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Adam Shapiro, documentalista y defensor de los DDHH en el mundo: «La respuesta al Cambio Climático ha sido en gran medida patética» CULTURA

Adam Shapiro, documentalista y defensor de los DDHH en el mundo: «La respuesta al Cambio Climático ha sido en gran medida patética»

La visión del cineasta y líder «Front Line Defenders» -una ONG surgida en Irlanda para proteger a quienes trabajan en la defensa de los Derechos Humanos en todo el mundo- es sencilla pero radical. «Ya no basta protestar frente a las embajadas para advertir sobre la Emergencia Climática sino que es preciso ir a vivir a los bosques para su defensa». En entrevista con El Mostrador, Shapiro analiza que la respuesta de las autoridades en el mundo frente a la velocidad del cambio climático ha sido «patética» y que en parte ha sido responsabilidad también de los medios por formar parte de ese relato. «Las cosas están bien hasta que un día no lo están», así parece ser percibido o al menos es la narrativa de los medios. En última instancia, lo que se requiere es honestidad», dice.


«La Emergencia Climática es advertida en terreno por pequeñas comunidades locales de pueblos originarios y campesinos, y lo que describen es alarmante», dice Adam Shapiro, director de Front Line Defenders, una ONG surgida en Irlanda para proteger a quienes trabajan en la defensa de los Derechos Humanos en todo el mundo.

Shapiro parece a menudo dos personas, como el reconocido activista por los derechos de los palestinos que se hizo mundialmente famoso cuando convertido en escudo humano permaneció junto a Yasser Arafat en la Mukata, mientras el premier israelí Ariel Sharon bombardeaba la sede de la Autoridad Palestina, pero también como el destacado documentalista que ha retratado la tragedia y esperanza del mundo árabe en documentales sobre Kabul, Darfour y Cisjordania.

Hoy lidera campañas de conciencia frente al drama de los refugiados centroamericanos en Estados Unidos, la violencia de género en México o en defensa de pueblos originarios en África como en América Central.

La visión de Shapiro es sencilla pero radical, ya no basta protestar frente a las embajadas para advertir sobre la Emergencia Climática sino es preciso ir a vivir a los bosques para su defensa, la siguiente es una entrevista concedida desde Nueva York a El Mostrador.

-Si tuviéramos que hablar en términos de velocidades ¿cuál es la diferencia entre el ritmo en que avanza el cambio climático y la respuesta del mundo de los negocios y la política para hacerle frente?

-El cambio climático está ocurriendo a un ritmo muy rápido. Los científicos lo han advertido: que los efectos combinados de la contaminación aumentarían la tasa de impacto y ciertamente sabemos que las comunidades de primera línea, incluidos los indígenas, han estado advirtiendo sobre los impactos y cambios que están experimentando. Pero claramente las políticas públicas y los gobiernos han optado por continuar los negocios como de costumbre, como si nada, en su mayor parte, actuando como si el problema fuera algo que solo se manifestará décadas después, si es que lo hace. Esto muestra una comprensión fundamental de cómo funcionan las cosas: Las cosas están bien hasta que un día no lo están, así parece ser percibido o al menos es la narrativa de los medios.  En última instancia, lo que se requiere es honestidad. Hasta ahora la respuesta al Cambio Climático ha sido en gran medida patética y requiere un cambio para abordar el problema de fondo, un replanteamiento completo de la forma de vida de nuestra especie en este planeta.

-Hablas de la narrativa de los medios como un correlato del poder. ¿Cómo lo ves tú? ¿Los medios de comunicación están a la altura de la emergencia?

-Los medios de comunicación no han informado íntegramente esta emergencia, excepto en términos reaccionarios. Los medios de comunicación no suelen abrir espacio a activistas y científicos que informan regularmente sobre lo que está sucediendo. Dicho esto, proviene de propia la naturaleza de los medios, especialmente los medios visuales, en el sentido de que si no puedes verlo, entonces no es noticia. Ahora, con los glaciares derritiéndose, etc., los informes de las noticias están mejorando porque hay una imagen, pero llegar a las causas subyacentes no es algo que los medios hagan en absoluto. Respecto al correlato, los medios efectivamente están reflejando lo que los políticos están diciendo y haciendo.

-¿Y cuál son esas causas subyacentes que no se informan?

-Un ejemplo muy cercano. Hace poco escuché un informe en la radio pública aquí en los Estados Unidos sobre cómo un vecindario de Miami, que ha sido pobre y marginado durante tanto tiempo como cualquiera podría recordar, ahora aumenta el valor de las propiedades porque está en un terreno más alto y se percibe como resistente a las inundaciones, que es uno de los problemas que se espera en un futuro cercano para la ciudad. ¿Qué no se dice? Que los residentes están siendo expulsados ​​y las élites se están mudando. Se trata de un informe, pero esto está sucediendo en muchos lugares y es un fenómeno fácilmente predecible.

-¿Lo delitos que afectan el clima podrían ser delitos de lesa humanidad?

-Los crímenes climáticos’ como tales son ‘crímenes contra la humanidad’, ya que todos dependemos del clima.

-¿Qué opinas de la actitud de la Unión Europea frente a los incendios en Brasil?

-Aunque es positivo la amenaza de la Unión Europea (UE) de romper el acuerdo comercial con Mercosur debido a la deforestación de la Amazonía y los incendios, pero se obvia el hecho que los países de la UE estaban por llegar a un acuerdo ignorando deliberadamente lo que ya se sabía sobre el Presidente Bolsonaro y sus políticas. En algún momento, habrá que adoptar pronto un decisión o desechamos el modelo neoliberal o seguramente continuaremos nuestra marcha hacia la destrucción ecológica y climática.

-¿Cómo calificas las protestas que se han llevado a cabo frente a las embajadas?

-No creo que protestar frente a las embajadas de Brasil, por ejemplo, produzca demasiado. Necesitamos esfuerzos intensos y equipos para ir a la Amazonía para proteger la selva tropical, para evitar que los agricultores quemen la selva. Cerrar las calles de Londres (como los esfuerzos de Extinction Rebellion) podría ser noticia y empujar un poco el diálogo en el Reino Unido durante unos días, pero se muestra insuficiente para detener la amenaza que aquí y ahora afecta al planeta. En lo que respecta a los Estados Unidos, a pesar de que hay signos de una ciudadanía cada vez más activa, incluida la energía política en torno al tema climático, vemos cómo hay algunas voces en el Partido Demócrata que acaban de votar en contra de tener un debate centrado en el cambio climático. Es más que absurdo.

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