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Xu Bu: el soldado en Chile del Partido Comunista Chino para enfrentar la guerra comercial con EE.UU PAÍS

Xu Bu: el soldado en Chile del Partido Comunista Chino para enfrentar la guerra comercial con EE.UU

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Su estilo y apariencia introvertida contrastan con un despliegue beligerante cuando se trata de defender los intereses políticos y económicos de su país, actuando como un lobbista más, pero especialmente cambiando el foco de la diplomacia hacia un escenario donde las posiciones se vuelvan extremas y sea imposible actuar con neutralidad. En el entorno del diplomático explican que “este embajador es la expresión de la guerra comercial con Estados Unidos, porque busca extremar las posiciones para obligar a tomar definiciones, a elegir un bando». La Cancillería parece tener claro que el primer cliente son las exportaciones chilenas.


Xu Bu, el embajador de la República Popular China, no sabe hablar español y, según una fuente de la diplomacia local que lo acompaña, “no tiene ningún apuro en aprender”. Xu sabe que por el momento no es necesario el idioma para dejar muy claro lo que quiere decir: China está en una feroz guerra comercial con Estados Unidos y los socios de su país no pueden ser neutrales. Así lo demuestra la ofensiva en la prensa contra el diputado Jaime Bellolio, que ha durado una semana desde la primera carta, donde lo reprendía por haberse reunido con el activista de Hong Kong Joshua Wong, hasta la última entrevista que dio el sábado y donde insistió en que el viaje de Bellolio y sus actuaciones “han violado seriamente los intereses fundamentales de China». Nada menos. 

Xu Bu está en tenida de combate. Es un funcionario de carrera con experiencia en zonas de negociaciones complejas. Su primera destinación fue de cuatro años (1986-1990) en Pakistán, país en tensión permanente con India , y otros cuatro años (entre 2011 y 2015) como «Representante Adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores para asuntos de la Península de Corea», en Pionyag, Corea del Norte. Otras de sus destinaciones ayudan a entender que Chile tiene una consideración diferente para los asiáticos de la que poseía hace cinco años. Estuvo en Canadá, Inglaterra y las Naciones Unidas. Además, Xu, doctor en Derecho, fue designado por el partido como jefe del Departamento de Planificación Política del ministerio de Relaciones Exteriores de su país. 

“Más que un diplomático, formalmente acreditado, aparece como un militante destacado del Partido Comunista chino. Es un embajador militante. Uno puede ponderar los intereses de China. Pero él exacerba el debate, lo ideologiza, ve más allá de las intenciones reales”, dice el diputado DC Manuel Antonio Matta, de la comisión de Relaciones Exteriores. 

Cambio de estatus

Matta y su colega Matías Walker se enfrentaron al embajador, en una escaramuza política que se extendió entre los últimos días de mayo y los primeros de junio de este año. 

Los parlamentarios plantearon la idea de presentar un proyecto de resolución, que no es una ley, sino un gesto de pura expresión política, criticando el sistema político chino y la situación de los Derechos Humanos en el país asiático. Cuando la presentaron y fue votada, “el embajador se enteró y montó en cólera”, recuerda Matta. Xu se quejó ante Fuad Chahin, presidente de la DC, y concretó una reunión con el diputado Matías Walker. Matta echó leña al fuego y habló públicamente de estos encuentros en la comisión de Relaciones Exteriores. 

“Yo lo referí en la comisión sobre la base de que esto no es privado. En el fondo él fue a hacer una queja respecto de un ejercicio soberano que tiene cualquier diputado de plantear resoluciones sobre las más diversas temáticas y punto. No estábamos hablando a escondidas o perversamente. Estaba en su derecho de no compartirla, pero nosotros también tenemos el derecho, como lo hicieron Bellolio y Mirosevic. Que eso vaya a poner en peligro la integridad territorial china o la unidad, está muy lejos de la pretensión nuestra. Por lo demás, Chile ha reconocido la unidad china”, afirma Matta. 

Pero los chinos no lo entienden como una exageración. En el entorno del diplomático explican que “este embajador es la expresión de la guerra comercial con Estados Unidos, porque busca extremar las posiciones para obligar a tomar definiciones, a elegir un bando. En ese sentido, Xu Bu cambia el foco de la diplomacia. China se siente en guerra, pero también más poderosa que antes, y Chile tiene una importancia que antes no tenía y que empezó a concretarse en el Gobierno de Bachelet, pero que se expresa, por ejemplo, con la apertura de una sucursal del Bank of China el año pasado”. 

La Cancillería ya eligió su posición y, conservando el tono conciliador, dejó espacio para que Xu volviera a hablar si lo estima pertinente. Con Roberto Ampuero, el excanciller, mediaba una relación directa. La misma que con Teodoro Ribera. El martes, el ministro chileno se contactó con el embajador y luego enfatizó que «el que un diplomático haga uso de la palabra, recurra a un medio de comunicación para emitir una opinión discordante de lo que otra persona haya dicho, está dentro del comportamiento normal en una sociedad democrática. Nosotros esperamos que eso se realice siempre en un marco de cordialidad y de respeto recíproco», planteó Ribera, entendiendo el peso que tiene la balanza comercial con China, el primer comprador de las exportaciones chilenas, con el 32% del total, según los datos de 2018 entregados por Pro Chile. 

Hombre de negocios

Aunque al interior de la Cancillería está claro que la crítica política es perfectamente sensata y compartida por los diplomáticos en general. “Es la dictadura de un partido único, bajo la dirección del Partido Comunista. Ellos hablan de pluralidad partidaria o partidista. Pero la verdad es que son (los partidos) simples comparsas, no existen. Como en la vieja Unión Soviética, en países como Polonia y otros, había otros partidos, pero fundamentalmente no jugaban ningún rol. Además de ser minoritarios, no tenían ningún poder de decisión. Es lo que ocurre en China. Además el embajador debe referirse a un parlamentario, cualquiera sea su color político o envergadura, con respeto a sus funciones. Porque un diputado chileno es distinto a los 2.794 que tienen ellos en la Asamblea Popular China”, afirma un exembajador en Asia.

Xu no se ahorra adjetivos, el martes en su segunda carta dijo del diputado UDI que “por su ignorancia de la historia, cultura y actualidad social de China, el señor Bellolio ha difamado y calumniado gravemente a nuestro país”.

Porque los más de US$25 mil millones que el año pasado China compró en bienes exportados por Chile (US$20 mil millones solo en cobre), le dan a Xu Bu un espacio más amplio y visible para intervenir en los asuntos de las empresas de su país en el nuestro. Apenas llegado a Chile, en abril de 2018, se presentó con una advertencia al entonces vicepresidente de Corfo, Eduardo Bitran, después que denunciara en el TDLC las supuestas irregularidades en la entrada de la minera china Tianqi en la propiedad de SQM, con un 24%.

El embajador acusó a Bitran de politizar un asunto comercial y advirtió que el caso podía “dejar influencias negativas en el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre ambos países”. El litio es un tema que ocupa la agenda de Xu y su intenso lobby. Por eso el negocio de Tianqi, ratificado en octubre del año pasado, fue uno de los triunfos que se anotó en sus primeros 10 meses de gestión.

También en 2018 , el embajador chino se acercó al entonces ministro de Salud, Emilio Santelices, para interceder en favor de la empresa china Qingjian Group, que había quedado fuera de las licitaciones para construir dos hospitales por presentar el título falso de uno de sus ingenieros. Xu hizo gestiones para lograr que la multa a la constructora fuera revisada. Finalmente, la Contraloría se pronunció afirmando que era “desproporcionada”. 

Actualmente, el embajador mantiene buenas y amplias relaciones con todo el espectro político. Más frecuentes que con otros diplomáticos. En su defensa del modelo chino, afirmó a comienzos de este año que “es absurdo mirar a China como a Cuba o Venezuela”, pero defendió a ambos países, expresando un claro contrapeso ideológico con el de Estados Unidos. 

“La condición de vida de los cubanos no es tan mala en comparación con la condición de otros pueblos de Centroamérica y el Caribe. Cualquier país debe guardar respeto hacía otro país, evitando hacer críticas arbitrarias a otros países. Sin las condenas y bloqueos de Estados Unidos, Cuba podría disfrutar de una condición de vida mejor. Si Estados Unidos no guardara tanta oposición hacia el gobierno de Chávez y ahora al de Maduro, la situación económica de Venezuela sería mucho mejor”, dijo en mayo de este año. 

El discurso de izquierda se contrapone a la cercanía con la derecha que tienen los disidentes del régimen. Por ejemplo, Joshua Wong, el estudiante que es el emblema de las protestas en Hong Kong, tiene contacto periódicamente en Chile con personas ligadas a la Fundación Para el Progreso, que financia el empresario Nicolás Ibáñez.

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