Tras haber esbozado –hace algunas semanas en El Mostrador– cuáles serían las principales deudas en materia de Dignidad en Chile, Claudia Bobadilla y Álvaro Jalaf, representando al mundo de la empresa, y Mario Orellana y Daniel Jadue, al mundo social y político, volvieron a reunirse en el espacio virtual de este medio para darle continuidad a un debate indispensable como país, en el que todos coincidieron en la necesidad de abordar la problemática con el máximo sentido de urgencia. Orellana, desde su mirada de dirigente social, destacó que el problema es que la política dejó de gobernar el país para dejarla en manos de la economía. E instó a equiparar la cancha en el discurso, al tiempo que pidió a los empresarios no calificar de conflictivos a los dirigentes informados y con opinión. Jalaf, a su vez, como CEO del grupo Patio, sostuvo que el modelo económico no era el problema y que habría que concentrarse en las soluciones urgentes a situaciones de las que todos tienen responsabilidades, especialmente los políticos. El guante lo recogió el alcalde Jadue, quien planteó que no era justo buscar empates, pues no todas las personas tienen los mismos grados de responsabilidad. En tal sentido, razonó que es el modelo económico el que provoca las injusticias, al punto que no puede ser posible que una persona –o una familia– pueda ser dueña de la biomasa marina y que, por tener esa propiedad, pueda destruir los ecosistemas que componen la salud del planeta. Bobadilla, por su parte, finalizó recordando que la urgencia es el común denominador de todos estos problemas y que la inequidad territorial –que se expresa en las diferencias de la calidad de vida entre comunas ricas y pobres– era inaceptable.
¿Existe en en Chile una demanda de dignidad? Vea aquí el primer capítulo de este conversatorio especial donde convergen el mundo político, social y empresarial.
