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Entre los más de 700 afectados que en su mayoría eran adolescentes, también hubo mujeres que quedaron embarazadas producto de las violaciones perpetradas por los religiosos. Ante esta situación, la congregación pidió a las víctimas perdonar a sus atacantes y a las mujeres embarazadas se les sugirió abortar.
Más de 300 líderes espirituales y personal administrativo de la Iglesia bautista del sur en Texas y otros estados de EE. UU. fueron acusados por delitos de abuso sexual en los últimos 20 años, según denunció una investigación de los periódicos locales Houston Chronicle y San Antonio Express-News.
Entre pastores, ministros, maestros dominicales, diáconos y voluntarios sumaron un total de 380 inculpados por conductas sexuales inapropiadas que afectaron a más de 700 víctimas, entre las cuales habría mujeres que quedaron embarazadas y menores de tres años de edad que fueron vulnerados en las oficinas de los pastores durante las clases dominicales.
La investigación también afirmó que 220 de los acusados fueron condenados por abuso sexual, mientras que algunos negociaron acuerdos para reducir sus penas. Por otra parte, hubo imputados que admitieron su culpabilidad y renunciaron voluntariamente a sus cargos dentro de la Iglesia. Sin embargo, más de 100 religiosos aún permanecen en sus cargos dentro de los ministerios de la congregación, que cuenta con 15 millones de fieles seguidores.
Frente a los centenares de denuncias, la Iglesia bautista pidió a las víctimas perdonar a sus atacantes y, en los peores casos, los de aquellas mujeres que quedaron embarazadas producto de las violaciones, les sugirieron abortar.
Actualmente, al menos 35 de los pastores fueron recibidos en otras iglesias que no cuestionaron sus conductas sexuales inapropiadas, razón por la cual varios expresidentes y líderes de la Convención Bautista del Sur (SBC) fueron duramente criticados por las víctimas, ya que encubrieron y obstaculizaron las acusaciones realizadas.
El presidente de la Iglesia bautista SBC, declaró estar “devastado por las revelaciones. Las voces en ese artículo deben ser escuchadas como una advertencia de Dios, que reclama arrepentimiento por parte de la Iglesia”, comentó J. D. Greear a través de su cuenta de Twitter, donde se comprometió a “hacer todo lo posible” para evitar que este tipo de situaciones se repitan.
