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La amenaza desde el Senado a la estrategia privilegiada de Fuad Chahin con La Moneda PAÍS

La amenaza desde el Senado a la estrategia privilegiada de Fuad Chahin con La Moneda

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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Un mensaje directo a la mesa de la DC, esa fue una de las primeras lecturas políticas que se hizo tras la reunión del jueves pasado entre los representantes de todas las bancadas de la oposición y que prometió ser el espacio de unidad que desde la derrota en las presidenciales no existió en el sector. Desde la interna, contrarios a la estrategia aplicada por el partido de la flecha roja, señalaron esperar que el timonel logre entender el mensaje que apunta a que la construcción de un proyecto se hace “con los partidos que se ha gobernado y luchado por el retorno de la democracia”. Por ahora, senadores y la mesa juegan cada uno su partido aparte. [ACTUALIZADA. Ver N. de la R. al final de la nota]


Ni a nivel de presidentes de partidos ni en la Cámara de Diputados les había resultado. La reunión tradicional de timoneles de la ex Nueva Mayoría murió al momento del cambio en la conducción de la DC y el PR y, luego, lo que se llamó Convergencia Progresista no alcanzó a pasar más allá del papel la verdad es que en ninguna de las instancias que se propusieron o intentaron habían logrado, siquiera, una mínima coherencia entre el discurso y el actuar de las huestes opositoras. Pero eso, al parecer, es cambio y fue en el Senado donde se instaló un contrapeso real no solo al Gobierno de Sebastián Piñera, sino que puntualmente a la estrategia de la directiva de la falange, liderada por Fuad Chahin y sus negociaciones paralelas con La Moneda.

El jueves 4 de julio y de manera inédita, representantes de todas las bancadas de la oposición acordaron un trabajo coordinado, con mayor deliberación política y una visión “de más largo plazo”,  una instancia que suscribieron los 5 miembros de la bancada DC: Jorge Pizarro, Francisco Huenchumilla, Yasna Provoste, Ximena Rincón y Carolina Goic. Una suerte de línea de resistencia al Gobierno de Piñera, tal como lo planteó el presidente de la Cámara Alta, Jaime Quintana (PPD), en una entrevista en La Tercera: “A lo que no estamos dispuestos es a abandonar las banderas tradicionales de la centroizquierda”.

La frase no es gratuita ni casual. Los ojos de toda la oposición están puestos sobre la figura de Fuad Chahin, quien bajo los consejos de parte de la vieja guardia concertacionista a sus espaldas, ha optado por seguir adelante con la tesis de separar aguas de la oposición, especialmente de cualquier fuerza progresista o de izquierda, para defender así la identidad de la DC. Dicha estrategia del timonel señalaron desde la Cámara Alta sería la principal razón del «cortocircuito» que su mesa directiva tiene con sus propios senadores, con quienes no hay línea directa y menos un nivel aceptable de coordinación.

Senadores DC afirmaron no tener dudas de que este nuevo espacio, entre otras cosas, es una respuesta al actuar que ha tenido la mesa del partido. Para la vicepresidenta de la falange, Cecilia Valdés, el rearme de la oposición en el Senado es un indicador que Chahin tiene que anotar: “Es una señal importante, porque el presidente de la DC tiene que entender que la construcción de un proyecto para Chile se hace con los partidos con quienes hemos gobernado y que lucharon por el retorno a la democracia (…), en contra de la forma en cómo ha gestionado la política este Gobierno”.

[cita tipo=»destaque»]En el Senado son conscientes, tanto miembros de la DC como de los demás partidos de oposición, que de lograr un cierto relato que se plasme en acciones, se va a obligar a la mesa falangista a replantearse la forma de actuar. Un trabajo bastante complejo, considerando que, hasta ahora, nada ha sido capaz de detenerlos. La mesa DC «ha hecho y deshecho», se lamentaron en la oposición. La nueva instancia de coordinación de los senadores no pasó inadvertida para Chahin. “Me parece que los senadores no pueden pretender transformarse en un partido. Que tomen la decisión, si están adentro tienen que someterse a la DC, teniendo representantes en la mesa y el Consejo Nacional. Quienes creen que están por sobre la institucionalidad, están equivocados”, advirtió a El Mostrador el timonel DC.[/cita]

La advertencia está hecha, reiteraron en el seno de la bancada DC, donde recalcaron que no están dispuestos a revivir momentos complejos como el que provocó el acuerdo por la Reforma Tributaria, que tuvo al presidente del PDC posando en la foto con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y el Presidente Piñera, algo que no fue aprobado internamente en el partido.

En el Senado son conscientes, tanto miembros de la DC como de los demás partidos de oposición, que de lograr un cierto relato que se plasme en acciones, se va a obligar a la mesa falangista a replantearse la forma de actuar. Un trabajo bastante complejo, considerando que, hasta ahora, nada ha sido capaz de detenerlos. La mesa DC «ha hecho y deshecho», se lamentaron en la oposición. La nueva instancia de coordinación de los senadores no pasó inadvertida para Chahin. “Me parece que los senadores no pueden pretender transformarse en un partido. Que tomen la decisión, si están adentro tienen que someterse a la DC, teniendo representantes en la mesa y el Consejo Nacional. Quienes creen que están por sobre la institucionalidad, están equivocados”, advirtió a El Mostrador el timonel DC.

Si bien el jueves 4 aparecieron en la fotografía, sonrientes, con el resto de sus pares, cercanos a la mesa de Chahin comentaron que, en el chat de senadores DC, tanto Rincón como Carolina Goic se habrían mostrado en desacuerdo, posteriormente, sobre el foco y tenor que tendría la instancia opositora en la Cámara Alta.

Pizarro versus Chahin

Cercanos al timonel DC acusaron a sus senadores de no tener vida partidaria, de no participar de la orgánica del partido e hicieron hincapié en el principal detractor de la mesa directiva, el senador por la Región de Coquimbo.

En la DC es conocida la feroz distancia existente entre el senador Pizarro y Chahin, nadie desmiente el “encono” que impera entre ambos y que se arrastra desde los inicios del segundo Gobierno de Michelle Bachelet.

El 2015 y ad portas que la dirigencia de la falange, encabezada entonces por Ignacio Walker, dejara la testera, se levantó una lista que parecía que llegaría sin problemas para conducir los hilos del partido. Aquella lista fue encabezada Pizarro y como su primer vicepresidente estaba Chahin.

Todo marchó con tranquilidad hasta que uno de los casos más bullados respecto de platas políticas le explotó en la cara al senador. Se trató de once facturas que aparecieron de parte de la empresa Ventus Consulting S.A., firma que pertenecía a los hijos de Pizarro, por un total de 45 millones de pesos emitidos a nombre de SQM.

Chahin fustigó con dureza a Jorge Pizarro y advirtió del error que significaría para la DC que el partido fuera liderado por una persona que no tenía despejada ante la opinión pública su responsabilidad en el caso. Fue en abril del 2015 y al no encontrar una reacción del senador, que Chahin decidió retirarse de la lista, gesto que fue leído como un duro golpe interno para quien asumía entonces como timonel, al punto que por algunos fue considerada una abierta traición.

En ese entonces, el representante de los colorines señaló que con Pizarro tenían “una diferencia insalvable de diagnóstico político sobre el efecto que genera en el partido el que él asuma y ejerza la presidencia”.

De ahí en más, si alguna vez hubo sintonía entre ambos, esta se cortó de raíz. Desde aquel entonces, cada uno continuó con su camino, hasta que se volvieron a encontrar, cada uno en una vereda, chocando posiciones internas y, sobre todo, visiones sobre cómo la DC debe andar, y con quién, durante estos años como oposición.

Desde la interna de la DC agregaron otros factores a la pugna de ambas figuras. En primer lugar, el senador nunca comulgó con el mundo de los “colorines”, representado hoy por el presidente DC, debido –explicaron– “al pragmatismo y la falta de valoración a la identificación con la izquierda”.

Dicen que además hay una pugna entre ambos por el hecho de que que Pizarro “habría perdido la exclusividad de la cocina” en el Senado, ya que si bien sigue siendo uno de los personeros a quien el propio Presidente Piñera consulta o contacta, la irrupción de Chahin para la toma de acuerdos entre la DC y el Gobierno, “sin dudas, le restó influencia”.

Para el director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, el PDC «debe entender que el rally electoral de 2020/2021 es decisivo para su sobrevivencia, que la mesa debiese estar más preocupada de preparar las elecciones locales de 2020 que pelearse con sus propios camaradas. Si la DC tiene un buen resultado, la mesa se hará más fuerte, pudiendo imponer su estrategia sin mayor oposición interna”.

La vieja guardia

Detrás de la estrategia empleada por la actual directiva y que apuesta a diferenciarse del resto de la centroizquierda, se encuentran figuras con un reconocido pasado concertacionista, como Genaro Arriagada –a quien apuntan como el más influyente– y también Andrés Zaldívar, Belisario Velasco, el abogado Ramón Briones y el exministro René Cortázar, además de Eugenio Ravinet [* Ver N. de la R. al final de la nota]

Desasociarse de la marca “Nueva Mayoría”, ser el puente con el Gobierno desde la oposición, aparecer como un partido influyente a la hora de las negociaciones y estar presente todo lo que se pueda en la prensa, es parte del despliegue a cargo de los rostros en las sombras de la actual dirigencia. La vieja guardia, que saca ronchas en la disidencia, se ha hecho de un espacio de amplia influencia en el que el actual presidente se apoya, “encuentra respaldo”.

De todos los nombres, en la DC afirmaron que el exsenador Zaldívar sería quien intenta poner freno al despliegue sin contemplaciones que ha impulsado la mesa. Quienes saben de su trabajo, aseguraron que el exministro estaría en total desacuerdo con los incumplimientos de última hora con sus pares de oposición y que tampoco gustaría de la relativización del domicilio político en que estaría cayendo la colectividad, hechos que no solo los ha hecho ver, sino que también busca, sin frutos aún, poder contrarrestar.

Por el contrario, Arriagada y otros como Ravinet traen consigo “el gen anticomunista”, destacaron, y ven en la actual administración una mirada más cercana a su ideología “de centro”. Así es como justificaron, una vez ratificada la presidencia de Chahin, el fin de las reuniones de los presidentes de partidos y el no haber sido parte de Convergencia Progresista.

El problema es que, luego de las últimas declaraciones de Arriagada, en las que ha dicho que la DC “es el único partido que está haciendo política” y que “para captar electorado de centro es necesario abandonar la idea de una unidad plena”, en la tienda no pocos se habrían dado cuenta de que algunos asesores del timonel “estarían viviendo una realidad paralela”, consistente en vivir en el pasado.

Si bien Chahin cuenta con casi la totalidad de apoyos en la mesa directiva y el Consejo Nacional, sus críticos han insistido en que ninguna instancia partidaria ha pedido que se actúe de la manera en que lo hace el timonel. “Si antes éramos ni chicha ni limonada, ahora ni para eso nos alcanza”, se lamentaron en la DC.

Para Morales “el camino propio no es opción. Los resultados de las legislativas 2017 son prueba de que ese camino es un profundo error. La DC sacó más votos que el PS, pero el PS obtuvo más diputados, es necesario pensar en una nueva coalición de centro, comenzando por el PRSD, PPD y Ciudadanos (…). Si el PDC está decidido a formar esa nueva coalición, entonces al menos debe explicitar los partidos con los que no quiere formar alianzas”.

N. de la R: El nombre correcto es Eugenio Ravinet, y no Jaime, como se había consignado en la versión original de la nota.

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