Publicidad
Senado y TTP11 o cómo no discutir un tratado Opinión

Senado y TTP11 o cómo no discutir un tratado

Lucia Sepúlveda
Por : Lucia Sepúlveda Periodista. Campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile. Red de Acción en Plaguicidas Chile RAP-Chile.
Ver Más

Somos los extraños seres de otra galaxia los chilenos que seguimos exigiendo a los senadores una discusión profunda y democrática sobre el TPP, sin éxito hasta ahora. Fueron más de seis años de secretismo, para que el tratado se conociera solo después de su firma por la ex Presidenta Bachelet. El silencio de los medios de comunicación sobre el TPP cambió para publicitar la versión oficial. Por eso, lo lógico sería que al menos el Senado organice la discusión de otra manera que no sea exprés y vote cuando tenga información suficiente sobre los impactos del TPP, descentralizando el debate para abrir paso a una reflexión informada. Ni siquiera está igualando a la Cámara de Diputados, que analizó el tema en 4 comisiones. El Senado omite salud, agricultura, trabajo, ambiente y DDHH.


De manera insólita, el Senado de Chile, integrado por 43 legisladores, decidió que el tratado TPP11 –aprobado por una escasa mayoría en la Cámara de Diputados– debe tener un trámite rápido y, por tanto, solo será analizado e informado al Pleno por los cinco senadores de la Comisión de Relaciones Exteriores. Lo harán Ricardo Lagos Weber y José Miguel Insulza, férreos defensores de los tratados de libre comercio, junto a Iván Moreira y Manuel José Ossandón de la coalición de Gobierno, que impulsa el TPP. El senador Alejandro Guillier es el único miembro de la citada comisión que aún no manifiesta claramente su intención de voto.

Los cinco senadores tienen varios puntos en común. Los códigos de salud, las semillas y la propiedad intelectual no forman parte de ellos. Manejan las minutas enviadas por el Gobierno, pero están preocupados por el ruido de #NoAlTPP en sus distritos y Twitters. Y no han leído los 30 capítulos del tratado, ni menos los anexos o cartas bilaterales. Y eso se nota cuando interrogan a Ricardo Yáñez de la Direcon y a Felipe Lopehandía, paladines del TPP de ahora y siempre.  

En la sesión del pasado martes 7, Moreira suplicó a Rodrigo Yáñez que, cuando los opositores al TPP asistan a la comisión, estén nuevamente presentes los paladines para responderles de inmediato y así “despejar los mitos”. No les basta con escuchar una vez los beneficios del TPP proclamados por ministros, funcionarios y empresarios. Como no retienen los argumentos técnicos, necesitan que se los expliquen de nuevo cuando lleguemos los mitómanos (los que propalamos mitos).

Somos los extraños seres de otra galaxia –un Chile diferente al que habitan ellos– que junto a miles de chilenas y chilenos organizados casi como un nuevo movimiento social, seguimos exigiendo a los senadores una discusión profunda y democrática sobre el TPP, sin éxito hasta ahora. Fueron más de seis años de secretismo, que también afectó al Senado, ya que el Ejecutivo nada informó durante la negociación, y el tratado solo se conoció después de su firma por la ex Presidenta Bachelet.

El silencio de los medios de comunicación sobre el  TPP cambió para publicitar la versión oficial. Por eso, lo lógico sería que al menos el Senado organice la discusión de otra manera y vote cuando tenga información suficiente sobre los impactos del TPP, descentralizando el debate para abrir paso a una reflexión informada. Ni siquiera está igualando a la Cámara de Diputados, que analizó el tema en 4 comisiones. El Senado omite salud, agricultura, trabajo, ambiente y DDHH.

En la sesión pasada, los senadores quedaron perplejos al enterarse, por sus invitados, los empresarios de la Asociación de Propiedad Intelectual de Chile (ACHIP), que con el TPP Chile debía optar entre 2 tratados de Propiedad Intelectual (Protocolo de Madrid o el de Singapur). ACHIP eludió pronunciarse a favor o en contra del TPP, pero aseguró (con el sustento de un estudio del abogado constitucionalista José Luis Cea) que el Protocolo de Madrid es anticonstitucional, por lo cual esperaba que la reserva quede registrada en esta discusión. Direcon respondió que la opción del Gobierno por uno u otro tratado no es un tema decidido, y agregó no tener idea que se debiera hacer reserva de constitucionalidad.

Este nuevo elemento disruptor prueba que el TPP es una caja de sorpresas, y refuerza la necesidad de mirar en detalle sus implicancias.

Suspender no es eliminar

En el tema de salud, el Gobierno repitió en la comisión de Relaciones Exteriores que nadie debe temer por el acceso de la población a genéricos, porque las disposiciones referidas a prolongación de la extensión de las patentes están suspendidas y para ser reincorporadas tendrían que ser votadas por el Congreso. Omitió reconocer que si hay demandas entabladas por las farmacéuticas respecto de patentes, para hacer un genérico habrá que esperar el término del litigio. Pero, además, en rigor el Senado votará los mismos 30 capítulos originales a los que no se les cambió ni una coma y sus mismos anexos.

Los únicos cambios son los artículos iniciales del tratado, que contienen el listado de suspensiones. Las 20 disposiciones suspendidas habían sido firmadas por los 11 países antes de la retirada de Estados Unidos. El procedimiento que se seguirá en caso de que regrese Estados Unidos estipula: “Cualquier acuerdo de las Partes para poner término a una suspensión solo aplicará a una Parte una vez concluidos los procedimientos legales aplicables de esa Parte”.

¿Cuáles son los procedimientos legales aplicables en Chile respecto de suspensiones en un tratado? No hay precedentes anteriores o jurisprudencia. ¡No sería un nuevo tratado! Si ahora hay discusión exprés para las 7 mil páginas del tratado, ¿qué discusión habría para 20 disposiciones que no suman más de 3 páginas si ni siquiera fueron desagregadas en el anexo sobre suspensiones? ¿Acaso algún senador se opondría al reingreso de Estados Unidos al TPP tan solo porque implica ceder un poco más? Todos  dicen que, cuando algo se negocia, algo hay que ceder… Por eso en la Plataforma Chile Mejor sin TLC hemos sostenido que, en la práctica, el TPP11 es lo mismo que el TPP anterior.

El relator de Naciones Unidas sobre DDHH y empresas, Alfred de Zayas, sostuvo en su reporte del tema a Naciones Unidas, entregado en la sesión de septiembre de 2016, que el TPP no debía ser aprobado sin realizar una evaluación de sus impactos en salud, ambiente y Derechos Humanos, y sin ser sometido a un plebiscito.

¡Qué diferente sería todo si esos criterios fueran adoptados respecto de TPP y los tratados siguientes!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias