradicional como la madera, mientras una linda chimenea de ladrillos le da un toque en su interior.
Su ubicación, además del fantástico paisaje, ofrece posibilidades de caminar a la playa más cercana o recorrer senderos en las bicicleta que se arriendan en el hotel.
Las habitaciones luminosas y minimalistas cuentan con varias comodidades tecnológicas y de servicio.
Para comer, el restaurante Todo nuestro menú, ofrecido a huéspedes o por reserva telefónica exclusivamente, cuenta con la mejor materia prima fresca de la zona y de la temporada, para ofrecer una cocina casera con una mirada gourmet.
