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El presidente de la Cámara Baja explica sus razones: el costo de los trayectos a Valparaíso, lograr una cercanía física con los otros poderes del Estado y el gasto de sobre $6.000 millones, con los que se reparará el edificio de la quinta región.
Al parecer, los constantes viajes desde Santiago a Valparaíso le están pasando la cuenta al presidente de la cámara de Diputados, Iván Flores. El DC es un convencido de que la sede del poder legislativo debe estar en la capital, por lo que incluso encargó un estudio de costos para analizar una eventual mudanza.
¿Las razones? Varias, según Flores. En entrevista con el diario El Mercurio, las resume: el costo de los trayectos a Valparaíso, lograr una cercanía física con los otros poderes del Estado y el gasto de sobre $6.000 millones, con los que se reparará el edificio de la quinta región.
«Este edificio (en Valparaíso) está bien maquillado, pero tiene daños en su esqueleto y su musculatura. Hay problemas en los sistemas de aguas, de alcantarillado, situaciones estructurales que deben ser resueltas, de tal manera que, para una decisión que se ha venido postergando, yo he pedido que se valore y se evalúe si hay que hacerla de inmediato», explica Flores.
Son tan graves los problemas, según el parlamentario, que está viendo como pedir los recursos a la Dirección de Presupuestos. «No vamos a colocar a ninguna persona en ningún riesgo de ninguna naturaleza. El edificio necesita una reparación más estructural que lo hecho hasta ahora», agrega. Uno de esos problemas: la climatización del edificio. Por ejemplo, en verano deben comprar hielo para enfriar el equipo de tiro forzado instalado en un subterráneo.
El edificio, sentencia Flores, «colapsó desde el punto de vista de sus dependencias. Tenemos pasillos anchos, pero oficinas chicas. No podemos crear más comisiones, porque no hay más espacios», reclama.
La solución que se baraja ahora es la construcción de una torre o domo en el sector de los estacionamientos del Congreso, pero su alto costo hace que sea casi inviable. De ahí que Flores le encargó a la Secretaría General un estudio para comparar los costos de la reparación y desplazamientos con la de construir uno nuevo.
El plan B es usar los $6.000 millones que se iban a usar en la reparación del Congreso en Valparaíso para arreglar la sede del ex Congreso, en Santiago. Aún así, la sede capitalina tampoco cuenta con tanto espacio para legislar. Ahí Flores plantea que se puede usar «el Palacio Huneeus que está al frente, donde debería estar la Biblioteca y salas de comisiones. Y si eventualmente se necesita más espacio, existe lo que hoy el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, ha venido planteando como la plaza Gabriel Valdés, en el estacionamiento del Congreso».
«Tengo la convicción de que sería más barato hacer un solo gasto en Santiago por una sola vez, y no en Valparaíso», sentencia.
