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Los críticos gastronómicos más influyentes de Chile Gastronomía

Los críticos gastronómicos más influyentes de Chile

Para muchos tienen uno de los trabajos más envidiados, pues llevan años de su vida dedicados al buen comer. Pero se toman su labor como algo muy serio y por eso se han ganado un lugar como críticos gastronómicos de nuestro país.


Son los cuatro críticos gastronómicos más influyentes de Chile. Algunos llevan 20 años de trayectoria, otros un poco menos, pero los une la pasión por comer y probar nuevos e irresistibles sabores, valorando la historia del lugar, el origen de los productos y la calidad de las preparaciones, ya sean simples o sofisticadas.

Begoña Uranga

Periodista, le encanta la cocina y la comida. Respetada y creíble a lo largo de los años. Para fuentes de la industria, pasó de ser una de las críticas más ácidas y temidas a tener un enfoque más constructivo.

Cristina Pérez Iñigo es más conocida en las lides gastronómicas como Begoña Uranga. Su nombre lo escogió por ser de origen español, pues ahí nació y creció. Necesitaba un seudónimo para escribir en el suplemento La Cultura del diario La Epoca (1993-1995) y que no la acusaran de nepotismo por estar entonces casada con el director del periódico, Ascanio Cavallo.

Su consolidación llegó con la sección Mesa y Mantel de la revista El Sábado, donde plasma todo lo que le gusta comer y probar. Eso sí, no come zapallo, choclo (salvo un poco en ensaladas) ni ubre.

Es una de las pocas criticas que ha comido en todas partes del mundo y se nota.

Ha publicado dos libros de recetas con su nombre real, donde también se mimetiza con su alter ego: «Cuaderno de cocina de Begoña Uranga» y «Secretos de cocina de Begoña Uranga». Ahí entrega sus preciadas recetas para preparar aperitivos, salsas, entradas, platos de fondo, acompañamientos y postres con un toque casero, ajeno a toda moda.

Ha sido alabada por su tortilla de papas y está convencida que un crítico gastronómico debe saber cocinar.

Le gusta saber la historia de los platos, su origen y su gente.

Esteban Cabezas

El rigor de Esteban Cabezas lo ha transformado en uno de los críticos más creíble. Llega sin reserva, sin invitación, pide la carta y a veces puede aceptar una sugerencia.

Para el gremio, es un crítico objetivo, que habla bien o mal según la experiencia que tuvo de los sabores, pero también con el servicio.

En sus inicios firmaba como Stefano Testi.

Con más de veinte años de experiencia, Cabezas ha incursionado en varios espectros del periodismo y la literatura, se ha destacado en en la crítica gastronómica, sus reseñas salen todas las semanas en la revista Wikén de El Mercurio.

Acaba de lanzar su libro «100 platos capitales», donde recomienda un centenar de preparaciones que hay que probar en Santiago.
Además de la gastronomía, es periodista, crítico de películas y escritor infantil.

Si hay que encasillar en un alguna área a Esteban Cabezas, se debe repartir en todos estos ítems. De hecho, su labor como novelista ha sido premiada en distintas ocasiones.

Carlos Reyes

Ha cuestionado el centralismo de la cocina chilena, que deja afuera productos y restaurantes de regiones. Por eso uno de sus objetivos más valorados es cómo ha logrado posicionar los restaurantes más allá de la capital.

Se le considera una persona muy creíble y varios en el mundo de la gastronomía lo definen como un referente.

Se ha dedicado desde 1999 al periodismo gastronómico, escribiendo en La Tercera, Revista Que Pasa y El Mostrador, entre otros.

Es editor gastronómico de revista La CAV (Club de Amantes del Vino).

Además ha realizado publicaciones especializadas como el libro «Valparaíso a la Mesa. La Esencial Guía del Buen Comer Porteño» y «Guía 100 La CAV», única guía de restaurantes que cubre todo el país.

En 2016 publicó «Viaje al Sabor», libro de crónicas gastronómicas chilenas de norte a sur y este año lanzó “Viaje al Sabor 2”.

Le gusta hablar de «cocina pública», destinada a conservar el patrimonio culinario chileno, pasando desde el carrito de la esquina hasta los restaurantes exclusivos.

Pilar Hurtado

El sello de Pilar Hurtado es una crítica más cercana y personal. Como la comensala -revista Mujer, Paula y Capital- sale a comer con amigas o su familia para contar de una manera testimonial su experiencia.

No se deja llevar por las modas y va definiendo los lugares que recomienda según sus gustos.

Periodista, se define como una escritora golosa. Su amor por la cocina y sus influencias familiares gatillaron en que se especializara en la crónica gastronómica. Durante sus años de trayectoria ha sido autora de Memorias de una golosa, donde sus vivencias, viajes y relaciones interpersonales son guiados por “los recuerdos de las cosas ricas que me he comido en la vida”, cuenta Hurtado en su blog personal.

Además escribió «Cocinar es fácil y entretenido» y «Cuaderno de Recetas», donde junto a su madre Pilar Larraín -otra reconocida cronista gastronómica- rescatan tradiciones culinarias.

La cronista aprendió de su madre el amor por la cocina y vivió gran parte de su infancia y juventud en Perú, ya que Larraín trabajaba como secretaria del embajador chileno y además tenía una banquetería.

Los años vividos en Perú fueron muy influyentes para la cronista, la gastronomía del país vecino cautivó su paladar y es por eso que siempre cuestiona la comida chilena, pero no por sus sabores, sino que más bien por la actitud que la sociedad tiene con los platos criollos.

Por eso alaba el rescate que los peruanos han hecho por su cocina.

Porque Pilar no es una crítica concentrada en la comida misma sino a vivirlo como un tema social, donde compartir el vino, picoteos y otros elementos la destacan.

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